miércoles, 31 de agosto de 2022

Lucy Oporto: “A Jorge Sharp sólo le importa ganar, a costa de lo que sea y de quien sea”

"La degradación de los símbolos patrios también obedece aquí a un programa. Está en la línea de la escalada de la violencia desatada que comenzó en octubre de 2019, y en sintonía con la nueva Constitución, respecto de la plurinacionalidad y sus pretensiones refundacionales, aunque ya no sean declaradas abiertamente. Pero la historia de Chile sigue comenzando con colectivos como ése. Nada ha cambiado.

No obstante, el episodio de Las Indetectables en Valparaíso marca un hito en el marco del actual proceso de decadencia y anomia reinante en el país: es un final, en el sentido de que su único horizonte es la muerte, la putrefacción y la aniquilación como modo de existencia que se place en su propia sordidez y vacío carente de sentido.

Además, esto ocurre a pocos días del plebiscito de salida, en el contexto de otros hechos significativos o violentos: la detención de Llaitul, la revelación de oscuros nexos entre éste y funcionarios del gobierno, la escalada de la violencia en el Sur, cada vez más feroz, y el auge del crimen organizado.

Descienden a este nivel, porque ya se han quitado todas sus máscaras, obscenamente, y ya no les importa mostrar que la putrefacción programática de Las Indetectables sea también un trasunto de la nueva Constitución, en cuanto a su voluntad de disolución, indiferenciación, nivelación y refundación de Chile, a su imagen y semejanza.

Su barbarie originaria ha sido legitimada desde el principio por una parte del ámbito académico, intelectual y artístico, con su (de)formación a la moda basada en sociologías postmodernas, y sus neologismos hipnóticos para pseudoiniciados sin alma, funcionales al mercado académico internacional. Grito y plata."

Jk Rowling lanzará una novela sobre una youtuber asesinada tras ser acusada de transfóbica

La genial creadora de Harry Potter, firme contra los canceladores: "A través de Twitter comenzó a viralizarse un mensaje que planteó lo siguiente: “JK Rowling lanzó hoy un nuevo libro sobre una animadora de YouTube que es asesinada a puñaladas por hacer animaciones racistas y transfóbicas”.

El mensaje comenzó a viralizarse no solo por el nexo con la polémica que ha enfrentado la escritora en los últimos años, sino que también por el hecho de que el libro “tiene 600 páginas más que Dune”.

La novela en cuestión se titula The Ink Black Heart (El Corazón Negro de Tinta), cuenta con 1274 páginas y es parte de su serie de suspenso llamada Cormoran Strike.

Escrita bajo el seudónimo de Robert Galbraith, la historia gira en torno a una animadora llamada Edie Ledwell que comienza a ser enfrentada por su propio fandom luego de lanzar un dibujo animado que la lleva a ser calificada como “racista, capacitista y transfóbica”. Lo último involucra a la inclusión de un gusano hermafrodita.

El texto, que gira en torno al asesinato de Ledwell y la búsqueda de un sospechoso anónimo online llamado “Anomie”, obviamente genera nexos con los problemas que ha enfrentado públicamente la escritora por sus cuestionadas declaraciones calificadas como transfóbicas. En 2020 publicó un mensaje en el que planteó las razones por las que estaba preocupada por “el nuevo activismo trans”.

Tal vez Dios sea una entidad asintomática, y su existencia permanezca más allá del alcance de nosotros, los contagiados. O puede que sea un ente inmune; y nosotros, los enfermos mortales. Enfermos, precisamente, por estar vivos.
Texto reciclado de hace años, cuando hacía reflexiones literarias (faceta que volveré a retomar), a propósito del aniversario de Julio Ramón Ribeyro:

Suena en la cabeza el concepto de "animal literario". No entiendo todavía qué diablos significa. Si no se puede definir bien lo literario por sí solo, menos aún lo asociado a lo animal. Mi viejo decía que era algo que le escucho por ahí decir a un crítico sobre Vargas Llosa: alguien que dada su obra exuda lo que llaman "literatura". O, podríamos decir, alguien que posee, no tanto una obra digna de mérito, sino que un impulso incontenible por producir material considerado literario por sus lectores. Alguien que a mi juicio se define por su pasión por la literatura. Por eso lo de "animal". Pues bien, en el caso de Julio Ramón Ribeyro creo que la cuestión cambia. Posee la cualidad suficiente para ser llamado "animal literario", pero sería apresurado limitar su obra a semejante denominación. Lo que hace Ramón Ribeyro tiene más que ver con la escritura que con lo literario. La escritura libre de categorías y de etiquetas. Ha elegido la prosa como su estilo y también como su forma, no tanto por la ambición de ser llamado "literato", sino que simplemente por el destemplado ejercicio de escribir. Por el placer extraño que causa. "Escribir como hacer el amor, una cosa brutal, fatigante, dolorosa y placentera al mismo tiempo". De hecho, hasta por volverse una razón en sí misma. Nunca suficiente, pero necesaria. Dentro de esa variable, entonces, cualquier otro interés queda relegado a un segundo o tercer plano. Así lo hace ver el propio Ramón Ribeyro en La tentación del fracaso, al cual yo llamo, en cambio, un “animal de la escritura”:
Cuando no estoy frente a mi máquina de escribir me aburro, no sé qué hacer, la vida me parece desperdiciada, el tiempo insoportable. Que lo que haga tenga valor o no es secundario. Lo importante es que escribir es mi manera de ser, que nada reemplazará. Cuando imagino una vida afortunada, millonaria, veo siempre el lugar donde pueda seguir escribiendo. Si no fuera necesario comer, dormir, trabajar, no abandonaría este sitio, donde nada me incomoda, donde gozo del más completo albedrío, donde soy dueño del mundo, de mi mundo, sus fabulaciones, hazañas, torpezas, locuras, el mundo irreal de la creación, al lado del cual no hay nada comparable.

martes, 30 de agosto de 2022

En la dimensión geopolítica de nuestro mundo actual, hay un poco de conspiración y un poco de caos. Definitivamente, no todos los hechos históricos están fríamente programados por una única elite, pero sí que hay líderes y poderes fácticos que confabulan para empujar determinadas agendas. Cuando Alan Moore decía que nadie tiene el control, que el mundo carece de timón, lo creo hasta cierto punto, en el sentido de que hay suficiente entropía en el sistema como para permitir cierto margen de libertad y de resistencia, sin la cual no sería posible el arte ni la propia política más allá de lo institucional y lo corporativo.

lunes, 29 de agosto de 2022

Si me dieran a elegir entre la libertad creativa total sin ninguna garantía de éxito literario o la posibilidad de ser contratado por un lobby editorial con miras a un mercado progre, a cambio de hacer concesiones en el contenido, en función de las ideas imperantes, escojo, sin pensarlo, la libertad.
El cuarto color de la bandera del nuevo Chile será el café.

domingo, 28 de agosto de 2022

¿Prefieres leer el libro o descubrir la palabra revelada?

Gnosis

I

Los cristianos primitivos decían que Dios estaba en cada persona. Por ende, el autoconocimiento podría equivaler al conocimiento introspectivo de lo divino. La personalidad, dice la gnosis, es un vehículo para expresar el mundo interior. La esencia, por su parte, es lo que va más allá del ego, lo que está más profundo, el ser, la luz. De tal forma, el ego no es más que la energía de la separatividad.


II

Para la gnosis, la esencia sería una, absoluta e irreductible. En cambio, el ego sería un libro de muchos tomos e incontables páginas, que se alimenta del dogma y la contradicción.


III

El libro tienta a ser leído, una y otra vez; la palabra se revela, de una sola vez y para siempre.

viernes, 26 de agosto de 2022

Selección de los mejores poemas (a mi juicio) sobre el tópico del Tempus Fugit hechos por algunos de mis estudiantes. ¿Cuál sería el que más le gustó o el mejor, según su propia lectura? Lea y escoja:

1) El tiempo, antes

Antes el tiempo se movía distinto

Es difícil de explicar, pero el tiempo ya no es así.

Antes se podían sentir los recuerdos

Naciendo y muriendo como si de células se tratasen,

Y el futuro llegaba revelándose

Como si se tratara de una imagen

Tomada por una cámara antigua.

Nunca había un presente,

Solo estaba viendo una parte de una película

La cual su fin se acercaba, hasta que no

En algún momento mi percepción del tiempo cambió

Drásticamente, con recuerdos, predicciones y un ahora

Lleno de vida y no vida, más como un lago que una piscina.

Podríamos decir que mi anterior percepción del tiempo es un antes

Un recuerdo que nació y murió

Pero ahora se encuentra más vivo que antes.



