sábado, 13 de marzo de 2021

La estatua del General Baquedano, removida. La otrora Plaza Baquedano, resignificada luego como Plaza Dignidad, ahora solo luce en su centro un espacio vacío. ¿Es acaso este el vacío de la palabra dignidad en el país? ¿El vacío de la palabra patria? La nada, símbolo de nuestros tiempos y de nuestras latitudes. Para el sector más radical de la oposición, significa la tabula rasa necesaria de un nuevo Chile, al más puro estilo ready made. Para el otro sector oficialista, en cambio, representa el fin del Estado de Derecho y el comienzo de la anarquía. El mensaje progresista es claro: los viejos ídolos deben caer para dar lugar a la renovación. Por otro lado, el mensaje del gobierno dice: los viejos ídolos se deben recuperar para poder restablecer el orden. ¿Qué reemplazará a la estatua del general? ¿Qué quedará en su lugar? ¿La pura y perenne División? ¿La perdida pero siempre anhelada Unidad? Estas son las preguntas que restan. Por el momento, solo reposa esa nada, plena de sentido o carente de significado, tras una tregua temporal en el Chile pandémico.