domingo, 29 de abril de 2018

Nic Pizzolatto, creador de True detective, afirmaba que las acusaciones de plagio en su contra por las reflexiones del personaje Rust Cohle son inconsistentes, porque sus diálogos no eran tanto un popurrí de Thomas Ligotti, Cioran y Nietzsche, como planteamientos inspirados en la filosofía pesimista que bebe de las fuentes de aquellos autores. «Cohle, como cualquier pesimista, tendía hacía esta filosofía y la expresaba en sus propias palabras. Las ideas filosóficas no son exclusivas de ningún escritor», añadía Pizzolatto. De esta pura idea de defensa del parafraseo se deriva otra idea subyacente: el pensamiento, el verdadero, no reclama derechos de autor. Toma para sí algo que lo enraíza con un espíritu en común. El pensamiento no tiene copyright, por ende, el pesimismo tampoco lo tendría. Las ideas o son de todos o son de nadie. Todos tienen derecho al pensamiento, por ende, al pesimismo. Saber expresarlo con un estilo particular vendría siendo el quid del asunto. El quid de su desenfado, de su desarraigo,