2) El tiempo no es mi amigo

La juventud se escapa entre débiles y frágiles dedos

Como el agua se escabulle y se va entre los senderos

Cual frenesí se larga rápido y no se puede aprovechar

Con el constante acechar de aquellos que fueron dejados,

Abandonados por la juventud pero siguieron.

El presente suena aburrido

El susurro del futuro es intimidante

Lo que dejé en el pasado es un sinsentido

Y el tiempo es solo un gran farsante

Un engañador que roza, se escapa y mata.

Más estaciones cambian y se van

Mientras el tiempo desaparece sin parar

La muerte nos mira desde las sombras tan galán

Y los minutos pasan en un insignificante sin cesar

Porque el tiempo no es mi amigo, solo pretende que lo sea.



3) Días

Pese a vivir todos los días, el tiempo rápido va.

Pese a disfrutar la conversación, veo oscuridad más que brillo.

Pese a buscar formas de ser un caracol, el día rápido se va,

Aunque busque formas de disfrutar el momento, momentáneo se vuelve.

Pensar que fue ayer, pero un mes haber pasado.

Pese el Sol ser tan grande, tan pequeño se siente.

Pese la oscuridad corta es, sentirla eterna.

Cortas palabras cada día tener, pese a buscar la eterna palabra.



4) Invierno

El tiempo podrá pasar como el invierno en el año

Rápido, sin parar,

Pero te seguiría esperando

Como se espera a que el invierno vuelva.

Lástima que ese invierno no pudo llegar,

Esperando por ti estuve.

Lástima que se quedó en otoño

Y esperando toda la vida a que llegara

Nunca volverá aquel invierno inolvidable.



5) Juventud fugaz

Juventud fugaz ¿por qué te vas tan pronto?

¿Por qué no retardas tu partida?

Oh querida juventud por todos amada y recordada,

Como los mejores días de la humanidad

Como los días en que la flor de la vida

Mostró su gran y hermoso botón.

Vuelve, oh juventud fugaz,

Retorna a tu antiguo y hermoso reino,

Donde impartías alegrías y bienestar

Al alma que algún día dejaste.



6) En el tiempo encuentro un tesoro

En el tiempo encuentro un tesoro

Las gotas son como el bello oro

Las estrellas como un gran lucero

Y tu sonrisa mi universo entero.

Es cierto, a veces te detesto

Cuando las noches nos duelen

En donde parece que nadie nos quiere

Donde no hay brazos que nos busquen

Teléfonos que suenen

Ni bocas que nos nombren

Y dirás con sentimiento juzgoso:

“Pobrecita de ella

Nadie notó su enorme tristeza

Nadie vio sus sangrantes heridas

Nadie observó su caída

Nadie la ayudó a ser feliz

¿Pero qué es felicidad?

Nadie la quiso sanar”.

Pobrecita de ella

Que una larga noche tuvo que soportar

Una sonrisa tuvo que pintar

Sin lágrimas sin poder aún soltar

Pobrecita de ella…

Pobrecita de mí.

"El verdadero terror es levantarse una mañana y ver que tus antiguos compañeros de colegio dirigen el país" - Kurt Vonnegut. Corrijo: antiguos compañeros de universidad, picaos a revolucionarios. ¡Terror absoluto!

jueves, 25 de agosto de 2022

Lucy Oporto: "El concepto estallido social no me parece apropiado porque no fue un movimiento espontáneo".

Lucy Oporto, desvelando velos, desmontando mitos sobre el mal llamado "estallido":

"Sigo sosteniendo que la filosofía existe para inteligir la realidad y que tiene muchas dimensiones (…) lo propio de la filosofía es lograr conceptos para explicar la realidad (…) en ese sentido, el concepto estallido social no me parece apropiado, porque no fue un movimiento espontáneo. Además, ningún movimiento de este tipo lo puede ser (…) esta idea de que espontáneamente la gente tan abusada como se presentó ahí, yo no lo podía creer. Yo venía observando por décadas la descomposición moral de vastos sectores de la población (…) de pronto todos eran de izquierda, todos eran conscientes de lo oprimido que estaban y por eso yo me preguntaba 'de pronto todos se volvieron buenos', y hasta hoy no les creo (…) el término correcto para lo que ocurrió el 18 de octubre de 2019 y semanas posteriores es "asonada" (…) el término significa reunión tumultuosa, por lo general con fines políticos (…) ahora yo mantengo mi otra hipótesis que apareció después, que esto fue una operación. Lo que yo me imagino que pudo pasar, es una hipótesis. Alguien observó esto detenidamente, mucho tiempo, durante años, gente que no era tonta, y como la descomposición que había ya era grande, en un momento decide dar su gran golpe que fue la quema del Metro de Santiago (…) Eso no pudo haber sido por adolescentes inexpertos. Imposible (…) Esos seres están detrás de esto. ¿Quienes? No tengo idea. Si es interno o externo tampoco sé, pero es lo único que queda, lo único que permanece"

Todos los ojos del mundo puestos en Chile, ¿Quién vigilará a los vigilantes?

“Todos los ojos del mundo y las esperanzas puestas en Chile”, mencionó el actor Mark Ruffalo. “El pueblo de Chile está brindando una hoja de ruta para el resto del mundo”, había twitteado previamente, la activista política Rania Batrice. Estas frases parecerán simples muestras de apoyo al plebiscito de salida, pero conviene leer entre líneas con la mirada al estilo de la película They Live: develar el velo, revelar lo connotado. Los ojos del mundo puestos en el país tienen una fuerte carga simbólica y conspirativa, sobre todo y considerando el significado político de los ojos cegados durante la asonada del "Octubre rojo" chileno. Podría evocar perfectamente una visión orwelliana, un “ojo que todo lo ve” en la línea del Delta luminoso, el Ojo panóptico o el Ojo de Ra. El imaginario ocular relativo a todo el proceso de insurrección vivido desde el 18/10 hasta la actualidad está muy patente, y puede que esa señal remita, para los entusiastas, en un “despertar de la consciencia”, en una “nueva mirada para un nuevo Chile”; o, por el contrario, para los escépticos, en una reestructuración completa del sistema (un “Reset”) hacia un estado de control e hipervigilancia global que tendría, nuevamente, su centro de experimentación en nuestra patria. Se juega algo decisivo el 4 de septiembre. Todo es incertidumbre y expectativa. Y no deja de ser significativo que alguien, desde afuera, nos esté mirando, porque esa visión decidirá, de una u otra forma, el destino de nuestras latitudes, de aquí al futuro. “Alguien” nos está observando. “Ese alguien” es un alguien que nos espía, y la pregunta que permanece sin respuesta sigue siendo la locución latina del poeta Juvenal: "Quis custodiet ipsos custodes", ¿Quién vigilará a los vigilantes?

miércoles, 24 de agosto de 2022

"Los autores intelectuales del atentado contra Alexander Dugin y su hija", Hásel Paris Álvarez

"Otra cosa que no le perdonarán a Dugin es haber llevado todos estos debates más allá de las peleas entre la izquierda y la derecha. Participar en interesantísimas tertulias con figuras tan dispares como el conservador brasileño Olavo de Carvalho o el marxista italiano Diego Fusaro. Lo mismo hacía su hija, Daria Dugina: leer en paralelo a autores fachas como Heidegger y a autores rojos como Gramsci. Leer al otro, estudiar al otro, dialogar con el otro, incluso hacerse amigo del otro y conceder puntos de razón al otro. Esta es, claro, la herejía definitiva para un Occidente más polarizado que nunca, donde las élites viven de sembrar el miedo a nuestro vecino ultraderechista, socialcomunista, rojipardo, o a cualquier tontería que se inventen.

Aún a día de hoy, gran cantidad de “periodistas”, “analistas” y “expertos” occidentales, acusan por ello a Dugin de ser un extremista de izquierda, de derecha, de centro, de abajo y de arriba. Se basan en que, siendo más joven, Dugin era parte del partido nacional-bolchevique: una combinación de ideas económicas socialistas con ideas culturales conservadoras. La corriente se remonta a figuras del comunismo histórico, como Karl Radek en Alemania o Ilya Ehrenburg en Rusia. Pese a que tanto Radek como Ehrenburg fueron destacados antifascistas, los poco avispados analistas occidentales aseguran que el nacional-bolchevismo es una corriente fascista.

Y aseguran también que estas peligrosas ideas serían suministradas a través de Dugin hasta llegar al mismísimo presidente de Rusia, Vladimir Putin. Naturalmente, todo ello es una fabricación occidental. En primer lugar, el movimiento nacional-bolchevique detestaba profundamente a Putin, que ilegalizó a varios de sus grupos. En segundo lugar, el propio Dugin se alejó del nacional-bolchevismo hace ya más de dos décadas, pasando a abrazar las ideas eurasianistas: el pensamiento tradicional eslavo de autores como Konstantin Leontiev, la economía mixta, el pluralismo religioso, el regionalismo y el federalismo.

