lunes, 31 de octubre de 2022

Titivillus, el terror de la escritura

¿Cuántas veces hemos dicho mal una palabra en medio de una conversación importante? ¿Cuántas otras hemos escrito algo y, en medio del oficio, se ha plagado de errores ortográficos, sintácticos y gramaticales? ¿Cuántas veces hemos intentado enmendar aquellos errores sin éxito, y no han dejado de aparecer, una y otra vez, más y más ripios, volviendo insufrible la tarea de la escritura? Todo eso ya no corresponde a nuestra entera responsabilidad. Si somos un poco más creativos, cada uno de nuestras faltas con el lenguaje puede ser atribuido a Titivillus, el demonio del error. Se dice que, en nombre de Lucifer, esta entidad infernal introducía errores en los trabajos de los escribas y copistas medievales. La primera alusión al terrible demonio corresponde al Tractatus de Penitentia de Juan de Gales, que data del año 1285.

En los prolegómenos de la historia del libro, al no existir un sistema mecánico de reproducción, los libros eran transcritos uno a uno, de manera manual. Titivillus, en esas circunstancias, había hecho de las suyas. Se aprovechaba de las extenuantes jornadas de transcripción, la escasa iluminación y la dedicación constante al mismo oficio de escribir. Cada uno de los errores de los escribas era adjudicado a Titivillus, por lo que adquirió una fama inconmensurable. Se había vuelto, con toda justicia, el terror de los escritores y los grafómanos.

Hay un tratado devocional inglés anónimo del siglo XV llamado Myroure of Oure Ladye. En este, Titivillus se presentaba a sí mismo diciendo: «Mi nombre es Tytyvyllus ...» y hablaba sobre su modus operandi, haciendo que los escribas se comieran sílabas y palabras enteras. Las expresas intenciones del demonio consistían en provocar el pecado en aquellos que escribían, con la inclusión de absurdos tipográficos, horrores ortográficos y toda clase de trampas sobre el papel.

El infame Titivillus es el demonio que boicotea toda escritura y, por extensión, todo ánimo de palabra y de lenguaje verbal. Hace tropezar al humano con su propia herramienta de conocimiento y de expresión. Cada fallo es un paso más hacia el infierno y a la condenación eterna. Titivillus es el anatema definitivo de los escritores, pues los somete a la humillación de su oficio y al escarnio de sus lectores que, bajo la forma del error, encontrarán la evidencia para servir de verdugos de aquella obra malograda.

En definitiva, si aquellos que trabajamos con la palabra y con el lenguaje, tuviéramos nuestra propia noche de brujas y nuestro propio purgatorio, en ellos habitaría, sin duda, el demonio Titivillus. ¿Cuántas obras maestras no han logrado trascender precisamente porque lograron superar sus pruebas? ¿Cuántas obras, pese a su reconocimiento, no han caído bajo sus garras, como en una suerte de bautizo malicioso en tinta? ¿Cuántos potenciales escritores no han desistido, frustrados ante la obra del maléfico espíritu? Peor que la existencia legendaria de este engendro, sin embargo, podría ser el hecho de que todo escritor guarda dentro de sí, en su corazón y su consciencia, su propio demonio del error, presto a hacerlo fracasar, a precipitarlo al olvido, a la renuncia.

"Es preciso elegir/y pasar al momento/de la vida a la muerte/y del ser a la nada". Soliloquio de Hamlet en la traducción de Voltaire (Cartas filosóficas, XVIII).


La película del Dr Mortis (cuento de terror)



Todo ocurría en el lanzamiento de una película sobre el Dr Mortis. El lanzamiento se estaba dando en algún lugar oculto de Valparaíso. Había una gran terraza que miraba hacia el mar, pero este apenas cobraba protagonismo en medio de la bruma de gente que se avecinaba, vestidos de negro, con ademanes un tanto impostados y con alguno que otro rostro reconocible.

Uno de los invitados se acercó una tal Beatriz, la anfitriona del evento, a entregar unos ejemplares de Juan Marino. Ediciones artesanales, perfectamente empastadas. Se abría paso entre el gentío con paso sutil, algo cansino pero elegante. Su rostro reflejaba una admiración un tanto paradójica, circunspecta. Un tal Alvaro B se disponía a introducir la película del Doctor, ante un público que se movía cual marea negra cerro arriba.

Cuando los comensales santiaguinos -porque se distinguían claramente de los comensales porteños- comenzaban a organizarlo todo para la proyección del filme, el escenario completo se trasladó automáticamente, sin previsión alguna, en dirección a una escalera de caracol, una oscura escalera de caracol, un Escher de pesadilla, opacando, de pronto, el tenor del lanzamiento. A lo lejos, alcanzaban a divisar el evento imprevisto dos personas: Marcela P y José A C. Lo hacían procurando no llamar la atención del resto de los invitados allí presentes. Intuían tal vez lo que había pasado, pero preferían mantenerse sumergidos en la película que estaba a punto de proyectarse.

De fondo, un radioteatro comenzaba a conspirar en las inmediaciones del Gervasoni, invadiendo el espectro sonoro. La pesadilla de Escher seguía creciendo, pero hacia abajo, en un descenso sin tregua. Conforme el radioteatro desplegaba la banda sonora del sueño, la escalera seguía su movimiento ondulante cual serpiente dantesca, hasta que llegó a una especie de boliche. El radioteatro, a esa profundidad, sonaba apenas como un zumbido en el vacío. No cabía allí otra referencia suficiente, aunque, para sorpresa del invitado, en la entrada estaba nada menos que Claudio F: -¿Y vos dónde andabai metido? Fantasma-. Esas fueron sus palabras de bienvenida. Sacó de entre su chaqueta la edición desprolija de un libro desconocido. Por supuesto, no se trataba del suyo. En la portada decía NN. -Ya, pajarón, entra, que la hueaíta va a comenzar-, alcanzó a decirle. Le entregaba el libro. Lo hacía como si ese fuese el requisito de admisión.

Dentro del boliche, apenas se percibían algunas cosas de lo que ocurría arriba. Aunque, de repente, sin notarlo, en el momento en que revisaba las chauchas para comprar algo, una señal inconsciente transportó al invitado hacia el fondo del salón, en una mesa donde estaban sentados Marcela y José, bebiendo unos cortos de tequila. Había ahí una silla vieja de madera. Al sentarse, ambos se miraban como entreviendo lo que pasaría después en el escenario apenas descriptible. "¿Qué se supone que pasaría?", se dijo a sí mismo el invitado. Marcela y José, enterados y leyendo el gesto de extrañeza en su rostro, se miraron e indicaron hacia el frente con las manos.

