miércoles, 11 de agosto de 2021

Las dos grandes fuerzas disidentes contra la Cocina global

Hay dos grandes posturas underground, no visibles ante los medios, que cuestionan la legitimidad de la Constituyente y sus tan rimbombantes propósitos. Indagar en esto cuesta incluso el ostracismo personal y el ninguneo de tu círculo. Pero desenterrar estas dos posturas permite una mirada más panorámica, inclusive disidente y “fuera de la máquina”. Ambas coinciden en el diagnóstico pero difieren en la contrarespuesta.

La primera dice relación con los planteamientos del Partido de Artés, UPA, con su idea de Refundar Chile pero realmente “desde las bases”, mediante una soberana y popular Asamblea Constituyente. Un simpatizante de esta visión recuerdo que decía que ni el Apruebo ni el Rechazo cambian las cosas, porque uno mantendrá la Constitución espuria del Dictador y el otro hará una "Nueva Constitución" que, en el fondo, es una pantomima sobre la cual se reforzará la vieja Constitución, puesto que no tendrá el carácter de “hoja en blanco”, y además mantendrá los tratados de Libre Comercio, sobre todo en lo relativo a la Ley 21.200 con énfasis en los Artículos 135 y 136, donde se evidencia el fraude del plebiscito de Octubre. En resumidas cuentas, para este simpatizante, haber aprobado la Convención Constituyente resultó en haber apoyado la creación de una Nueva Constitución en base a los mismos partidos políticos que son cómplices del sistema, los cuales, debido al refichaje ilegal, serían ilegítimos.

La solución a esta gran farsa, entonces, de acuerdo a los miembros de UPA, consiste en levantar la candidatura del profesor Artés, para empujar una vía marxista ortodoxa, destronando a la clase política para, literalmente, “tomarse” el Estado y recuperar la soberanía del país, mediante el levantamiento de los proletarios en contra de los usurpadores de cuello y corbata.

La otra postura anti Convencional es la representada por el canal de youtube Viva Chile, en donde, con un ánimo de marcado patriotismo, se ofrece un análisis completo de la infiltración de las Naciones Unidas en territorio chileno. Hace poco, Viva Chile, en uno de sus videos, ha confirmado que el 7 de julio del 2021, el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales publicó un convenio con la Fundación Alternativas, (de origen español, con clara orientación “progresista”), para la colaboración en el proceso de acompañamiento del proceso constitucional, político y social de Chile 2021-2022. Esto significa que una burocracia extranjera está metiendo mano en nuestra Carta Magna, cual neo colonización.

Pues ¿qué pasa con esto? que la Convención Constitucional de Chile está siendo asesorada por organismos transnacionales bajo el contexto de un globalismo impulsado por las Naciones Unidas para la implementación de la Agenda 2030 y sus 17 objetivos de desarrollo sostenible, objetivos que encausarían un mundo más plural, más diverso, más inclusivo, aunque de manera unilateral, sin un consenso real de parte de todas las naciones involucradas, todo lo cual lleva a pensar en la Nueva Constitución no como un ejercicio verdaderamente soberano, no verdaderamente como una “refundación” de lo viejo para instaurar otro modelo (¿acaso socialista?), sino que como otro palimpsesto que viene a transformar el experimento neoliberal forjado en Dictadura desde la Constitución del 80, cuestión que, dicho sea de paso, fue el preámbulo para generar las condiciones que actualmente configuran el escenario socioeconómico del país. Solo basta fijarse en el artículo quinto de la vieja Constitución, el cual plantea que el Estado debe ser respetuoso de los tratados internacionales vigentes. Este ha sido el único artículo que quedó intacto y amarrado para esta otra Nueva Constitución, en la llamada ley 21.200.

En definitiva, el Acuerdo por la Paz SÍ FUE UNA COCINA, porque lo único importante para la casta política fue la protección de aquellos tratados internacionales con el fin de cuidar los intereses económicos de los grupos de poder y reforzar el proceso de globalización de Chile ante el mundo, su nueva política de “fronteras abiertas” sorosiana o, mejor dicho, su definitiva deconstrucción. Ni hablar de la identidad nacional, retrógrada ante la mirada del buenismo multicultural de los globalistas filantrópicos.

¿Qué solución propone Viva Chile a todo esto? Se puede apreciar en sus videos. Básicamente, un modelo de Estado chileno a lo Singapur, un equilibrio armonioso entre un Estado protector de la institucionalidad y los recursos naturales, y una economía de libre mercado respetuosa de las políticas internas del país. Un nuevo nacionalismo revisitado, un “chilenialismo”, muy distinto al hipotético gobierno popular y marxista de Artés. A pesar de que se pueden situar en espectros políticos muy disímiles, a la larga coinciden en el hecho de que la Convención, como temía el propio Pepe Mujica, se está volviendo una auténtica “bolsa de gatos”.

Lo realmente terrible de todo esto es constatar que la tan ansiada Nueva Constitución nunca fue impulsada verdaderamente “desde abajo”, desde el “puro pueblo” y con “Doña Juanita” como protagonista, y confirmar, una vez más, que, tal cual decía Albert Camus, “todas las revoluciones modernas acaban en un mayor fortalecimiento del poder del Estado”, en este caso, en otra burocracia aún más grande que los simples Estados nación, en un verdadero Leviatán global con aires de hegemonía mundial.
En la estación de metro había un cartelito con la leyenda “Bibliometro”. Ahí se mostraba un catálogo de lecturas disponibles en línea, escaneables con un código QR. Analicé el código de Hamlet. Me pareció curioso abrir el Hamlet digital mientras esperaba el próximo metro tren, de modo que al pasar por el túnel diera con algún pasaje solemne y fatalista, perfecto para cerrar otra jornada laboral igual que la anterior. Al intentar bajar el archivo del libro, sin embargo, se desconectó, producto de la débil señal bajo tierra. Entonces, subí al metro tren sin poder leer el Hamlet. Llegando a la estación, se reestableció la señal y se logró descargar el archivo. Lo abrí, pero esta vez la página de Bibliometro me llevó a un enlace vacío, completamente negro, emulando un abismo de la red. Algo en la configuración de la descarga o en el almacenamiento de la página no había permitido que leyera el Hamlet digital. Tal vez, como en una parte de la obra, donde hablaban los cómicos, sólo en el hombre la voluntad es libre; mas no la ejecución, y así el suceso nuestros designios todos desvanece.
Como cambian los tiempos. Antes, cuando era colegial, comenzaban las clases con un Padre Nuestro; hoy, lo hacen con una inducción sobre protección e higiene para permanecer seguro en clases presenciales y al interior del colegio. Claramente, pasamos del Dios cristiano al Dios sanitario