De hecho, el Dugin maduro llevó a cabo una durísima revisión crítica de las ideas de extrema izquierda y de extrema derecha. Para él era falsa la idea bolchevique de que sólo existe la clase económica y no la identidad nacional. También era falsa la idea nacionalista de que sólo existe la identidad nacional y no la clase económica. Y comparó ambas cosas con la idea liberal, que niega la existencia tanto de la clase económica como de la identidad nacional.

Dugin se atrevió a señalar el oscuro parentesco entre aquellas tres ideologías (liberales, izquierdistas y fachas). Todo esto le valió, claro, el desprecio de la casta política europea (liberales, izquierdistas y fachas). Sin embargo, la Historia acabó dándole la razón en el conflicto ucraniano, que ha reunido finalmente en la misma trinchera al oligarca, la activista de Femen y el nazi del batallón Azov.

Dugin propuso una Cuarta Teoría Política que conciliase el interés de la clase trabajadora con la soberanía de la nación. Este es, seguramente, otro de los puntos en los que el pensador ruso dio en el clavo. A medida que se disipa el espejismo de la globalización, cada día es más claro que la única herramienta política capaz de velar por los humildes es el Estado-nación.

Con honrosas excepciones, la mayoría de las grandes cabeceras occidentales han optado por seguir definiendo a Dugin como un “naz-bol”. Esto les permite fantasear con que Putin es como un nuevo zar Nicolás y un nuevo Stalin. Y que Dugin es su Rasputín y su Trotsky: el consejero espiritual-militar. Lo que conduce, a su vez, a la conclusión de que para vencer a Putin basta con envenenar a Dugin o clavarle un piolet en la cabeza (como se hizo con Rasputín y Trotsky). Atentar contra la vida de Dugin."

Ripio y soledad

Después de tanta prosa, ahora un poema que figurará en un hipotético futuro poemario llamado "Lobotomía", para ir probando el pulso:

Ripio y soledad

Nada más que el mundo es
todo lo que en ti ya se hace reliquia.
Ripio y soledad, un sello que guardo conmigo,
impresa la cara de mis futuras decepciones,
la mirada que fulmina con ser imaginada,
más acá de un ocaso de confesiones,
más allá de humores
y palabras escritas en la sangre.
Te pareces al mundo invertido,
todo lo que eres en mí
no halla sino colapso y tránsito,
como si de tus ojos comunicara un rayo
que dejara caer la basura de algún paraíso flotante,
como si el mundo continuara invertido
y se doblara ante la idea de tu aparición,
La sombra que se masturba bajo velos
sin pensar que puede encarnar en sí misma
la totalidad de tu cuerpo,
la vergüenza alada que cultiva su reino en tu vientre,
la cuna y tumba que mis miedos celosamente profanan.
Nada más que el mundo es
todo lo que en ti ya se hace réplica, ripio y soledad.
Tú, pequeña sombra, tienes tu color favorito esta noche.
has logrado tu prenda a la moda del asco más primigenio.
La vieja política del tirar y aflojar, la hidalguía del espíritu,
como si nuestra comunicación fuera el plan de alguna mente,
maquinada con el residuo de nuestras fiestas e ídolos extintos.
La balanza cósmica que se apuesta aquí
se inclina a la parte donde cosechas la vanidad,
el vértigo de no dejarte caer
con tal de volar como pájaro que huye de todo menos de sí mismo,
para acabar siendo el material de otros sueños,
la promesa escrita para los nonatos del mañana.
Así, este yo que habla es la trinchera en que desapareces,
sorteando la historia y todas sus desvergüenzas.

martes, 23 de agosto de 2022

«Enfrente / lo terrible / hasta hacerlo / risible». Samuel Beckett, Letanías.
"Profe, ¿usted sabe que con una línea me aprendo todo?", dijo un alumno, luego de preguntarle si había estudiado para la prueba de mañana. Ambos comprendíamos la implicancia de esa línea, pero el chico veía en ella el milagro hipotético, la puerta de escape a su complicada situación. Ciertamente, hay milagros que no conviene invocar y puertas que es preferible mantener cerradas.

lunes, 22 de agosto de 2022

En una clase sobre gnosis, el presentador señaló que "para Platón, la conciencia duerme" (La República, Libro VII). Inmediatamente, una asistente se refirió a la salida de la caverna, ante la cual se acaba encandilado por la luz del Sol, o lo que es lo mismo, por el despertar de quien estuvo toda su vida "a la sombra", y no consigue acostumbrarse al nuevo estado. "Si nunca ha visto el Sol, entonces no sabe que se llama Sol" mencionó oportunamente. Luego, ella misma se corrigió: "perdón, no sabe que es el Sol", dijo. El presentador precisó que solo en un plano superior de conciencia, existe auténtica libertad, pero para la asistente aún no quedaba resuelto el problema del conocimiento. ¿Cómo podría saber qué es esa luz, aquel que siempre vivió en la sombra y no conoció otra cosa que la sombra? Puede que en esa desazón radique la prueba crucial, y el acto de conocer implique siempre un encandilamiento que puede llegar a cegarnos. A cada momento, la vida se movería entre el adentro de la sombra y el afuera de la luz, encandilándonos, si es que no conseguimos despertar.

Chile contra la Hidra, Gonzalo Wielandt

La patria se ve enfrentada a dos cabezas de la misma hidra. La hidra del materialismo, del individualismo, del colectivismo y del desgarro social. Una de las cabezas es el liberalismo y la otra es el socialismo. Ambas cabezas pretenden alzarse como alternativa hegemónica para Chile, sin embargo, el problema es la misma hidra.

El erigir una verdadera comunidad nacional es reconocer el ser histórico-cultural de Chile. Ese ser nacional, godo-indígena, nace de la guerra que funda la necesidad de una capitanía general ignorada o pretendidamente olvidada por las cabezas de la hidra, animal que se alimenta del desgarro social del pueblo ensalzado por el odio, el que muchas veces se exalta ideológicamente. Por lo tanto, cada cabeza es expresión del alimento que nutre la hidra, hiriendo el alma popular de la nación.

La comunidad nacional puede vencer a la hidra, reconociendo su historia y cultura que lleva consigo su espiritualidad. La espiritualidad nacional refleja el alma popular de la libertad y de la solidaridad, no del odio, sino que del entendimiento que, aunque doloroso, hace posible la convivencia nacional. En consecuencia, no hay convivencia nacional sin libertad y sin solidaridad, lo que exige de la democracia chilena una conciencia integral, capaz de protegerse de oportunistas y fanáticos así como de afanes desmedidos de protagonismo vanidoso.

Finalmente, la hidra tal como hizo Hércules, debe ser decapitada y quemada su carne interior de tal modo que pudiendo haber liberales y socialistas, no atenten contra el ser nacional de Chile, larga franja de guerra, sangre y conquista, sino que leales colaboradores de la comunidad nacional, cuya democracia demanda responsabilidad y lealtad para con sus valores.

Científicos contra la plandemia: Elard Koch

“Tres conclusiones:

1 La expansión rápida de las variantes derivadas de ‘Omicron’ está logrando inmunidad de rebaño aceleradamente

2 Vacunación debería restringirse solo a grupos de más alto riesgo

3 Medidas coercitivas (pases, mandatos mascarillas, etc) son totalmente fútiles.

Las mascarillas fuera de entornos clínicos muy acotados no ofrecen ningún efecto protector contra virus aéreos. Aun en estos últimos, sin otras medidas su efecto es exiguo. La evidencia científica es abrumadora respecto a su futilidad en población general, menos al aire libre.”

“La inmunidad adquirida después de recuperarse de COVID-19 es efectiva, robusta y duradera. En la cohortes con mayor seguimiento ~95% mantienen respuesta que evita otro episodio 20 meses después; 5% tendrá solo un cuadro leve. Desaconsejo refuerzos de vacunación en esta población.”

Elard Koch, epidemiólogo.

domingo, 21 de agosto de 2022

Daria Dugina, la nueva mártir de la causa eurasianista.

Daria Dugina, la hija de Alexander Dugin, filósofo ruso, fue asesinada luego de explotar el coche en el que andaba por las carreteras de Moscú. Denis Pushilin, el líder de la república popular de Donetsk, denunció al Gobierno de Kiev como presunto culpable del atentado. Ella, Daria, había sido incluida en una lista negra del Reino Unido por “apoyar políticas de desestabilización de Ucrania”. Sin duda, una muerte inocente, un cruento e injusto hecho de sangre y un impactante golpe para el que es conocido como el filósofo, analista y estratega político ruso más importante en el mapa geopolítico y considerado líder y defensor del llamado Eurasianismo. Emmanuel Carrère describió así a Alexander Dugin: "Es [...] fascista, solo que no es un joven torpe y enfermizo, sino un ogro. Es grande, barbudo, peludo, anda con los pasos ligeros de un bailarín y tiene una manera curiosa de equilibrarse sobre una pierna […]. Habla quince idiomas, lo ha leído todo, bebe alcohol a palo seco, tiene una risa franca y es una montaña de conocimiento”.