De nuevo, volvía a sonar el radioteatro de aquel lanzamiento en la superficie. El boliche se oscurecía. Una voz en off servía de intro al espectáculo que estaría a punto de comenzar. La voz era la de Juan Marino, inquietantemente viva. En el momento en que su parlamento se desarrollaba y llegaba a su conclusión, ordenó a los comensales a que "abrieran sus libros". Marcela y José miraban de forma cada vez más intrigante. Intuían que algo no andaba bien con la naturaleza del invitado. Entonces, en un puro golpe de silencio procuraron que el libro NN que llevaba guardado en la chaqueta fuera abierto, como así lo ordenaba Marino, abriéndose paso con su vozarrón espectral entre los presentes. Las luces volvían al boliche. Luces de fuego y de parafina. Los libros fueron abiertos de súbito. Ninguno parecía contener nada. El del invitado, que reposaba a un costado de la mesa, tampoco tenía inscripción alguna, hasta que algo similar a una música siniestra de opereta se iba fraguando.

A medida que la música recorría un pasaje de intensidad, los libros abiertos dibujaban en su contenido una historieta. Los rostros impávidos de Marcela y José comenzaban a irritarse. El del resto de los comensales se descomponía de tal manera que seguían el mismo compás destructivo de la música y el espacio del boliche cerrado, a punto de saturarse. El rostro del invitado se hinchaba de una emoción oscura, incomprensible. No podía articular palabra alguna. Cuando apenas conseguía vislumbrar en ese trance el contenido que iba surgiendo de las páginas de aquel libro desconocido, el secreto se hizo evidente: se trataba de una serie de viñetas en las que se iba componiendo una representación fidedigna de todo lo que había ocurrido. Cada paso. Cada escena. El lanzamiento. El boliche. Cada personaje con su respectivo rol estaba siendo transcrito en ese libro con absoluta verosimilitud.

La escena final de la ceremonia en el boliche era el clímax de alguna suerte de rito. La realidad del sueño había sido usurpada para formar parte de esa historieta final. El nombre del libro comenzó a hacerse patente, conforme los comensales, agotados, se preparaban para retirarse y, tal vez, volver al exterior por la escalera de caracol hacia la película. El nombre de ese libro era "Réquiem". Todos y cada uno de asistentes habían estado viviendo dentro de un ejemplar inédito de esa obra. No había un afuera de ese libro así como tampoco no hay un afuera de la realidad del sueño. La película, por su parte, seguía en marcha, con una banda sonora infinita. Todo a su alrededor, el boliche, la escalera de caracol, Valparaíso, era arrastrado vertiginosamente en ese visionado, hasta que no quedó otra cosa que su ficción devoradora, y la boca gigante de Mortis engullendo el mar.

Un hombre vestido de Jesús caminaba a paso cansino en plena avenida. Miraba hacia el vacío, sin expresión alguna. Las personas lo veían con disimulo. Una chica alcanzó a sacarle una foto, procurando que no fuera tan evidente. El hombre seguía su camino, estoico. Una leve sonrisa sugería que ya se había dado cuenta de la atención del resto de los transeúntes. Los ojos estaban puestos sobre él, cual creyentes venidos a menos. Tan pronto el hombre cruzó dos cuadras, se fue alejando de la gente. Ellos dejaron de verlo y de seguirlo. Cuando ya el hombre caminó lo suficiente, pasó por enfrente de un pequeño vehículo y lo abrió. En él metió una bolsa que llevaba guardada debajo del disfraz. Esa bolsa parecía ser su ropa de profano. El hombre Jesús subió al vehículo, le dio marcha y condujo cerro arriba, hacia destino desconocido. Su caminata solitaria por las calles no tuvo cruz, ni tampoco pasión ni resurrección. No hubo invocaciones a Dios ni mucho menos imprecaciones al diablo. Nadie podía reprocharle al cosplayer de Jesucristo su falta de prolijidad y de ritualística. Sin embargo, su misterio permaneció incólume. Su verdad nunca fue revelada. O puede que, tal vez, su disfraz haya sido su única verdad; el camino, su procesión silenciosa; y el auto, su cruz.

domingo, 30 de octubre de 2022

Gnosis X

El rayo de la muerte



I

Hay una energía que cae cual rayo

Sobre la vida: es la muerte

Una explosión que reduce a cenizas lo vivo

Una energía que al cuerpo embiste

Y a la mente apaga.



Al caer el rayo, más negro que la noche,

El cuerpo se desconecta de su envase

Y el alma se libra de la materia.



Lo que va al sepulcro es el cuerpo físico

El cuerpo vital y la personalidad.

Pero la personalidad, cual fantasma,

Permanecerá, negándose a su desaparición,

Penando en lo inconsciente.



Lo que continúa después de la muerte

Es la consciencia que se libera

El ego que la embotella

Y el recuerdo que perdura

En la acumulación del aprendizaje.



II

La muerte encierra su propio misterio

Los ángeles de la muerte

Parcas, moiras y nornas

Son los encargados de cortar el cordón de plata

Que une el cuerpo físico

Con lo sutil y lo astral.



Los ángeles de la vida

conectan el alma extraviada

Con un nuevo cuerpo en subsistencia.



Al fin, el último aliento del difunto

Se unirá con la exhalación del primer nacido.



III

El libro del destino puede leerse, nuevamente

Tras cada muerte, tras cada decisión

Cada nueva página inaugura

Un nuevo plano, una nueva existencia.



Tras la descarga del rayo de la muerte

La consciencia y el juicio interno se liberan

Y el ego cae, desmayado.

Tan pronto como se recobre del desmayo

Tendrá el pensamiento del mundo.



En el salón de los recuerdos

Observa la proyección de su vida

Analizando cada huella, cada paso

Su dharma interior le vigila y le juzga.



Con pleno conocimiento de lo que fue

La esencia se somete a tres juicios:

El número de la vida,

El peso del corazón

Y la medida de la energía.



Cuando se le quite el velo de misterio a la muerte

La esencia estará lista y dispuesta

Para enfrentar el juicio de los juicios

Y el veredicto será inapelable.



El veredicto determinará su destino

Volverá al mundo de la consciencia despierta

Retornará a la sensualidad del cuerpo

O descenderá de lleno al infierno de lo material.



La muerte, cual rayo, habrá cumplido su fin último sobre la tierra

Caerá otra vez

Hasta que el nombre de los seres

Haya dejado de pronunciarse

Y su silencio allane el camino a la luz.

