sábado, 23 de octubre de 2021

La cuestión es bien simple: cualquier movimiento, ideología o doctrina que pretenda pasar por encima de los derechos individuales y las libertades personales, por muy edulcorados que sean sus fines, es el enemigo. Punto. Esa es la piedra de tope del poder. Esa debería ser la piedra de tope de todo poder.
Alec Baldwin, el actor que había iniciado campañas contra la posesión de armas en Estados Unidos, mató sin querer con un arma de utilería a la directora de fotografía de la película en la que estaba trabajando, Rust, un western que trata de un hombre acusado y perseguido por homicidio negligente. ¿Ironía cinematográfica del destino? ¿Circularidad viciosa en el límite ficción/realidad? ¿Sarcasmo trágico en clave policial? Lo cierto es que el hecho de sangre ocurrido determinará de por sí la naturaleza de la película, y este propio hecho envuelve en sí mismo su propia trama.