El pensamiento de Dugin se sitúa en contra del bloque liberal occidental, representado por la hegemonía estadounidense. De esta forma, se le identifica como una especie de “nuevo Rasputín” o como el “consejero de Putin”, en un contexto especialmente decisivo, de cara a una probable Guerra Mundial. Para Dugin, la guerra contra el bloque liberal occidental apuntaría a defender la tradición rusa, mediante la teoría de un mundo multipolar (léase “La Cuarta Teoría Política”) en el cual el polo atlantista pierda su hegemonía para dar lugar a múltiples polos, cada uno con su propia civilización. "Nosotros, los conservadores, queremos un Estado fuerte y sólido, queremos orden y una familia sana, valores positivos, el refuerzo de la importancia de la religión y de la Iglesia en la sociedad”, rezaba Dugin en una de sus declaraciones hechas para un medio digital ruso, Nakanune, el año 2012. Su hija Daria, que en paz descanse, siguió fielmente los pasos de su padre, siendo una activa promotora de la causa eurasianista. El jueves, dos días antes de su muerte, había dicho, en un programa de la televisión estatal rusa, que “el hombre occidental vive en un sueño, un sueño que obtuvo de su hegemonía global”.

Daria Dugina fue una de las autoras de un libro sobre la guerra en Ucrania, llamado El Libro Z, por la letra que llevaban pintada los blindados rusos. La escritora había declarado, en una estación de radio rusa, que la planta de acero de Azovstal, donde la resistencia hizo su último movimiento, estaba llena de “satanismo” y “energía negra”. Esta referencia mística y esta evocación sobre fuerzas oscuras y mágicas en tiempo de guerra me remitieron de inmediato a True Detective y a Apocalipsis Now. En efecto, la zona de Kiev, convertida prácticamente en una zona cero, podría ser aquella Carcosa, aquel lugar sórdido y tenebroso envuelto de horror y de brutalidad, el lugar expuesto donde la pulsión de muerte se vuelve el tópico gravitante.

Daria apoyaba a su padre en esta cruenta lucha ideológica. Justo algunas horas antes de su muerte, planteó, ante una locutora rusa, una osada tesis sobre la guerra en Ucrania como un inevitable choque de civilizaciones. “Esto es totalitarismo liberal, esto es fascismo liberal, esto es totalitarismo occidental”, había dicho, concluyendo que dicho totalitarismo “ha llegado a su fin”. Lamentablemente, la guerra no reconoce otro protagonismo que la fuerza y el poder. El que consiga imponerse, por los medios que sea necesario, logrará vivir para contar su relato, su historia escrita con la sangre de sus enemigos. Sin embargo, en este campo, nadie sale incólume. Lo que se dice victoria es solo la victoria pírrica del que se sacrifica ante sus superiores para conseguir un poco de gloria terrenal. Lo que se dice derrota es solo la constatación de la voluntad de poder en su expresión más hórrida, o bien, solo el cruel teatro del mundo bajo el espectáculo de un Dios indolente.

La entusiasta Daria, activista de la causa eurasianista, actuando con total arrojo, aunque siempre a la sombra de su padre, no conocía otro horizonte que el ideal geopolítico de un mundo multipolar, y eso le valió experimentar la intensidad heroica del que deja su vida por algo superior a su existencia. Hay que ver más allá del velo mediático. Daria se volvió, sin desearlo, otra de las almas que alimentarán la gran fogata del Dios de la Guerra, el gran Leviatán de nuestro siglo. Ella ahora es la mártir de una verdadera lucha espiritual por la trascendencia de los principios y valores tradicionales, en el fuego cruzado de unos poderes en las sombras que buscan, a toda costa, mantener dormida la consciencia y disminuido el espíritu humano.






"Mis ilusiones se destruyeron/pensé morir”. Zalo Reyes.

Vuela gorrión y seguiremos escuchando tus cantos elegiacos.

sábado, 20 de agosto de 2022

Para ir a comerte un completo o subirte a un bus, te exigen el pase de movilidad. Para las próximas elecciones, donde se espera mayor aglomeración de gente, no lo van a exigir. Quién los entiende. O puede que esa sea precisamente la razón. Entonces, el que no vote y no se vacune será el auténtico paria del sistema.

Primer encuentro con los misioneros de la calle y la verdad de la palabra revelada


Tras todos los acontecimientos ocurridos a nivel planetario, de un tiempo a esta parte, he ido superando mis viejos paradigmas, al punto de ir tanteando, poco a poco, otras posibilidades, otras maneras de sentir y de pensar la vida. Aunque parezca contraintuitivo, he descubierto en los religiosos vociferantes de la calle una parada genuina, del todo quijotesca, que incluso podría llegar a constituir una rebelión ante el avance del materialismo galopante y el menosprecio de la espiritualidad en todo plano. Ante este gran titán globalista, los otrora molestos creyentes con megáfono representan, hoy, un nicho de libertad. Así lo supe, cuando un día me acerqué a ellos en la plaza Sucre, para conversarles sobre la situación geopolítica del nuevo siglo. En efecto, comprendían que la coyuntura histórica iba alineada hacia un verdadero Nuevo Orden Mundial, empujado por el polo de poder atlantista.

Su planteamiento podía deducirse inmediatamente, pero ahora cobraba un nuevo valor. Ellos decían, en el fondo, que todo gobierno humano, por mucho que intente levantar un modelo de sociedad perfecto, acaba sucumbiendo al mundo material, sobre todo, si ese gobierno desconoce a Dios. Es este punto el que puedo asociar directamente con el pensamiento del filósofo español Juan Donoso Cortés, al decirse, a raíz de una conversación sobre su vida y obra, que, en realidad, el pensamiento cristiano es anarquista, porque, según este, solo debemos servir a Dios, y no a un rey, por la sencilla razón de que todos somos hijos de Dios y estamos en igualdad de condiciones ante su presencia. De esta forma, la desconfianza a la autoridad humana es un signo del filósofo cristiano. Una visión realista de la política, si se quiere, aristotélica, muy diferente a la visión del Estado moderno en Hobbes, donde el poder político tenía que sustituir a Dios, y ya sabemos las consecuencias de esa “herejía” secular, durante los horrores del siglo XX. 

En resumidas cuentas, la “salvación”, para nuestros creyentes, no está aquí, entre nosotros, simples mortales, creaturas de Dios, sino que en el llamado “Reino de los Cielos”. “¿Y cuál es ese “Reino de los cielos”?”, les pregunté, sin zozobra. “Te devuelvo la pregunta”, me respondió uno de ellos. “¿Usted diría que ese Reino es algo que llevamos en el corazón? ¿Algo simbólico? ¿O un gobierno celestial?”. Pensé durante unos momentos en la respuesta adecuada. Pensarla demasiado me impedía intuirla, un atributo que debería ser característico de un creyente de alta fe, no así de un agnóstico. “Yo creo sinceramente que el Reino de los Cielos es más bien algo que se lleva en el corazón. Dentro de uno”, les dije, convencido de que eso era. “Dios está en usted, y en usted debe reconocerlo”, agregó uno de los misioneros. “Solo su fe le permitirá el conocimiento de Dios”.

Cuando el misionero se refirió al conocimiento, volví sobre mi preconcepción para explicarle que yo, de chico, fui ateo, pero que consideraba el ateísmo otra creencia más. Por eso, el agnosticismo era la única postura que me permitía situar el tema de Dios bajo una duda razonable, sin llegar al extremo de negarlo de plano, porque, sencillamente, estaba fuera del alcance de la comprensión humana. El misionero miró a sus compañeros y a su señora esposa, mientras les explicaba mi postura respecto a Dios. La señora atinó a entregarme un folleto y el misionero volvió sobre mí. “Me parece muy bien que sea agnóstico. Usted dice que el conocimiento de Dios está fuera de su alcance. Pues para eso puede estudiar su palabra”, repitió, buscando que mi agnosticismo, mi imaginario de incertidumbre, me inclinara, aunque sea un poco, hacia la posibilidad de la creencia. Sin embargo, mi fe en general se ha visto mermada por las circunstancias vitales y por el devenir caótico del mundo. Quisiera creer, pero, sencillamente, no puedo. Fue esta sola sensación la que me permitió comprender, tal vez por primera vez, a un humilde grupo de misioneros que seguían repartiendo folletos a la gente y proclamando la palabra de Dios, a viva voz, ante unos transeúntes cada vez más sordos, sofocados de rutina e inundados de propaganda política, profana, impía.