Los dos verdugos (poema)

Esta noche solo existen dos verdugos:

El reflejo de tu rostro en el espejo

Convertido en calavera

& la aparición de tu sombra

Penando en el ataúd de la memoria.

sábado, 29 de octubre de 2022

"Autonasia (…) Es complicado, pero ya tengo pensado como hacerlo. Me voy a tomar tres Viagras, me voy a fumar un pito y me voy a echar un polvo." Hernán Rivera Letelier sobre los planes de su muerte.

viernes, 28 de octubre de 2022

Dios es amor (cuento de terror)

Entremés para Halloween: "Dios es amor" cuento de terror.

La monja se acercó lentamente a una de las aprendices, la más silenciosa. Su paso altanero era temido por todas, menos por ella, que permanecía impávida, introspectiva, rezando para sus adentros, durante la clase de metafísica:

-Señorita, le estoy hablando-, le dijo la monja.

Las compañeras se rieron, ante la indiferencia de la joven, que continuaba en su rezo, sin atender las palabras de su superiora.

-Si no me responde ahora, tendré que repetir la pregunta, hasta que me conteste-, dijo ella, en un tono cada vez más amenazante. La sala entera permanecía expectante, parecía que fuesen a presenciar un milagro.

-Le repetiré la pregunta, una vez más: ¿quién es Dios?-, le preguntó la monja a la joven aprendiz.

-Dios es amor-, respondió ella, de manera escueta, apenas levantando la mirada y el mentón para dirigirse a la mujer.

-¿Solo eso?-, contestó la superiora, no del todo convencida de la respuesta.

Entonces, ante el inconformismo de la clase, se incorporó de su asiento otra joven.

-Dios es el Padre, nuestro creador y nuestro salvador-, afirmó ella, para sorpresa de sus otras compañeras que apenas participaban.

-Eso es lo que quería escuchar-, dijo la superiora, esta vez, satisfecha con la respuesta de la otra joven.

-¿Ya ve?-, se dirigió a la joven del principio-. Tiene que dedicarse más, jovencita-.

La niña apenas miró a la superiora, asustada, y se fue del recinto, justo después de las aprendices.

Acabada la clase, la superiora se quedó sola frente a la figura de yeso de Jesucristo, instalada en el altar. La observó por unos momentos, con el ceño fruncido y se dirigió a ella. Luego, se hincó para rezar. En su mente, surgían tormentos del pasado. La borrosa figura de su padre, apenas descriptible desde su tierna infancia. También, la de su madre, que la acompañaba a la Iglesia, todos los domingos. Ambas personas, su padre y su madre, eran invocados como si fuesen los verdugos de su consciencia, durante la profunda reflexión ante la cruz.

La superiora miró hacia el rostro del Cristo crucificado. No le quitó la vista, hasta hacer de esa mirada una penetrante. Entonces, sus facciones comenzaron a arrugarse, poco a poco. Se hacía cada vez más vieja, conforme seguía implorándole al Señor alguna luz de comprensión. Sabía que, pese a sus súplicas, no podría sacarle ninguna palabra de aliento.

Salió del recinto, desesperada, con los ojos llorosos, el rostro descompuesto, carcomido por la edad, y fue a buscar a alguna hermana que apaciguara su alma, pero ya no había nadie allí en el convento. Tampoco había rastro de las aprendices. Salió del lugar y la ciudad se encontraba totalmente vacía. Ningún alma se dejaba deambular por las calles. La hermana superiora sintió, de pronto, la soledad de su propio corazón reflejada ahí afuera.

En un estado lamentable, demacrada, ella hizo todo lo posible por encontrar a alguien en el camino, con tal de apaciguar su tribulación. Nadie. Nadie había. Así, la superiora, bajo un verdadero trance, se dirigió a la estación de metro más cercana. Bajó esas escaleras que parecían el infinito descenso al mundo de los muertos y empezó a gritar y a golpearse contra los muros de aquellos desolados túneles, posesa de un espíritu maligno o atacada por su histérica descompensación.

Los alaridos y movimientos de la superiora eran cada vez más erráticos, tanto así que, luego de sacudirse por completo, comenzó a vomitar una extraña sustancia, parecida a la bilis. La desparramó sin medida, alrededor suyo. Al rato, cuando ya creía que iba a desfallecer del dolor, ella alcanzó a ver a la joven aprendiz del convento, subiendo las escaleras del metro. Estaba acompañada por un hombre misterioso que la cogía de la mano para salir de ahí. La superiora hizo todo lo posible por comunicarse con la aprendiz, pero fue inútil. El hombre y la aprendiz ya se habían ido, dejándola a ella, echada a su suerte.

En sus últimos estertores, recordó que aún guardaba un crucifijo colgado de su collar, un crucifijo que le había regalado su madre, la fundadora del convento. Lo apretó fuertemente, a medida que su cuerpo languidecía. Mientras más se aferraba al crucifijo, la superiora perdía poco a poco su contextura, hasta quedar en huesos y piel seca. Bastaron unos minutos para que ya no quedara nada de ella, excepto las prendas que vestía y el polvo de su forma física. Fue en ese preciso instante que un viento huracanado resopló por las profundidades del metro, y el espíritu de la superiora, confundido con el viento, supo que sin amor no puede haber creación.


Monja en oración, Joaquim Sorolla, 1883.

lunes, 24 de octubre de 2022

Anne Perry, “Asesina y novelista negra”

Entremés para Halloween: la historia de Anne Perry, la asesina novelista negra, todo en su nuevo blog favorito. Se avecinan historias cada vez más hórridas, como diría Dross:

Cuando era adolescente, fue acusada de participar en el asesinato de la madre de su amiga Pauline Parker, con quien mantenía una relación íntima. El motivo que tenía Pauline para matar a su madre era su negativa a aceptar el vínculo sentimental con Juliet Hulme, el verdadero nombre de Anne Perry. Ambas jóvenes planificaron todo con mucho tiempo, hasta que llegó el 22 de junio de 1954, día en que darían por concretado el brutal crimen. Durante un paseo alrededor del Victoria Park, Juliet acompañaba a Pauline y su madre, Honora. Fue en ese paseo que las jóvenes le propinaron una paliza a Honora con un ladrillo en la cabeza. Ante la sorpresa por el asesinato, ellas fueron a pedir ayuda simulando que se trató de un accidente. Luego de una breve investigación policial, se confirmó que Honora murió a manos de terceros.

