domingo, 7 de agosto de 2022

Un adelanto de lo que será mi próximo hipotético libro: "Onirómano", libro que intenta explorar la tenue frontera entre sueño y realidad a través de una serie de relatos con temática onírica. Un poco de ficción, otro tanto de autobiografía. Este tendría que publicarse a futuro, pero por lo pronto viene otro libro de crónicas:

“Yo existo porque hay un hombre que me sueña; un hombre que duerme y sueña y me ve obrar y vivir y moverme, y que sueña en este momento que les hablo como lo hago. Cuando comenzó a soñarme, comenzó mi existencia: cuando despierte, dejaré de ser.” La última visita del caballero enfermo, Giovanni Papini.

Hay una teoría que sostiene que los sueños pueden tener directa relación con la sustancia psicoactiva DMT que sería producida naturalmente por la glándula pineal. De ahí la naturaleza caótica de la imaginería onírica. Eso recordó cuando la noche anterior subió las escaleras de algún gran recinto educativo. Este iba cobrando una forma inusualmente parecida al laberinto de Escher, pero solo en el relieve de los espacios, porque las escaleras se hacían empinadas y no tenían otra curva ni otra geometría que la de su inclinación. El timbre para entrar había sonado hace rato. No había eso sí ningún alumno merodeando los alrededores. Al llegar, dio con una sala imaginaria. Era una sala de educación media. Los cabros permanecían allí sentados, casi impávidos. Una angustia comenzaba a aflorar. Era una angustia producto de su silencio, hasta cierto punto, insoportable. Una tranquilidad sepulcral lo invadía todo. La sala asemejaba, por su pintura blanca y por la cualidad de sus moradores, una condición de monasterio. Solo una mesa vacía indicaba el lugar que le pertenecía por descarte al profesor. En el momento que abrió el libro de clases para pasar la lista, luego de haber saludado con la mirada a todo ese grupo de jóvenes almas silentes, el curso entero desapareció. La puerta de la sala se abría de manera misteriosa. En un abrir y cerrar de ojos, todo se fue a negro sin mayor explicación...

Los enemigos del hombre en La Primera Revolución global y Matrix

Alexander King, el co-fundador del Club de Roma, junto a Bertrand Schneider, escribieron en 1991 el libro «La Primera Revolución Global», donde afirmaban: «El enemigo común de la humanidad es el hombre. Al buscar un nuevo enemigo que nos uniera, se nos ocurrió la idea de que la contaminación, la amenaza del calentamiento global, la escasez de agua, la hambruna y similares podrían servir. Todos estos peligros son causados por la intervención humana, y sólo pueden ser superados a través del cambio de actitudes y comportamientos. Por lo tanto, el verdadero enemigo es la humanidad misma».

Por otro lado, en la película Matrix (1999), el señor Smith le dijo a Morfeo, luego de capturarlo:

«Me gustaría compartir una revelación que he tenido durante mi estancia aquí. Se produjo cuando intenté clasificar su especie. Me di cuenta de que en realidad ustedes no son mamíferos. Todos los mamíferos de este planeta desarrollan instintivamente un equilibrio natural con el entorno que lo rodea, pero ustedes, los humanos, no lo hacen. Se establecen en un área, y se multiplican y multiplican hasta consumir todos los recursos naturales. La única manera que tienen de sobrevivir es extendiéndose a otra área. Existe otro organismo en este planeta que sigue el mismo patrón: el virus. Los seres humanos son una enfermedad, un cáncer de este planeta. Ustedes son una plaga, y nosotros somos el tratamiento».

¿No les parece que ambas declaraciones, en la realidad y en la ficción, guardan una impactante coincidencia? ¿No se avizoran elementos neomalthusianos en esta consideración del hombre, de la humanidad, primero, como “enemiga de sí misma”, y luego, como “un virus, una enfermedad, un cáncer”? ¿No subyace acaso, tras esta preocupación ecológica y esta consciencia medioambiental un solapado desprecio al ser humano en cuanto tal?

Se pueden sacar muchas conclusiones, relacionadas directamente con las conspiraciones, con el poder detrás de las sombras y los telones de la historia, pero cabe precisar algo mucho más práctico de entender: todo gran villano, tanto real como ficticio, siempre tendrá por enemigo principal al hombre. El villano, por excelencia, es misántropo.