Al rato, después de escribir su número de contacto en mi folleto, me despedí de ellos y volví sobre los dichos de estos “anárquicos” mensajeros de “la palabra”: ningún gobierno (y, por extensión, ningún Estado) podrá salvar a una humanidad sin Dios. Dios había muerto para nosotros, y lo habíamos matado en nuestro corazón, con gusto, pero, a causa del nihilismo desatado, su orfandad se hacía carne en nuestros pensamientos y en nuestras palabras. Era preciso proteger su misterio, porque, como decía Iew Welsh: “El verdadero rebelde nunca lo anuncia. Prefiere su alegría al trabajo misionero. (…) la religión es Revelación. Toda la maravilla de todos los planetas golpeando toda tu única mente. ¡Protejan los Misterios! ¡Revela constantemente!”.
"El sueño de la revolución produce monstruos".
“El mal es la anomia

La anomia ha sido provocada por el liberalismo

Donoso Cortés se anticipa: el liberalismo va a dar al nihilismo.”

Guillermo Mas Arellano, en conversación con César León de Castro, en “Donoso Cortés: Decisionismo y Katechon --- Política para antimodernos (I)”.

viernes, 19 de agosto de 2022

Regreso a las crónicas escolares:

-Profe, está cuático el mundo-, dijo una chica del Segundo B en la mañana. –he cachado a caleta de cabros sacándose la cresta, mucha violencia, mucha maldad, ¿Qué será de la gente? ¿Qué nos espera mañana?-. Se hizo esas preguntas mirando al techo de la sala, implorando al vacío de la inmensidad, mientras sus compañeros no paraban de conversar a su lado. Sus preguntas no tuvieron respuesta, porque tenían intención retórica. Únicamente resonaron en medio de la sala, atestada de distracción. El tema tratado durante la clase había consistido en los tópicos literarios, y se habían revisado, precisamente, tópicos como el teatro del mundo, el mundo al revés y el memento mori. Les había recalcado, una y otra vez, que no vieran estos tópicos ceñidos solo a una época particular. Tenían que concebirlos como algo transversal a todas las eras, propios del espíritu humano, palpables a cada momento cual respiración simbólica de la existencia. De cierta forma, la chica, con su inquietud espontánea, había logrado intuir el sentido de cada uno de los tópicos citados, percibiendo en la violencia un verdadero teatro del mundo, un presentimiento de la muerte en cuanto fenómeno inseparable de la memoria y una total inversión de valores que provoca, una vez más, la recreación del adynata o la imposibilidad. No faltó mucho para que un cabro sentado a su lado interpelara a la chica. –Ella, la filósofa-, le dijo, en un contrapunto burlesco al impulso trágico. La chica, en cuanto escuchó a su compañero, se dio la vuelta para responderle. -¿Filósofa? No pasa nada. Solo se trata de pensar un poco. Todos podemos hacerlo-, respondió. Inmediatamente, se tocó la sien con su dedo índice. La chica había ironizado con el cabro y, al mismo tiempo, pretendía que no se la viera como alguien diferente. En efecto, para ella, no había nada especial en el hecho de pensar. Sin embargo, pocos se atreven a hacerlo, por miedo a que la realidad les muestre su cara más abyecta y golpee sus expectativas, sin compasión.

jueves, 18 de agosto de 2022

De ser humano a árbol, y de árbol a merluzo.

La condición ontológica del presidente es tan fluida que atraviesa tres especies y dos reinos de seres vivos.

miércoles, 17 de agosto de 2022

Al revisionismo presentista de la historia, empujado por la corriente de pensamiento actual, opone una recreación mítica del tiempo y sus frutos.

martes, 16 de agosto de 2022

Cada verdadero escritor ha escrito su propia herejía y tiene que escapar de su propia fatua.

Respuesta de M. O: Inmediatamente me acordé de Kafka, y ciertamente, en su historial como escritor fundamental, no entra en tu apreciación.

Yo: Hay excepciones excepcionales

Yo: Aunque su padre podría ser su fatua personal

M. O: No sé, quizás su padre, al igual que en la vida de Bukowski, la figura paternal fue el mejor "escritor", o mejor dicho, la verdadera influencia natural y espontánea.

Yo: A la larga nuestros demonios son nuestros mejores maestros.
Hay que "deconstruir" la posmodernidad, en aras de redescubrir los grandes mitos y misterios.

Octubre (poema)

Mientras ardía Chile, nosotros ardíamos en la cama

(precipitando el clímax de la historia)

Hoy solo resta el escombro, la ceniza

El ojo infectado de la desilusión.
A qué costo se deja de ser un camarada para algunos.
A qué costo se deja de creer en una posible relación.
A qué costo se deja de ser del círculo literario.
Ese costo no es otro que el ostracismo, pero también la libertad.

lunes, 15 de agosto de 2022

Entrevista en Forbes a Julian Assange, año 2010:

"¿Te consideras un partidario del libre mercado?

Totalmente. Tengo diferentes posturas hacia el Capitalismo, pero me encantan los mercados. Habiendo vivido y trabajado en diferentes países, he podido comprobar el formidable dinamismo en, por ejemplo, el sector de la comunicación de Malasia comparado con el americano. En Estados Unidos todo es vertical, integrado y encorsetado. Por eso mismo no tienes un libre mercado ahí. En Malasia tienes un amplio abanico de participantes. Ahí puedes ver los beneficios de ese resultado".

"Te has ganado la reputación de antiestablishment y antiinstitución

No del todo […] No es correcto meterme en ninguna escuela filosófica o económica, porque he aprendido de muchos, y una de ellas es del liberalismo americano (American libertarianism) y mercado liberal (market libertarianism). Por lo tanto, en lo concerniente al mercado, soy liberal (libertarian), pero tengo suficiente experiencia en política e historia para saber que el libre mercado acaba en un monopolio a menos que lo fuerces a ser libre".

"WikiLeaks se diseñó para hacer el Capitalismo más libre y ético".

Este hallazgo periodístico nos deja varias preguntas. Si el propio Assange, hoy perseguido por el Deep state norteamericano, señaló en su momento que él abogaba por un libre mercado, visión de la economía más próxima a la derecha liberal ¿Por qué son los sectores de izquierda, inclusive simpatizantes del socialismo y el comunismo, los que lo apoyan de manera más ferviente? Esto es fácil de responder para quien ya superó la engañosa dialéctica del sistema y, en cambio, se atreve a ver las cosas “fuera de la máquina” para apreciar los valores fundamentales.

Assange representa, a estas alturas, el paradigma del combate contra el imperialismo yanqui, de ahí que es fácil deducir por qué aquellos sectores ven en el periodista otro mártir de la causa, aunque él no sea necesariamente un tipo de izquierdas, sino que sencillamente un “librepensador” consecuente con su labor y con sus principios.

Por otra parte, algunos liberales clásicos o libertarios en la línea de Murray Rothbard han hecho eco de la situación de Assange y lo han enarbolado, más bien, como mártir de la libertad de expresión y de información en una sociedad democrática y republicana.

En el fondo, hay que pensar en Assange como una figura transversal que lima las asperezas políticas y las aparentes disputas teóricas entre distintos sectores, porque apunta a un enemigo común, poderoso, cínico e implacable, y levanta una bandera justa que pocos, en la actualidad, están dispuestos a izar, sin antes desplegar sus propios intereses y agendas y caer presos del juego binario, de la fatal división que tiene a la ciudadanía enfrentada por disputas del todo intrascendentes, que no tocan ni un centímetro el núcleo del poder real.

domingo, 14 de agosto de 2022

Ratas (2012)

Se trata de un experimento de escritura poética basado en imágenes, proyecto que hice en mis tiempos de universidad y que incluso quería publicar pero que nunca vio la luz. Aquí uno de esos experimentos, que tiene ya más de una década. Algo totalmente distinto a lo que hago actualmente. No se extrañen por el lenguaje hermético y recargado:

El ruido se instala en la familia de ratas. La inaudita pero elemental disparidad de los colores, la matriz cromática de los padres, quizá por su distancia tan seductora, insta al inevitable magnetismo de los opuestos, la simbiosis de las pieles, a su vez como la electricidad del conflicto entre negro y blanco, ahora, extremos de pureza roedora.

Llevan la energía de la mácula, la rata dominante como materia prima en la forma pálida de su otro, pero esa mancha gloriosa inaugura su transmutación una vez se vacía de pureza, y entonces rompe hacia una gris entidad. De ese ruido pueden los padres renacer y derramarse, negros en su concepción, híbridos como en un choque de luces, jugar a excavar agujeros físicos, químicos, muchas otras manchas prodigiosas en la Gran Madriguera, espacio tiempo en el cual los grises se entrometen como en un ritual de su mixta existencia.