No pasó mucho tiempo para que Pauline confesara su crimen, exculpando, en un principio, a Juliet, pero, a raíz de las pericias que se realizaron, lograron situar a Juliet en la escena del crimen, procesándola también en calidad de coautora. Entre las pericias psiquiátricas que arrojó la investigación, dieron con un trastorno psicótico compartido, también denominado “locura de a dos”. La principal prueba para inculpar a las jóvenes fue el propio diario de Pauline, donde dejaba registro de cada uno de los pasos a seguir para matar a su madre. “¿Por qué no puede morir madre? Miles de personas mueren todos los días. De modo que, ¿por qué no madre y padre también?”, anotó Pauline en su diario, meses antes del matricidio.

La sentencia las declaró culpables, aunque, por ser menores de edad al momento del crimen, se salvaron de la pena de muerte. Permanecieron algunos años en prisión, en centros penitenciarios distintos, hasta salir en libertad condicional, tras diversos tratamientos psiquiátricos. La primera en salir de la cárcel fue Juliet, quien viajó a Estados Unidos y Canadá para terminar instalándose en Escocia bajo la actual identidad de Anne Perry. Con este nuevo nombre, y con su vieja identidad velada, la asesina se convirtió pronto en una exitosa escritora de novela negra. Su secreto, sin embargo, salió a la luz en 1994 con la película Criaturas celestiales de Peter Jackson. El papel de Anne Perry fue interpretado por Kate Winslet.

Durante los ochenta, Anne Perry había cultivado una fama inusitada como escritora. En los noventa, luego de saberse su verdadera identidad, el mundo literario y comercial no hizo más que acrecentar su ya renombrada carrera. Tal vez, el hecho de haber ocultado su pasado criminal con un alter ego significó un gancho para la audiencia, y un elemento de misterio que jugaba con el límite entre ficción y realidad. Es decir ¿hasta qué punto la narradora de suspenso había hecho de su propia vida un thriller policial, participando ella en calidad de autora de relatos y también de crímenes reales? Sin duda, todo esto le valió a Anne Perry un reconocimiento único, considerando que ella había sido condenada por el parricidio de su amiga íntima. Pero claro, para muchos, aquella joven asesina fue Juliet, y no Anne. La mujer que hoy escribe es la nueva Juliet o, incluso, otra mujer a la cual se le achaca una historia de sangre, digna de sus propias novelas.

sábado, 22 de octubre de 2022

"Tus crónicas son como si Kafka hubiera escrito en Valpo", recuerdo que me dijo un loco por ahí que también escribe. Habrá que guardar las proporciones, pero kafkiana analogía ¿Qué habría querido decir?

jueves, 20 de octubre de 2022

Gnosis IX

La Rueda del Samsara



I

En la rueda, el hombre está a la altura del Sol

pero el hombre aún no alcanza su humanidad.

Debe pasar de mineral a vegetal

Y de animal a humanoide.

Debe girar o retroceder, según su evolución o involución.

Su evolución será el proceso de su esencia

Y aprenderá la ciencia que rige cada elemento.



Solo la revolución de la consciencia

Le permitirá el despertar del ciclo,

El escape de la rueda, sin cesar.


II

Para salir de la rueda,

Tendrá que humanizarse, recobrar el alma.

En tanto, las leyes siguen en movimiento

Para los dormidos.



Quienes no están dispuestos a morir

Y matar su sueño

No podrán volver a vivir

Ni brotar luz propia en las tinieblas de la materia.



Continuamente oscurecidos, seguirán girando, sin fin.


miércoles, 19 de octubre de 2022

Y para los viudos de mis crónicas, de a poco iré retomando el pulso. Aquí les dejo un breve ejercicio:

Me acerqué hoy a una joven que estaba parada en una esquina próxima a la Estación Limache. Tenía a su lado una silla. Decía ofrecer un poema declamado a cambio de un aporte voluntario. Tal cual como se lee. La chica ofrecía un poema a cambio de un poco de dinero. (¿Cuál de las poetas que he conocido hace eso?). Muy generoso, le di una luca por escucharla. Tenía un acento español marcado. El poema que declamó fue breve y hablaba de dejar a un lado los prejuicios y "espejear la luz de la emoción" (sic). Muy intensa, nuestra poeta callejera ofreció además una sonrisa, apelando al hecho de que es gratuita y no se le debe negar a nadie. Como estaba tan interesado por esta coincidencia, le dije que yo también escribía poesía. Me preguntó si me sabía algo para declamarle. Le respondí que sí. Entonces, declamé, cara a cara, el poema Octubre. "Guau", dijo ella. "Había que destacar algo". "¿Qué cosa?", le pregunté. "La palabra futuro", afirmó, "aunque venga antes de quiebre".

La asonada, qué bella y tumultuosa palabra, descubierta gracias a una lectura de la realidad chilena post 18 10, hecha por Lucy Oporto. La asonada arriba. La asonada abajo. La asonada todo.

martes, 18 de octubre de 2022

"No hay más que una necesidad: la verdad". Victor Hugo.


La verdad saliendo del pozo, Gerome, 1896

Lucy Oporto, a tres años de la asonada de octubre: "Boric se debe al octubrismo y su gobierno se funda en la asonada barbárica y planificada de octubre del 2019".

-Lucy, y …. ¿usted vislumbra una salida?

-Me hallo en ascuas, a pesar de haber votado por el Rechazo. Continuaré con mis observaciones, atenta a lo que suceda. Yo también quisiera que hubiese transformaciones profundas: una superación real de la herencia dictatorial en todos los niveles, una superación real de la barbarie. Pero si las mezquinas luchas intestinas por el poder de todas las fuerzas políticas en pugna y el octubrismo perseveran y, sobre todo, si este insiste, siquiera por omisión, en su espíritu destructivo, disolvente, nivelador y sin sentido de los límites, ni noción de que las decisiones, los actos y las afirmaciones tienen consecuencias, responsables y culpables reales, Chile podría terminar de hundirse ¿Y entonces qué? ¿Expansión del todos contra uno hasta desembocar en una guerra civil o un golpe de Estado?

-Por último… ¿Qué tal Valparaíso hoy, a tres años del 2019?

-Se ha recuperado un poco, pero la ciudad sigue siendo un desastre. Las huellas de la vandalización siguen ahí, además de la miseria, la inmundicia, la proliferación escandalosa del comercio ambulante, la crisis del transporte y el avance del crimen organizado, con sus balaceras y asesinatos a mansalva. El líder del cartel Tren de Aragua está encarcelado aquí. Tal situación es una fuente de contaminación y putrefacción: emana como un veneno que en cualquier momento pudiera expandirse.

"Andan entero detonados", le dijo uno de los cabros más tranquilos del Cuarto B a un grupo de compañeros al fondo. "Son tres años por longi, despabila", le respondió uno de los más desordenados, y le lanzó un papel. Viva imagen país. Octubrismo en la sala de clases.

