martes, 26 de junio de 2018

Otro alumno más (también paco) disertó sobre la Gendarmería de Chile. Pero no con el fin de reivindicar la imagen de la institución, sino que con el fin de describir su estructura y sus hazañas. Sostuvo que la institución últimamente ha sido más reactiva que predictiva. Y era necesario, según él, pasar a un modelo más preventivo, con tal de evitar el delito, no tanto reducirlo ni reprimirlo. Aunque parezca inaudito habló sobre la película "Minority report". "Esa es la política que deberíamos adoptar. Esa es la policía del futuro". La referencia cinéfila en todo caso -explicaba- era solo simbólica. No se trataba de llegar a un "crimental" orwelliano ni mucho menos. Su irrupción buscaba más bien asociar la idea de la predicción al argumento sobre la necesidad de prevenir antes que reaccionar sobre los crímenes. 

Al finalizar la presentación, un compañero le comenzó a preguntar respecto a la tortura de los ecuatorianos culpables de asesinar a una señora. Este dijo ser consciente de la situación interna de los reos dentro de la cárcel. "La mayoría de las veces, un oficial tiene que estar a cargo de más de cincuenta internos. Mantener adentro la autoridad y, al mismo tiempo, el límite de la corrección ética es una cuestión super difícil. Se trabaja siempre al límite, por lo que cuestiones como las de aquella tortura te ponen entre la espada y la pared". De soslayo mencionó al gendarme que fue detenido por no interceder durante lo ocurrido. "El gendarme no podía hacer mucho, estando él solo y sin el equipo de respaldo. Se le acusa de omisión o de complicidad, pero no consideran la otra parte". Era claro que el alumno defendía al oficial en contra de su formalización, a su juicio, injusta. Argumentación lógica o bien conmiseración con un semejante. 

Sobre aquel punto no parecía haber réplicas. Aunque luego el mismo compañero del principio le volvió a sacar la tesis de la presentación. "Y entonces ¿cómo prevenir una tortura? ¿Qué pueden hacer ustedes para prevenir un ajusticiamiento avalado por la opinión pública?". El alumno paco quedó pensando durante unos segundos. La pregunta quedó dando vuelta en un silencio intermitente, hasta que con seguridad salía al paso y respondía que esa era una interrogante que aplicaba para la sociedad en su conjunto. "Hay cuestiones que sobrepasan a la institución. Esta en su esencia funciona para "reestablecer el orden" y garantizar cierta seguridad, pero por lo pronto no puede hacerse nada -nada eficiente al menos- para evitar acciones que riñan con la ley, sin a su vez causar una especie de coerción. Es una tarea cultural creo, y a largo plazo". 

Cuando llegaban al por qué de los hechos, evidentemente los razonamientos oficiales se quedaban cojos. No podía haber una previsión exacta del crimen sin que se pudiese llegar a plantear una policía del pensamiento, y no podía haber una policía del pensamiento sin que esta involucrase una represión sobre la voluntad civil. Aun si existiese, por su parte, la posibilidad de un sistema de predicción del crimen, como en Minority Report, este seguiría siendo un sistema reactivo, solo que con el factor precognitivo y temporal a su favor. El alumno paco trataba de explicar a su manera que la idea suya era evitar el delito humano en sí mismo, cuestión a todas luces improbable, de proyección más idealista que realista, pero, por lo pronto, la propia existencia de las leyes y del orden policial se hacían necesarios en un círculo vicioso de causas y consecuencias. Eran parte integral del status quo, así como también lo eran, en cierta forma, la violencia horizontal y vertical. La cosa es que el alumno paco condenaba el procedimiento legal contra el gendarme acusado de omisión ante la tortura, y el compañero de la interrogante cuestionaba la capacidad de la institución policial para actuar y para pronunciarse moralmente frente al hecho de la venganza. "¿Qué otra cosa puede hacer un policía que no sea solo actuar sobre el hecho consumado? Imaginar que este puede llegar a prevenirlo y evitarlo. Imaginar un mundo en donde cualquier delito se pueda prevenir y evitar". Esa era la ilusión del alumno paco. "¿Qué otra cosa puede hacer la ciudadanía que no sea avalar la ley de talión? Creer acaso en eso llamado justicia, y creer acaso que su conducto regular es lo correcto pero nunca lo suficiente". Esa era la ilusión del compañero de la pregunta. Ambas ilusiones, más que disputarse el podio de la verdad, solo reclamaban un espacio que creen amenazado por los avatares de la contingencia.