Los grises primogénitos se atan a la piel, el opaco esplendor de los puros, y enredados en su cuerpo bipolar, atraviesan el umbral de creación, en el hondo universo de los que roen sus colores.

La energía de los grises es llevada al paroxismo: cavan, cavan hacia el otro lado y encuentran la mácula, continúan más profundo hasta hacer del gris el color de la vida, el nuevo blanco y negro, corrupta pureza que se crea a sí misma, y cueva donde la herencia vuelve a la carne.

Los segundos grises, las últimas ratas, roen y roen, socavan sus blancos y negros, en la alquimia de su sangre el gris de sus padres acaba por roerse a sí mismo como en un corredor sin salida de su laberinto genético ¿parricidio o prodigio? La generación de segundos grises quiebra con la anterior pureza. Ellos echan raíces en la estructura roedora, cavan la médula y desatan la chispa recesiva. Las nuevas ratas negras y blancas comparten con los nuevos grises el festín de la autofagia. La familia está completa. Los colores se han desintegrado. Los roedores han vuelto al ruido poético.

"A mí me va lo gore, ¿cachai?, La poesía no me pone". Una chica rockera ayer a un amigo que le dedicó unos poemas.

Las otras fuerzas del Rechazo: contrapunto de sombras.

Se ha dado un verdadero contrapunto de sombras en torno al rechazo al proceso constituyente. Este rechazo hace rato que ya está lejos de constituir un grupo homogéneo y una sola bandera política. Efectivamente, es transversal, pero cabe precisar los actores en juego. Existe un sector del mundo de la izquierda que ve en este proceso la perpetuación de la “cocina” realizada el 15 de noviembre del 2019, a espaldas de la ciudadanía (es bueno recordar que el PC se mantuvo al margen de aquel “Acuerdo”, pero ahora se sube oportunamente al carro del aprobismo). Ese sector, que yo identifico como “anarco comunitario”, sostiene, a mi juicio, que es preferible marginarse de la competencia oligárquica para así mantener una visión crítica en pos de un compromiso con las “bases” para construir el llamado poder popular deliberativo y autónomo. En el fondo, acusan que el proceso constituyente fue otra maniobra de la casta política continuista del “modelo” (a través de la ley 21.200) para parasitar de la sociedad y ponerle cortapisas a las “transformaciones” que aquel legendario estallido de octubre estaba llamado a empujar. Por lo tanto, la nueva Carta Magna no haría, para ellos, más que reforzar el poder del Estado representando a “los mismos de siempre” y no impulsando aquellos cambios sustanciales que se estimaban desde el espíritu octubrista, como lo es la soberanía y la participación vinculante.

Por otro lado, existe un sector del mundo de la derecha que ve en este proceso la consolidación institucional de una insurrección planificada durante muchos años por la “izquierda radical” y que tuvo su punto de eclosión en aquel Octubre Rojo. El “Acuerdo”, para ellos, constituye la complicidad de toda la clase política con esta “revolución” en curso, de espaldas a la sociedad, a Chile y a su tradición republicana. Ese sector, muy cercano a los “libertarios”, plantea, desde mi visión, que es urgente frenar toda tentativa insurreccional en el seno de la política chilena, con tal de conservar la distancia crítica con el poder y frustrar el avance de un Estado hipertrófico que pisotea las libertades individuales de los ciudadanos. Muy en el fondo, denuncian que el proceso constituyente no es más que un complot de los políticos globalistas de izquierda y de derecha para vender la nación a ciertos poderes fácticos y cumplir ciertas agendas internacionales que instan a socavar el Estado Nación y a perturbar el orden en la patria, a costa del destino de todos sus compatriotas.

Dos espectros del Rechazo se plantan firme a la hora de conspirar para que no se apruebe la actual propuesta de Constitución. No así con respecto al proceso en curso en nuestro país. Ambos difieren en sus posturas teóricas, en sus consignas y en sus deseos, pero comparten ambos, -aunque por razones distintas-, un sentimiento de repulsa a lo que se está viviendo. Inconformistas, ajenos al mainstream mediático, procuran “salvar” algo, el país, la lucha, las bases, el orden, de algo que los amenaza, esto es, la Nueva Constitución. Esta representa, para ellos, el amarre definitivo, el texto maestro con el cual se consolidan los planes del “enemigo” en cuestión. Pese a confluir en un mismo escenario y en una dirección similar, ambos sectores, ambas sombras, están lejos de constituir un puro bloque organizado, coordinado y coherente. Es más, acarrean en sí mismos fuerzas del todo disímiles pero que vibran bajo un tenor de malestar y escepticismo. Para el resto, el aparataje de los que aprueban y rechazan para reformar, hay que visualizar el futuro del país con esmero y con plena convicción de que el espíritu común es el de la reforma, sinónimo de los grandes cambios, “en la medida de lo posible”. En cambio, para ellos, siempre sombríos, a la espera del acabóse, se trata de contraponer resistencia a los poderes en pugna que, de lado y lado, se proponen, a toda costa, instalar la narrativa del cambio constitucional como garantía máxima de la alegría que vendrá para quedarse, esta vez, para siempre, aunque ya no quede suelo que pisar ni frontera que cruzar.

sábado, 13 de agosto de 2022

“Con A Sangre Fría -decía un compadre-, Truman Capote inventó la novela reportaje. Capote entendió que la historia es ficción, y que contar la realidad es imposible”. Ergo: la realidad es novelable. Hablaba una amiga, el otro día, sobre un concepto relativo a la crónica periodística: literatura de la realidad. Interesante, porque llega un punto en que la escritura no distingue entre lo fáctico y lo ficticio. En ese territorio ambiguo, pleno de connotaciones, reside la creación.

viernes, 12 de agosto de 2022

Se sabe que Salman Rushdie, el escritor de Los versos satánicos, fue amenazado por el ayatolá Jomeini, líder supremo de Irán, en el año 1989, tras el escándalo de su novela, subversiva contra el fundamentalismo del Corán. Jomeini, en aquellos entonces, realizó una fatua en la que, literalmente, pedía la cabeza del escritor, por su blasfemia literaria. Hoy, casi treinta y tres años después, y tras una estela de censura, odio y violencia dejada en todos los lados a los que iba, Rushdie fue apuñalado de forma brutal en el contexto de una conferencia en Nueva York. Esta iba a tratar precisamente sobre su experiencia como literato exiliado y sobre cómo Estados Unidos acabó siendo, para él, una verdadera “tierra de asilo para la libertad de expresión creadora”. Hasta ahora, no se han esclarecido lo suficiente las causas del ataque por parte del perpetrador. Solo se le logró identificar con el nombre de Hadi Matar. Como si ya el hecho de sangre no bastara, la referencia no puede ser más irónica y surrealista. Por el momento, la única certeza que se tiene es que el escritor permanece en estado grave. Tal vez no pueda volver a hablar. Puede que esta sea su lucha definitiva contra los enemigos de la libertad, ojo, tanto en su natal India como en los propios Estados Unidos. La mordaza sobre Rushdie es la metáfora perfecta de una época atravesada por el talibanismo ideológico. Quien quiera ponerle un precio a la cabeza del otro, solo por pensar distinto o por expresarse en términos divergentes, tiene pasta de ayatolá, aunque lo niegue y sus pretensiones sean las de un purismo moral inexistente. Si perdemos a Rushdie, habremos perdido otra mente creadora, pero habremos ganado un mártir, un alma sacrificada por la causa quijotesca de la libertad de expresión, en plena era de la cancelación a todo nivel, ya sea en nombre del fundamentalismo religioso más rancio como en nombre de los valores más altisonantes. "La libertad no es un té de las cinco. La libertad es una guerra", rezaba un personaje de una de sus novelas. La literatura será libre o no será, despotricará rabiosa, contra todo y contra todos o acabará acuchillada, abandonada a su suerte, amordazada para siempre, bajo el silencio cómplice de los hipócritas.
¿De qué te sirve adherir doctrinariamente a una ideología si no estás dispuesto a trabajar sobre tu propio interior? Negarse a eso es lo contrario a la gnosis.

jueves, 11 de agosto de 2022

“España será el puente entre la América Latina y Europa, pero yo creo que las circunstancias nos han llevado a tratar de ser más europeos que latinoamericanos, y nosotros estamos aquí esperando, un día no muy lejano, en que regresen como se sentaban los chinos a la puerta de su casa a esperar a que pasara el cadáver del enemigo (…) Los españoles volverán otra vez, porque cada día son menos europeos (…) En el fondo, siguen siendo unos españoles iguales a nosotros”. Gabriel García Márquez en entrevista en RTVE. A raíz de este hallazgo, conversábamos respecto a la hispanidad con un compadre. En efecto, la idea de Hispanidad cobra vigencia en nuestra cultura y es lo que planteaba Gustavo Bueno al señalar que España se formó no con Europa sino contra Europa. España fue un imperio que luego se proyectó en América, por lo tanto, decir que somos Hispanoamericanos equivale a decir que reconocemos el legado de su cultura y de su historia en nosotros. Recuerdo que en mi tesis de grado sobre Los perros del paraíso de Abel Posse, al plantear que América es un pandemonio, lo que hice fue criticar el relato de los orígenes, aludiendo a que no hay una raíz unívoca, originaria, porque finalmente no somos indígenas ni tampoco europeos, sino que heredamos la tradición española que bebe de la cristiandad, de Occidente, y el mestizaje explicaría que hubo, después de todo, una hibridación cultural. Abel Posse dijo básicamente que nuestro lenguaje construye nuestro mundo, y sin España, sin la lengua española, no sería posible un Neruda y un Vallejo. Por lo mismo, y tomando la idea de Jesús G Maestro, El Quijote es nuestro canon definitivo. La primera novela bisagra entre la época de la caballería y el Renacimiento podría ser perfectamente la bisagra simbólica entre el espíritu de España y el llamado “Nuevo Mundo” americano.

