viernes, 25 de junio de 2021

Escribir: excavar hacia las fosas abisales de la vida privada, o descascarar el relieve poroso de la máscara social. De una u otra forma, nos exponemos y nos ensuciamos las manos.

En la plaza Villanelo se suele colocar un puesto de Centro Unido, el nuevo partido político que tiene por candidato presidencial al Dr File. Un día, hablé con un par de volantes. Me contaron que ya habían juntado las 20 mil firmas necesarias, pero el Servel les había pedido otras 15 mil para inscribir oficialmente el partido, con plazo hasta mediados de agosto. “Esa es la mafia de las izquierdas y derechas”, pensó un compadre. Asentí. Le hice saber que estaba todo cocinado “desde arriba” y que la candidatura del Dr File era la única con la hoja de vida limpia. Cristian Contreras, hay que resaltar, no proviene del mundo de la política ni su barro. Punto a su favor.

Una comadre me indicó que la propuesta del Dr, además, es la única que se refiere directamente a la plandemia, concepto altamente rechazado por simpatizantes de lado y lado, llamando conspiranoicos a todos los disidentes que se opongan a las estrictas medidas sanitarias con claras intenciones geopolíticas, y a todos aquellos que intuyan el tejemaneje comunicacional en torno al covid y la colusión corporativa detrás de la industria de las vacunas.

Otra señora que ahí estaba volanteando aseguró que conoce de buena fuente la corrupción legal detrás de todo este asunto, y me pasó una fotocopia de una carta enviada con copia a Radio Bío Bío, explicando básicamente el “genocidio” que supone la inoculación de una vacuna experimental sin el respaldo suficiente de toda la comunidad científica. “Mijo, esto no puede seguir. Nos quieren matar”, aseveró, muy preocupada. Volví a asentir.

Luego de leer atentamente la fotocopia de la carta, le dije a la comadre del puesto que Centro Unido ha sido ridiculizado tanto por progresistas como por derechistas, cada uno, desde su propia óptica interesada, pero que por ese mismo motivo, se trata de un partido creciente, realmente independiente, sin chanchullos, cuestiones turbias ni nada por el estilo. Ella confió en que la candidatura del Dr File podría llegar a buen puerto. “Tengo fe en que el Dr hará las cosas bien”, dijo. “El futuro gobierno de la consciencia”, dijo el compadre del principio, aludiendo a la filosofía del confucianismo inserta como base del Centro Unido. Yo, a pesar de todo, guardaba mi escepticismo. Aun así, votar por ellos implicaría, al menos un voto decente. Un voto sin carga. Después de todo, lo estaban haciendo por convicción, sin recibir ni un céntimo.

Antes de despedirme, el compadre prometió agregarme al grupo oficial de Telegram para coordinar una eventual participación. Nunca fui adepto a estos menesteres. Soy más bien un lobo estepario que observa desde lejos (siempre lo fui), pero esta candidatura supone un gesto, un acto poético en medio de la trágica coyuntura actual, asediada por el globalismo y sus esbirros moleculares. Votar por File, abrazando una dulce y digna derrota, o votar nulo. Estamos literalmente contra el tiempo. Las opciones, en suma, se agotan.