viernes, 4 de julio de 2014

Cuando los físicos cuánticos hablan del principio de indeterminación, bajo el cual no es posible determinar el estado de la materia en un punto fijo, en realidad están aludiendo mediante un lenguaje positivo a aquel devenir que los presocráticos ya habían postulado, en Tales con el símbolo del agua, y en Heráclito con el del fuego. Heisenberg explicaba que los átomos no son cosas, son posibilidades de la conciencia... es la deriva científica para concluir que nada se toca con nada, y que en el fondo, las relaciones no son sino posibilidad, exceso de energía desfilando inexistente. ¿Cuánto de eterno hay en esa gran sinapsis de las emociones? en esto punto los científicos develan en un lenguaje prosaico unas cuantas verdades poéticas. De hecho, ya se ha postulado que existen células para cada emoción humana. Todo está ya en el cuerpo, eso lo sabían los irracionalistas, dispuesto para la ficción y para el simulacro de las relaciones humanas... pero por eso mismo hay energía, gratuita, doliente, ilimitada: o dejamos que haya espíritu, haciendo que nuestras experiencias tengan lugar en el mundo, o caemos en el nihilismo de los átomos que nos componen pero que no se tocan jamás... Nuestro amigo John Keats, el poeta cuántico, lo expresa con mayor vehemencia: "no retengas un átomo de un átomo o me muero, o si sigo viviendo, sólo tu esclavo despreciable, ¡olvida, en la niebla de la aflicción inútil, los propósitos de la vida, el gusto de mi mente perdiéndose en la insensibilidad, y mi ambición ciega!"

Perro fantasma




Si es que puedes dar la mano del honor,


se hace de noche enseguida,


e intentas ser uno entre todo.


En las aceras crípticas de la ciudad


trata de adivinar por una vez en tu vida,


la perseverancia de la chispa


a través de la pública escena del crimen.






No es otro que tu trasnochado espejismo.






En el último y tercer día,


No sienten el filo en la espalda, sin antes,


Sentirlo directo en el rostro


Como un choque vespertino.






Anticípate al miedo de lo que celosamente deseas


Desde ahora ese es el código del caminante,


Un extraño como todos.






Quizás, cuando sientan el fluir de su mente


Antes de la lluvia en los terrenos baldíos.


Quizás, cuando lloren por el hecho de partir


Antes de perder lo que no podían olfatear.


Quizás, cuando los santos de los suburbios


contemplen todos los esquemas


Quizás, cuando los derrotados retrocedan para recoger


La bandera de los que sobran.


Quizás, cuando cada rincón del mundo,


no sea otra cosa que mundo.


Quizás, cuando las cosas, en general,


no estén representadas por sí solas…


o quizás, cuando llegues a ver a tu sombra darte la espalda,


será cuando te prepares a perseguir


a quienes sabotean tu paranoica existencia


Tu espíritu,


Tu espejismo.

"Ghost Dog: The Way of the Samurai" Jim Jarmusch