Declaro mi independencia política y mi libertad de pensar por mi cuenta.

La independencia política no es otra cosa que la libertad de pensamiento llevada a la praxis, así que su represión, exclusión y discriminación entraría en conflicto con los artículos 25 y 67 consagrados en la propia propuesta de Nueva Constitución: inciso 4 del artículo 25, prohibir la discriminación fundada en opiniones políticas; e inciso 1 del artículo 67, derecho a la libertad de pensamiento y de conciencia. Cabe recalcar esto, hoy por hoy, de cara al plebiscito de salida, sobre todo y considerando la verdadera batalla campal desatada entre ambas opciones, las que han empujado posiciones totalmente radicalizadas y enfrentadas entre sí. Lo paradójico es que los diversos ataques y censuras producidas por esta división de ideas contrapuestas, tanto en los medios como en la vida pública, pasarían a llevar aquellos artículos contenidos en la propia propuesta constitucional, formando, de esta forma, un bucle contradictorio que nadie ha advertido o se ha atrevido a denunciar con firmeza. Por eso, y después de una ardua y tortuosa tarea reflexiva, me he volcado hacia una postura cada vez más distante de la “servidumbre política”, inspirada en la línea del Anarca de Ernst Junger y más cercana a la crítica de la “hemiplejía moral”, ya esbozada a la perfección por José Ortega y Gasset en su Rebelión de las masas. Soy consciente que adoptar esta posición me llevará de inmediato al ostracismo e incluso a la repulsa de ciertos “círculos” que solía frecuentar en el pasado por motivos literarios y con los cuales compartía alguna clase de afinidad política e ideológica. Ese lazo ya se ha roto, por lo que me siento, más que nunca, en plena libertad de acción y de decisión. Asumo plenamente las consecuencias de emprender este nuevo rumbo y este nuevo camino, quizá lo verdaderamente “nuevo”, después de tanto recorrido vital.

martes, 9 de agosto de 2022

lunes, 8 de agosto de 2022

“El comunismo “se jacta de la infalibilidad”. Todos los que se oponen al “credo” (esta expresión es utilizada por Engels) comunista son excomulgados. Marx escribió: “Bakunin debe tener cuidado. De otro modo le excomulgaremos”. Lo que Marx le escribió a Bakunin, eso mismo sentí cuando el año pasado uno de mis ex amigos de la Universidad me eliminó. Este compadre era un marxista devoto, parte del MUD. Fue tanta su decepción que hasta dijo que “ya no era su compadre”, únicamente por una diferencia de posturas ideológicas y mi renuencia a votar por su candidato presidencial. La cuestión resulta desilusionante pero también ridícula, por la sencilla razón de que nunca fui alguien muy movilizado ni convencido políticamente. Para él, en cambio, mi “nueva deriva política” significó casi una traición a su causa, en circunstancias de que nunca llegamos a debatir seriamente y con altura de miras. Veo con tristeza que así es como se comportan los abanderados por determinada idea o partido: excomulgan a sus viejos amigos que ya no comparten su forma de ver el mundo o de vivir la política. Se vuelven para ellos “enemigos objetivos”, perdieron, según su dogma, “consciencia de clase”.
El verdadero poder tiene dos caras y dos brazos.

domingo, 7 de agosto de 2022

Un adelanto de lo que será mi próximo hipotético libro: "Onirómano", libro que intenta explorar la tenue frontera entre sueño y realidad a través de una serie de relatos con temática onírica. Un poco de ficción, otro tanto de autobiografía. Este tendría que publicarse a futuro, pero por lo pronto viene otro libro de crónicas:

“Yo existo porque hay un hombre que me sueña; un hombre que duerme y sueña y me ve obrar y vivir y moverme, y que sueña en este momento que les hablo como lo hago. Cuando comenzó a soñarme, comenzó mi existencia: cuando despierte, dejaré de ser.” La última visita del caballero enfermo, Giovanni Papini.

Hay una teoría que sostiene que los sueños pueden tener directa relación con la sustancia psicoactiva DMT que sería producida naturalmente por la glándula pineal. De ahí la naturaleza caótica de la imaginería onírica. Eso recordó cuando la noche anterior subió las escaleras de algún gran recinto educativo. Este iba cobrando una forma inusualmente parecida al laberinto de Escher, pero solo en el relieve de los espacios, porque las escaleras se hacían empinadas y no tenían otra curva ni otra geometría que la de su inclinación. El timbre para entrar había sonado hace rato. No había eso sí ningún alumno merodeando los alrededores. Al llegar, dio con una sala imaginaria. Era una sala de educación media. Los cabros permanecían allí sentados, casi impávidos. Una angustia comenzaba a aflorar. Era una angustia producto de su silencio, hasta cierto punto, insoportable. Una tranquilidad sepulcral lo invadía todo. La sala asemejaba, por su pintura blanca y por la cualidad de sus moradores, una condición de monasterio. Solo una mesa vacía indicaba el lugar que le pertenecía por descarte al profesor. En el momento que abrió el libro de clases para pasar la lista, luego de haber saludado con la mirada a todo ese grupo de jóvenes almas silentes, el curso entero desapareció. La puerta de la sala se abría de manera misteriosa. En un abrir y cerrar de ojos, todo se fue a negro sin mayor explicación...

Los enemigos del hombre en La Primera Revolución global y Matrix

Alexander King, el co-fundador del Club de Roma, junto a Bertrand Schneider, escribieron en 1991 el libro «La Primera Revolución Global», donde afirmaban: «El enemigo común de la humanidad es el hombre. Al buscar un nuevo enemigo que nos uniera, se nos ocurrió la idea de que la contaminación, la amenaza del calentamiento global, la escasez de agua, la hambruna y similares podrían servir. Todos estos peligros son causados por la intervención humana, y sólo pueden ser superados a través del cambio de actitudes y comportamientos. Por lo tanto, el verdadero enemigo es la humanidad misma».

Por otro lado, en la película Matrix (1999), el señor Smith le dijo a Morfeo, luego de capturarlo:

«Me gustaría compartir una revelación que he tenido durante mi estancia aquí. Se produjo cuando intenté clasificar su especie. Me di cuenta de que en realidad ustedes no son mamíferos. Todos los mamíferos de este planeta desarrollan instintivamente un equilibrio natural con el entorno que lo rodea, pero ustedes, los humanos, no lo hacen. Se establecen en un área, y se multiplican y multiplican hasta consumir todos los recursos naturales. La única manera que tienen de sobrevivir es extendiéndose a otra área. Existe otro organismo en este planeta que sigue el mismo patrón: el virus. Los seres humanos son una enfermedad, un cáncer de este planeta. Ustedes son una plaga, y nosotros somos el tratamiento».

¿No les parece que ambas declaraciones, en la realidad y en la ficción, guardan una impactante coincidencia? ¿No se avizoran elementos neomalthusianos en esta consideración del hombre, de la humanidad, primero, como “enemiga de sí misma”, y luego, como “un virus, una enfermedad, un cáncer”? ¿No subyace acaso, tras esta preocupación ecológica y esta consciencia medioambiental un solapado desprecio al ser humano en cuanto tal?