Parábola de la bestia, Gabriel Zaliasnik

"Ahora es esa misma violencia la que deben enfrentar y controlar en una paradoja de sus aún jóvenes vidas políticas (los del gobierno), pues de lo contrario corren el riesgo de quedar atrapados en sus fauces. La descomposición social que impulsaron desde una falsa superioridad moral, hoy les pasa la cuenta, pero el precio lo pagan todos los chilenos.

La Premio Nobel de Literatura Louise Glück en su poema “Parábola de la bestia” ilustra gráficamente esta situación: “El gato circula por la cocina/con el pájaro muerto, /su nueva posesión./Alguien debería debatir sobre ética con el gato,/mientras investiga el asunto ese del pájaro cojo:/en esta casa no experimentamos la voluntad así./Dile eso al animal,/sus dientes ya hincados/en la carne de otro animal”.

Octubre

Una casa figura quemada

En el fondo de la noche

Es la recurrencia fatal

Es el mito incendiario

Del fin de la historia.



Un país ardía

Mientras nuestros cuerpos

ardían de placer

Demasiado ebrios en su disolución

Y nunca alcanzaron a adivinar

El futuro, el quiebre, la plaga.
18 de octubre: "El orgullo de quienes no pueden construir es destruir". Alexandre Dumas

lunes, 17 de octubre de 2022

"Un corazón se come o se rechaza". Enrique Lihn.

Gnosis VIII


Religar la raíz



I



Como la humedad al agua

Así, el espíritu al ser humano.

Llevamos la religión en nosotros

Osamos religar con la esencia

Porque Dios está en nosotros mismos.



Cada quien es su propio templo

En él se ejerce el sacerdocio de la consciencia

La conservación del fuego vital

Porque solo hay una religión: la verdad

Pero la verdad no es algo decible ni audible.



Solo aquel que vivencia la verdad

Puede hacer carne la religión

En la exploración del mundo interno

La Gnosis brotará desde lo profundo

Haciendo del conocimiento una mística.



II

Todas las religiones del mundo

Enseñaron a buscar aquella verdad

aunque muchos se quedan

Solo con la forma y no con los principios.

Los maestros vinieron a iluminar el sendero

Pero cada uno deberá completar el trabajo.



Cada maestro encarnó

Una fuerza espiritual

Un arquetipo subyacente.

Cada uno encarnará su propia verdad

Su propio Cristo, su propia muerte y resurrección.



III



Los principios son siempre iguales

Porque trascienden el tiempo.

Las formas cambian

La figura del Creador se hace

De un nombre distinto

Para cada época y para cada quien.

Lo absoluto es el origen

Y la totalidad del todo.

La triada divina se manifiesta

De la misma forma, una y otra vez

y conserva siempre el principio

La trascendencia.



IV



Las religiones son como ramas

Y el tronco del árbol permanece firme

El origen es el tronco de la verdad

Equivalente a la raíz de la gnosis.



Hay que buscar en las ramas

La altura suficiente para mirar al cielo

Y en la raíz, la profundidad para conectar

Con nuestro fuego interior.



Fuerza del amor, aviva mi fuego sagrado

Para que la consciencia despierte

Y haga de la noche del alma, una iluminación perenne

domingo, 16 de octubre de 2022

Gran poema de la poeta Lucy Oporto, que sirve de introducción a su libro Los perros andan sueltos. Imágenes del postfascismo:

La espesura se desgarra poco a poco: el insondable destello de la sangre antigua, el más vasto amor, aprisionado entre despojos, costras e instrumentos.
La soledad es la intensidad de la mirada, el transcurso de un dolor sordo, el alma consumida por la llama interior.
La lucha. La destinación. El silencio.
Mas la herida fundamental es imborrable. Es el nombre de la vida en el instante de su destrucción. Es la eternidad interior en la desgarradura del desprendimiento.
Es la mirada, la pregunta, el testimonio.
Pero, ¿en qué punto del combate entre las fuerzas se extravía la huella que conduce a la herida?
Un universo desfondado.
Ahora, el rigor cósmico conduce a la derrota. Rigor cósmico del ser desprendido: así la grandeza interior se despeña, como un cristal antiguo que enmudeciera sin entrañas, sin un mundo que lo nombre.
La destrucción de la promesa del amor y de la vida. La degradación de un fuego originario. La abjuración de los más altos dones.
Como haber nacido desde una fuente infectada. O haber escupido la mano extendida del ocaso. O haber mutilado el cuerpo amoroso de la espesura.
Soledades.
Un silencio de fuego, un camino, un descenso. Intensidad odiada por la mirada sin noche.
He ahí el mundo y los mundos. Colisiones entrañables como ráfagas, cortes y perforaciones.
No hay amor en la brecha. Solo la luz que presencia la agonía. Solo la luz de la agonía. Allí donde los castos son degradados hasta el devoramiento de su noche intacta. Allí donde el aullido es la voz de la verdad.
No hay amor en el desfondamiento del abrazo. Solo la destinación de los Vencidos a la ignominia y el oprobio.
Mas queda la mirada del abismo, emergida desde el cuerpo que lucha, la luz sangrante del cuerpo en el testimonio de la zozobra. He ahí aún la noche sacral de la promesa: el nombre póstumo de la vida arrojada.
La espiral se quiebra en el corazón desprendido.
El abrazo del alma era la promesa del amor y de la vida. El abrazo del alma es la desgarradura del desprendimiento.
La mirada sola es el anhelo y el vacío, la verdad y el aullido, la luz y la noche mancillada. La intolerada marca de la lucha.

Lucy Oporto

sábado, 15 de octubre de 2022

Hoy, día clave de iniciación. Me llegó al correo un poema de Trilce de César Vallejo, en clave de mensaje descifrado:

Es de madera mi paciencia,
sorda, vegetal.
Día que has sido puro, niño, inútil,
que naciste desnudo, las leguas de tu marcha,
van corriendo sobre tus doce extremidades,
ese doblez ceñudo
que después deshilacharse, en no se sabe qué, últimos pañales.
Constelado de hemisferios de grumo,
bajo eternas américas inéditas,
tu gran plumaje, te partes y me dejas,
sin tu emoción ambigua,
sin tu nudo de sueños, de domingo.
Y se apolilla mi paciencia, y me vuelvo a exclamar:
¡Cuándo vendrá el domingo bocón y mudo del sepulcro;
cuándo vendrá a cargar este sábado de harapos,
esta horrible sutura del placer que nos engendra sin querer,
y el placer que nos destierra!

jueves, 13 de octubre de 2022

Diego Fusaro: "si Dios, patria y familia son conceptos fascistas, entonces Platón era un fascista"

miércoles, 12 de octubre de 2022

La hispanidad, el nuevo faro en el horizonte de Hispanoamérica: hacia un polo y un bloque geopolítico.

