viernes, 15 de noviembre de 2019

Llámenme engrupido, pero sigo pensando que lo que pasó en Chile fue la consecuencia necesaria de lo que pasó en la Gótica del Joker. ¿Recuerdan donde comienza todo? Con una balacera en el metro. En el caso de chilito, con una evasión a un torniquete.
Gravita un ánimo de incertidumbre, en particular sobre dos cuestiones: 

1.- La que ya todos saben ¿Cuál habrá sido el motivo por el que Piñera no declaró Estado de Excepción (seguramente aconsejado por Blumel) y no volvió a soltar a los milicos a las calles, abogando en cambio por la reintegración de pacos en retiro? Cuestión sucedida casi al mismo tiempo que la filtración del audio del general de Carabineros, el cual básicamente aseveraba que no daría de baja a nadie por procedimiento policial "aunque lo obligaran". 

Y 2.- La que se sabe en este momento ¿Por qué hay milicos ahora mismo recorriendo Errázuriz y desplegados en la Plaza Sotomayor, cuando hace poco Piñera declaró al país que no los sacaría? Según el diputado Ibañez, se trataría de un "desplazamiento normal de traslado logístico de personas". ¿Precisamente hoy, durante la conmemoración de la muerte de Catrillanca, a sabiendas de la animadversión reinante? 

El grado de confusión de los hechos es tal que sus cabos permanecen sueltos ante la opinión pública. La verdad, esa tregua interpretativa, resiste entre los testigos y cómplices de lo sucedido. No habrá versión "oficial", solo la versión contingente que surja al calor del descontento.