miércoles, 31 de mayo de 2023

De un tiempo a esta parte, he sido leído por personas de todos los sectores y colores políticos, con una evaluación y acogida, en general, satisfactoria. Desde ex amigos troskos, pasando por progres, feministas, marxistas, hasta llegar a liberales y conservadores, incluso soberanistas. Eso se debe a la evolución de mi postura política acorde a las circunstancias, pero el trabajo sobre mi pluma ha sido lo único transversal, lo único que persevera con un estilo propio y pulido con rigor, duela a quien le duela, guste a quien le guste. Me precio, por lo tanto, de ser un demócrata en cuanto a mi universo lector. Para mí, no hay distingos. Todos forman o formaron parte de mi vida y de mi imaginario. Por lo tanto, todos valen, en su justa medida, mientras formen o hayan formado parte de mi escritura
La imponente estatua de Themis, la Diosa de la Justicia, en la Corte de Apelaciones de Valparaíso. Se le suele representar con los ojos vendados, ya que "la justicia es ciega", no por injusta, sino que por imparcial. ¿Pero por qué no tiene los ojos vendados, ni la balanza en posición de equidad? Hace pocos años en un libro sobre los Orígenes e historia de la Corte, se llegó a descifrar el misterio: “Claramente la idea que se quiere simbolizar es la representación de una estatua que más bien apunta a la “cosa juzgada”, en la “res iudicata”, en el sentido, de la sentencia que no es posible de impugnar. Y por ello con su mirada hacia lo alto, en su calidad de diosa, guarda su espada y su balanza, dignamente pues su trabajo ha terminado, está en paz”.