¿Es posible que un liberal clásico y un marxista compartan un sentimiento común de respeto por la hispanidad? A simple vista, pareciera que no. Pareciera que un liberal clásico está mucho más próximo a propugnar la disolución de las fronteras y ver en cualquier atisbo de nacionalidad, arraigo y soberanismo un enclave liberticida. Y, por otra parte, pareciera que un marxista de nuevo cuño aboga por una reivindicación de ciertas “raíces latinoamericanas” perdidas, cierta leyenda negra de manufactura anglosajona que ve en la hispanidad el signo del colonialismo sobre un mundo que le es ajeno. Lo cierto es que estas dos posiciones están totalmente sesgadas y apenas pueden abarcar un espectro limitado sobre el alcance de sus propias perspectivas. Al contrario, un liberal clásico puede perfectamente apelar a la tradición cristiano occidental reivindicada por España como eje civilizatorio que profundizó en el mestizaje y la hibridación cultural de nuestra Hispanoamérica para la posteridad. Y un marxista puede, de hecho, ver en la unidad de España el legado social, cultural y político de la Iberoesfera, trascendido en nuestros pueblos americanos y su destino histórico.

Sobre este punto, Santiago Armesilla, intelectual español, ha sido un audaz crítico que ha puesto en la palestra la posibilidad de conciliar el marxismo de viejo cuño con un hispanismo renovado, acorde a esta coyuntura. Lo que se destaca de Armesilla es que se sitúa en oposición a lo que él llama las “izquierdas indefinidas” tomando la terminología de Gustavo Bueno, ya que, de acuerdo a su visión, estas, al llamarse como progresistas y realizarse de manera posmoderna, están siendo funcionales al modelo de sociedad burguesa, y siguen al pie de la letra los dictámenes de la agenda global. Armesilla, en cambio, propone retomar una izquierda definida, de inspiración marxista, para resignificar el horizonte revolucionario pero sin concebir en el linaje hispánico el signo de la opresión equivalente al del capitalista sobre el obrero, sino que las raíces genealógicas que permitan una cohesión vital entre los distintos pueblos de Hispanoamérica en contra del yugo capitalista, siempre extranjero y ajeno al espíritu de estas latitudes.

Armesilla no es el único. Lo estimulante es que ese ejercicio intelectual ya ha sido profundizado e incluso ha servido de inspiración para manifestaciones políticas en esa misma línea. Así, por ejemplo, el poeta Vladimir Boroa, a quien conozco personalmente, ha manifestado, a propósito del 12 de octubre, que este día es el día de la conmemoración de la hispanidad, dedicado a los trabajadores de ambos hemisferios y todas las culturas, dentro de las cuales se incluye, por supuesto, la cultura criolla, la mestiza, la aborigen y la propiamente española, entendiéndola, de una vez, como una “gran familia” unida por la cruzada hispanista. Incluso, Boroa ha señalado que existe, actualmente, un movimiento llamado Vanguardia Comunista de Chile, del cual forma parte, y cuyos principios apuntan a no avergonzarse de la historia hispanoamericana y a no rechazar su herencia. Este colectivo cuestiona de manera férrea cualquier internalización de la leyenda negra, considerada esta como una traición a la patria, al sentido mismo de lo que significa ser heredero de España. Le pregunté a Boroa si Vanguardia Comunista era un partido en formación o únicamente un movimiento, y respondió que es parte del proyecto iberófono “para fundamentar una insubordinación al mundo anglo”. El proyecto sigue en pie y están en vista de reclutar adeptos suficientes para formar un bloque fuerte.

Nuevas maneras de entender la hispanidad están surgiendo. A su vez, nuevas fuerzas políticas que la conciben como un faro y como un horizonte. Se está dando lugar a un nuevo polo, un polo hispánico americano que pueda sobreponerse a la subyugación del atlantismo, ese bloque hegemónico conformado por el Estado profundo estadounidense, la Unión Europea y Naciones Unidas. Y he aquí que entra otro actor en juego: Alexander Dugin. Su visión sobre la multipolaridad contra el globalismo reinante ha sido tan gravitante durante este período convulso que ha inspirado visiones como las de José Alsina Calvés, quien concibe en el Hispanismo una posible “Cuarta teoría política”, entendida esta como la planteó Dugin en su libro homónimo, aquella teoría que se sitúa después del liberalismo, el comunismo, el fascismo y el nazismo. De este modo, el abanico de posibilidades geopolíticas es tan grande que reducir toda la discusión de la hispanidad al constructo iluminista de izquierda-derecha o al aún más manido de colonialismo y barbarie, conllevaría desperdiciar un potencial alternativo de emancipación, una emancipación que requiera de un gran esfuerzo de parte de los distintos actores en la batalla cultural, para cargar en su interior con el legado de la causa hispánica y llevarla a buen puerto, más allá de los cantos de sirenas de los medios y la alta marea de los discursos disolventes.


"Ni Dios, ni patria ni familia son conceptos fascistas. Los conceptos no tienen ideología. Lo que es fascista es apropiarse de esos conceptos y pretender que tu manera de entenderlos sea la única." Ignatius Farray

martes, 11 de octubre de 2022

lunes, 10 de octubre de 2022

Abel Posse, a pesar de la historia cíclica de sangre y derrotas, condición pandemónica de América, demuestra una revaloración de España como “padres”: “Creo haber respondido: sin España y sus errores y grandezas, América sería insignificante. Al vestirnos con el sayo de España y con su idioma, nos enriquecemos de una espiritualidad y una cultura superior. Esto se ve claro en los poetas, en Neruda o Vallejo” (Aracil Varón, 2005: 217). A pesar de todo, Posse evidencia en sí mismo el problema de la idealización de ambos mundos: español e hispanoamericano. Esto retrotrae precisamente, cara a cara, la puesta en abismo del ser y la historia de Hispanoamérica. La constante pulsión paradójica, discordante, de su vórtice existencial e histórico.


Posse afirma el “absurdo de nuestra América”. Cabe señalar que el absurdo debiese ser, en ese sentido, el punto de partida más que el punto de llegada de la historia latinoamericana. Concebir la condición “pandemónica” de Latinoamérica debiese apuntar, en este sentido, a la integración de lo caótico y lo “abierto” como formas de estructurarla proteicamente. No se trata ya de la edénica América perdida, fruto del espejismo de la conciencia de los “ángeles caídos” de España; sino que de la América que se sumerge en su propia vorágine, en su propia indefinición histórica, material y ontológica, y que al mismo tiempo pugna por trascender su histórico ostracismo en relación con el mundo para fundirse en él.


