domingo, 18 de febrero de 2024

Sora

La nueva herramienta de OpenAi, Sora, ha sorprendido a medio mundo por su capacidad para crear videos a partir de instrucciones escritas. Un ejemplo concreto del avance de Sora fue el de una descripción que versaba lo siguiente: "Una mujer elegante camina por una calle de Tokio llena de luces de neón brillantes y carteles animados de la ciudad. Lleva una chaqueta de cuero negra, un vestido largo rojo, botas negras y un bolso negro. Lleva gafas de sol y lápiz labial rojo. Camina con confianza y despreocupación. La calle está húmeda y refleja, creando un efecto espejo de las luces de colores. Muchos peatones caminan por allí".
El resultado fue tan realista que llegó a ser espeluznante. Uno ve el video y deja atrás en definición gráfica a cualquier consola de videojuegos de última generación. Ver el video, en efecto, es ver a una chica con lentes de sol, chaqueta de cuero y vestido rojo caminando por la calle. Y recordemos qué significaba la mujer de rojo en la película Matrix. Significaba la ilusión, lo material, la Mujer Escarlata del Libro de las Revelaciones, y también el misterio oculto detrás del tejido de la realidad. ¿Será que el programa intuyó a la mujer de rojo en su base de datos?
Sora ha causado asombro, sobre todo, miedo, por el potencial de manipulación en el límite difuso entre una escena real y una escena digitalizada. ¿Herramienta para posibles sobornos? ¿Reinvención de situaciones o creación de hechos inexistentes con fines perversos? Es cosa de imaginar cómo será el cine del futuro con este nuevo ardid, cómo sería escribir un cuento o un fragmento de una novela para ser representado de manera audiovisual o cómo serán los noticiarios o reportajes del mañana. ¿Lo que veamos será obra de la IA o seguirá siendo el ojo humano detrás del lente de la cámara? Confiemos en que lo que vemos con nuestros sentidos aún se percibe real, aunque Descartes nos haya llamado, siglos antes, a desconfiar de nuestros sentidos, porque, pronto, serán nuestra última garantía, frente al avance de lo Real Virtual, aquello que suma redes al Velo de Maya, y que se pretende revelación.