Se pueden sacar muchas conclusiones, relacionadas directamente con las conspiraciones, con el poder detrás de las sombras y los telones de la historia, pero cabe precisar algo mucho más práctico de entender: todo gran villano, tanto real como ficticio, siempre tendrá por enemigo principal al hombre. El villano, por excelencia, es misántropo.

sábado, 6 de agosto de 2022

Reciclando viejos estados. Ahora, uno sobre The Sandman, a propósito de la serie:

En la segunda parte de Preludios y Nocturnos, cuando Sandman le gana a Choronzon en el duelo del infierno, en el fondo, se trata del poder del mito, aquella verdad recóndita, no la palabra mutable, propia de sofistas (el mito era "lo verdadero", no ciertamente el logos) "¿Qué sería del infierno si no se pudiese soñar con el cielo?", se dejaba leer en una de las viñetas. La esperanza como lo infranqueable y, a la vez, como lo incierto porque abriga posibilidad, apertura a la experiencia de la vida y el sueño.

viernes, 5 de agosto de 2022

Durante la clase de tópicos literarios, un cabro tenía una duda con respecto al tópico del amor cortés: "Profe, ¿Es como la droga?", preguntó. "¿Cómo así?, le pregunté de vuelta, no captando muy bien la asociación. "Es que para mí el amor es como la droga", dijo, sin más. "Te vuelve adicto", repitió, no sin antes guiñarle el ojo y mirar fijamente a la chica de enfrente. Esta le sonrió. El amor cortés de los caballeros andantes tenía antecedentes en la poesía árabe, e implicaba una auténtica "intoxicación emocional". Pérdida de sí mismo. Renuncia en pos del sentimiento. Así que, en cierta manera, el cabro no estaba tan equivocado. Amar para él era drogarse, volverse adicto. La chica a la cual le guiñó el ojo, le correspondió, siendo cómplice de su rito de drogadicción. Pero aquí, sin embargo, la poeta era ella, y la persona a la cual le dedicaba tantas líneas y tantos versos en los poemas que me pedía corregir, era justamente aquel cabro. En el amor y en su proceso de intoxicación a través de la poesía, las palabras rebasaban su propia historia. En ese rebasamiento consistía el sentido de lo poético.

jueves, 4 de agosto de 2022

Por Avenida Valparaíso, un caballero caminaba, biblia en mano, vociferando unas palabras religiosas, críticas del mundo actual. “El amor se ha enfriado frente a la maldad del mundo”, fue una de las frases que más me resonó. Mientras el caballero seguía con su quijotesca prédica, la gente pasaba a su lado, impertérrita. Uno que otro se detenía a observarlo y escucharlo, cautivos de su discurso o simplemente curiosos por lo desvergonzado del acto.

Me apronté a seguir al caballero, a ver qué otra joya se soltaba. En cambio, di la media vuelta para poder divisarlo de lejos, admirado por su libertad. Podía parecer otro loco creyente soltando, contra viento y marea, sus pasajes ortodoxos, pero el solo hecho de arrojarse a la calle, frente a la marea citadina y persignarse al cielo, lo hacía poseedor de una pasión mucho más real que el hábito del trajín rutinario y la vitrina materialista.

“El Señor es la esperanza”, remataba el caballero, alzando su biblia al aire, justo al cruzar frente a un puestito del Apruebo, en la esquina con la Plaza Sucre. Los volantes apenas lo notaron, demasiado ocupados en su proselitismo callejero. Uno de ellos repetía que “la esperanza le ganará al miedo”, dejando entrever que esta consigna aún podía tener un efecto político, más allá de la campaña presidencial.

Un poco más abajo, por la misma avenida y la misma acera, estaba instalado otro puestito, ocupado este por un sujeto que vendía ejemplares de la Nueva Constitución. “Lleve la Nueva Constitución de la República”, gritaba frente al gentío, cual comerciante de feria, en toda la boca de la calle, a ver si algún ciudadano se animaba a contribuir con la causa del momento.

De pronto, entre tanto bullicio al paso, las únicas palabras que aún rondaban, simbólicas, imaginarias, sobre la atmósfera del centro de la ciudad, eran las de aquel caballero de la Biblia, las del volante del Apruebo y las del vendedor de ejemplares de la Nueva Constitución. Ciertamente, cada uno había hecho de sus esperanzas, un verdadero mercado, un dinámico intercambio de promesas, a cambio de la adhesión inmediata a su credo. Lo único que los unía, después de todo, era su tránsito por un espacio que sucumbe ante el imperativo del comercio ambulante y que sobrevive a su loca época, a punta de viva voz y verdad revelada.
¿En qué momento el mundo se precipitó hacia el abismo? ¿En qué momento, querida, nos fuimos tan a la mierda?
“Divido toda la literatura mundial entre obras autorizadas y no autorizadas. Las primeras son todas basura; las segundas, aire robado. Quiero escupirle en la cara a cualquier escritor que primero obtiene permiso y luego escribe”. Osip Mandelstam en La cuarta prosa, citado por J.M. Coetzee en Contra la censura.
Unos cabros tocaron Smells like teen spirit en el colegio. La llama prometeica del rock aún sigue viva.

martes, 2 de agosto de 2022

Continuación dialógica a la cita de Borges sobre el gobierno ideal

Borges: — ¿Cuál sería para usted el gobierno ideal?

—Diría que gobierno e ideal se contradicen.

A. T: Si tuviéramos una civilización evolucionada y organizada, un gobierno estaría demás, pero mientras convivamos con cavernícolas criminales necesitaremos poderes que ordenen esos inconvenientes.

Yo: Lamentablemente, los estatutos de poder vertical "representativo" son todavía necesarios hoy por hoy, dentro del marco de una República (entendida como división de los poderes del Estado) mientras no existan las condiciones para una libre organización. Está claro que en el fondo existen poderes fácticos y la ilusión de representatividad siempre será el signo de las democracias actuales.

A.T: Sí, también es un tanto ilusorio, luego de esta pandemia si algo me quedó claro es que los verdaderos poderes están a nivel mundial por sobre todos los gobernantes de todo el planeta (que son apenas quienes dan la cara), hacen y deshacen a placer, cuando se les descontrola la granja enseguida encuentran la forma de "equilibrar" los tantos, sacrificando nuestras insignificantes vidas y de paso haciéndose económicamente más poderosos aún... pero el homo sapiens sigue trayéndoles sangre nueva, para su provecho.

Yo: Tal cual, nuestros "gobernantes de turno" y sus financistas políticos y corporativos son sólo los títeres de otros poderes a la sombra, con mucha más influencia, y los rostros que nos muestran en los medios son sólo aquellos que nos quieren hacer ver, como se dice, la punta del iceberg. Si bien hay suficiente evidencia para pensar en una agenda mundial (es cosa de leer sobre el club Bilderberg, el Foro de Davos y los planes del FMI) me inclino a pensar en los dichos de Alan Moore sobre que "nadie tiene el timón", lo cual nos deja al menos un margen de libertad, reducido, pero un margen al fin.

A, T: Por ahora, no pueden con nuestro razonamiento… por ahora.
La verdadera autonomía de criterio está en cuestionar lo que puede estar sujeto a cuestionamiento, sin mirar colores, preferencias ni afinidades. O, al menos, hacia esa autonomía se debería aspirar.

lunes, 1 de agosto de 2022

Hoy, una chica en clases estaba transmitiendo en vivo a través de Tik Tok. "Guarde eso", le ordené, mientras seguía filmándolo todo, haciendo de la sala un verdadero estudio de grabación. "Ya, profe, sonría... lo están viendo mis seguidores", afirmaba la chica, muy risueña y segura de sí misma, apañada por sus compañeras, al fondo. Al acercarme, intenté retirarle el celular y alcancé a ver su perfil de Tik Tok. Efectivamente, la chica contaba con miles de seguidores, y cada video transmitido tenía, por lo bajo, cien visualizaciones. "Mish, ¿quién lo diría?", le dije a la chica, sorprendido, en parte. "Tenemos aquí a toda una influencer". Las compañeras se rieron. Otros, más al medio, se dieron vuelta para ver el video en transmisión de la clase. El curso, al frente, mientras tanto, se mantenía indiferente, hipnotizados frente a la pizarra. "Sí, profe, soy entera viral... y ahora usted también se hará viral", volvió a afirmar la chica, con una seguridad apabullante. Seguía transmitiendo desde su Tik tok, a medida que intentaba detenerla y las visualizaciones aumentaban a cada segundo. Parecía que la clase misma se volvía un show viral, en el que la estrella era esta chica, y el curso entero, junto con el profesor, se volvieron nada más que su espectáculo, su contexto necesario para su contenido. Ningún profesor normalista podría haber adivinado, siquiera, a lo que llegaría la educación del futuro. Ninguna clase del pasado podría haber sido viralizada y, en cierta manera, virtualmente inmortalizada, como ocurrió en aquella clase de la mañana, y con semejante alcance inmediato. La chica no es precisamente de las más populares ni de las mateas del curso, pero, a su modo, hizo de la clase, con la virtuosa aplicación, su propia experiencia pop, su propio simulacro de éxito, directamente proporcional a su cantidad de espectadores e inversamente proporcional a su rendimiento académico.
La auténtica dialéctica política está en determinar quiénes son “nosotros” y quiénes son “ellos”.