Extractos de mi tesis "América es un pandemonio: ruina de un mito y ocaso de un héroe en Los perros del paraíso de Abel Posse".

La peripecia, el desconocimiento

I


La peripecia, el desconocimiento

nuestra historia así como la historia de lo abierto

siempre estuvo al borde de lo que pudo ser

pero no pudo,

en el momento en que cerraste esa puerta

y tu nombre siguió sonando adentro,

como un condenado mantra.

Di la media vuelta

y caí en el meollo de tu ausencia.

No hiciste sino rebobinar un rollo prohibido

como si en esa vuelta atrás

hubieras recobrado el tiempo perdido

y el aliento que no consiguió deletrear

este silencio.



Boca arriba

tu sola imagen me desarma

a medida que concilio

el recuerdo de tu sedienta lujuria

con un atractivo destino frente a la esfinge,

en el fondo, la musa que nos huye

simplemente para que aceptemos el destino

de vivir arrebatándonos la mirada.



II


Encubro tus silencios mejor que tus mentiras. Y lo sabes.

Hago como si no existieras

mejor de lo que tú haces para desaparecer

Solo te pido que no vuelvas nunca

y yo sabré callar tu oscuridad.




III


Tranquila estás

Como un enigma bárbaro

Como una plaga sin ciudad

Como una bomba sin tiempo

Pronta a engendrar

La pólvora callada

La explosión sorda

Que soy en ti.




IV


Tranquila,

Es solo la ataraxia de tus días,

Enciende el televisor,

prende el ordenador

revisa los mensajes

responde lo necesario

Entonces, nuestro hielo se hará agua

Tu hielo se hará agua

Ese es el curso de las cosas

Ya lo has leído

ya lo has visto

Todo tiene su orden

Eso que llamas futuro

Sabe a tus gemidos.

Una voluntad tú lo sabes

Esa misma que te come,

Deseas su profundidad

Pero tranquila estás,

Ya lo sabes,

Tu hielo se hará agua…

Permíteme nadar

No caeré otra vez,

Solo sé respirar

El oxígeno que vacías,

El aire que quiebras,

¡La mentira que crías!

Una palabra

un camino

una anestesia en tu capricho sin cuerpo.



V


Ahora que tu atención está completa

te volverás a quitar la ropa

atenderás tus lecturas como si tu orgullo profesional

opacara esas miradas y esos celos

Harás como si no hubiese ningún otro rey marchito

en la ventana

tratando de conseguir una llamada perdida

Como si el sonido de la ducha

Hubiese sido suficiente para imaginar

otro continente sumergido

sin mi hidalga presencia,

como si mi ignorancia respecto de tu vida

fuera suficiente para volverme héroe de un solo tajo

y arrancarme estos ojos

que se atrevieron a mirarte

y cortarme esta lengua

que osó en algún momento

nombrarte

probarte.




VI


Es producto de nuestra veta filosófica

es una consecuencia de nuestro delirio poético.

Sin embargo, tú sigues con ese sueño de culebrón

mientras arguyes sobre la lógica

y yo sigo arrastrándome como un plebeyo

a medida que hago de esta una clausura épica

Mejor aún:

el telón de fondo digno

para una teleserie trágica.




VII


Nada está cerrado hasta que lo abres

Simplemente prueba a clausurarme.



Deyanira desea la muerte

Heracles le resiste

Ya ves, los polos están abiertos

Caes a mí, sales

Como de un portazo.



Nada está cerrado hasta que lo abres

Nada se cierra sin una última apertura

Ese ruido tuyo limita con nuestro exilio

Eres entonces una dulce sentencia

La grieta maestra de nuestro hielo.




VIII


Sin embargo, solo nos queda lo abierto

esos ojos sangrientos

ese misterio desnudo

esa plaga que avanza

nuestro público, nuestros amigos que aplauden y sonríen

celebrando que ya era hora de partir

que ya era hora de dejarnos, el uno al otro,

sin antes una última lectura de versos trasnochados,

Un último revolcón lírico

Un último asesinato

a espaldas de los oráculos

antes de saber la verdad

antes de partir a cualquier parte

mientras nuestras ausencias fornican secretamente

riéndose de nosotros a carcajadas.

sábado, 8 de octubre de 2022

Palabra contra palabra

Palabra contra palabra, los sentimientos colisionan

Traición sobre traición, los rostros se desdibujan

Y las máscaras recrean un horror impenetrable.

Actuamos sobre seguro, confiando en nuestras más ciegas disposiciones

Declarando con el corazón en la mano una sentencia desafiante

Y lo dejamos todo mintiéndonos a nosotros mismos

Para salvaguardar una promesa aterciopelada,

un significado incubado en el extremo de nuestra complicidad

y el precio siempre fue la libertad, y el costo fue siempre la soledad

ahora volvemos al origen del puente que pretendimos construir

tabla sobre tabla mientras ese paso tendido al otro

retrocedía en contra, con cada desencuentro, con cada malentendido

con cada silencio impotente, rumiando sobre el resentimiento y la desesperación

que no fueron sino otra forma de definir

la abrupta falta de sintonía de nuestros lenguajes

y el choque meteórico, deletéreo, de nuestros mundos.

“Hablan de una institución fallida, de un error. Para mí no es eso. (La Convención) fue una institución que más que política, fue una experiencia literaria y, por ende, merece ser analizada como un Macondo.

(...)

-Ese conjunto de 8,9 cuadras en torno al Congreso es un hervidero de todos los delitos posibles. Y ahí, al medio de todo esto, este grupo de pseudointelectuales pensando el futuro, en la salvación humana. Un desbalance muy propio de esta experiencia de telerrealidad, muy de la política en el realismo mágico. En Macondo nunca funciona la elección". 

 Renato Garín.


La lucha contra el TPP11, la lucha contraintuitiva ¿hacia una posible cohesión nacional?

¿Cómo es posible que sectores de izquierda anárquica, marxista, libertarios, patriotas y nacionalistas confluyan, mayoritariamente, en su crítica acérrima al TPP11? Simple. La facción de izquierda que va en contra del gobierno por suscribir el tratado ve en él otro de los tratados comerciales que supeditará al “pueblo” a las políticas del imperialismo, que favorecerá a los grandes consorcios transnacionales y pondrá obstáculos a las empresas públicas frente a los monopolios de las empresas privadas. Su lucha es contra el libre mercado en su totalidad, como forma económica antitética a la concepción marxista.

Por su parte, la facción de libertarios (no todos) cuestionan este tratado no por su carácter de libre mercado, inherente a su postura económica; lo hacen porque el TPP11 funciona más bien como un acuerdo corporativista entre las grandes empresas y el Estado, lo cual entraría en conflicto con las pequeñas y medianas empresas locales, al verse perjudicadas por los excesivos impuestos y decrecientes rentas, en medio de un panorama económico incierto.

En tanto, los patriotas, soberanistas y nacionalistas rechazan el tratado, sencillamente, porque firmarlo supondría un ataque a la soberanía política y económica del país, en aras de ceder el poder de decisión comercial a entidades corporativas extranjeras.

Lo que diferencia, sin embargo, a estas últimas dos facciones de la primera, es que ellos coinciden, de alguna forma, en que este tratado busca afianzar y terminar de entrelazar el plan económico y geopolítico de la agenda 2030 de Naciones Unidas a nivel empresarial en Chile, mediante la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Básicamente, se trata de meter con fórceps la agenda del progresismo deconstructivo, de forma vertical, en las grandes empresas, impactando de lleno en el sector productivo.

Esta agenda, de la mano con el tratado TPP11, se propone implementar medidas, reglamentos e imposiciones totalitarias para toda la estructura organizativa de dichas empresas, mermando su autonomía y capacidad de acción, y supeditándolas a los lineamientos emanados por la corporatocracia globalista, para la cual toda soberanía y autodeterminación de las naciones y los pueblos es mera herramienta de control y dominación.

Ante este único enemigo común ¿cómo conseguir, entonces, un bloque de lucha cohesivo, más allá de las diferencias ideológicas entre estos sectores? Por lo pronto, no es posible, por la sencilla razón de que cada sector (aún bajo la vieja lógica izquierda-derecha) está demasiado enfrascado en sus disputas intestinas y en sus antagonismos, repletos de carga histórica, y en una coyuntura política sumamente radicalizada, producto de los distintos eventos que han ocurrido de un tiempo a esta parte, a contar del 18 de octubre y que se vienen gestando desde mucho antes (período Concertación), debido a la acumulación de roces, de fisuras y cuentas pendientes.

Aun así, la sola idea de que ciertas facciones irreconciliables puedan llegar a unirse por una causa mayor, nos permite visualizar, al menos de manera hipotética, un escenario político muy distinto, similar a la proyección utópica en un mundo que se acerca precipitadamente a la distopía global, con una guerra inminente como caída de telón. Pese a la realpolitik, hay que tratar de apuntar a las causas que produzcan algún grado de cohesión nacional, por mínimo que sea, o que reestablezcan el tejido social del ethos chileno. Por más que lo intenten, los arcontes de la gran política no pueden seguir dividiendo totalmente a la población, hasta que la consciencia pueda surgir, indivisible, insobornable.

Chile Caos

“Sugiero no tener miedo a la palabra caos. En su significado más primigenio, tiene que ver con lo impredecible. En su acepción más tardía, se refiere al desorden y la confusión. Cuando me refiero a tardío, hablo de unos dos mil años, al empleo que hizo de ella Ovidio en las Metamorfosis, cuando dijo que en el origen del mundo, en un principio, antes de que existiera el mar, la tierra y el cielo, todo era una masa uniforme. El rostro de la naturaleza en todo el orbe era uno solo, al que llamaron caos, o sea, una ruda y desordenada mole. Después vendría la separación y el orden, en agua, tierra y cielo. En un significado u otro, el de impredecible o el de desorden, dado por la falta de forma, para los que vivimos en estos tiempos, la palabra caos está bien, es sensata usarla, porque no basta con la información, no basta con la perspicacia, no basta con los conocimientos históricos para siquiera percibir lo que se viene para Chile. Vivimos en una dimensión de lo impredecible y también vivimos en tiempos de desorden, en los que casi todo es temporal y poco lo inmanente, las normas poco existen por poco ser respetadas, y es posible que todo lo que es, en poco tiempo, ya no lo sea. Vivimos en el caos. No sabemos cuáles son las convicciones reales de quienes nos gobiernan, no sabemos las convicciones sinceras de quienes proclaman ser de oposición”. Caos, comentario de Tomás Mosciatti en la Bío Bío.
Estamos llegando peligrosamente a la época en la que tener pensamiento propio será visto como un acto inmoral, y en la que, como decía Chesterton, "será preciso desenvainar una espada por afirmar que el pasto es verde”. Cada uno puede contribuir a evitarlo.

viernes, 7 de octubre de 2022

Gnosis VII

La educación fundamental
 

I

¿Para qué se estudia?

Muchos ni se preguntan por qué

Muy pocos estudian su interior

Ergo, la educación fundamental

Apunta a la comprensión profunda de uno mismo.

 

Solo la consciencia hace consciencia de sí misma.

 

Educar es formar

Fundamental es esencial

En lo esencial se sustenta el camino del individuo.

 

II

Dentro de cada uno se encuentran todas las leyes humanas

Y toda la naturaleza y toda la vocación.

La educación fundamental apunta

A formar tanto la emoción como el intelecto.

 

Se precisa educar la propia naturaleza

Porque la naturaleza es fuerza gestante.

 

La energía es clave para la enseñanza

La energía se sublima y transmuta en actividad.

 

En el tiempo se estudia y se obra

En la plenitud de la vida, la consciencia se abre como una flor.


III

La disciplina es el cultivo de la resistencia

La disciplina templa el espíritu

Contiene la sensibilidad interior.

 

Se debe aprender a conciliar

El orden con la libertad.

 

¿Qué pensar? ¿Cómo pensar?

Si no se respeta el camino del otro.

Dominará el ego en la mente.

 

IV

 

La educación fundamental

Forja la disciplina del espíritu

Busca la verdad, ese vacío iluminador.

Desarrolla la inteligencia, sin la trampa psíquica.

Equilibra el ser y el saber

Calibra el sentir

No para de pensar

No para de sentir

Mueve la luz.

 

La Gnosis es una tesis y una antítesis

Una síntesis

Una consciencia en la luz

Expresada por la palabra.
Zelensky, candidato al Nobel de la Paz, insta a la OTAN a realizar un ataque nuclear “preventivo” contra Rusia, por motivos estratégicos. Decía George Orwell en 1984: “La Guerra es la Paz, la Libertad es la Esclavitud, la Ignorancia es la Fuerza”. Yo agregaría: la Ficción es la Realidad. El Orden es el Caos.