martes, 9 de junio de 2015

Hellblazer



Al comprar el cuarto número de Hellblazer en el kiosco de Plaza Victoria la señora atiende con cara rara seguramente pensando que estoy demasiado viejo para comprar comics o bien que le parece satánico el arte de la historieta en un lugar donde abundan revistas de farándula y periódicos infames. Más allá unos señores evangélicos vociferando la llegada del Redentor. Los cruzo con el número en mano como cábala. Mágicamente lo rehuyen. En la próxima esquina, unos tipos pidiendo donaciones de sangre no se sabe por qué ni para quién. Saco de nuevo el número, como si con eso combatiera alguna clase de fuerza oculta. Lo que no saben es que se parecen mucho a Constantine: Invocan sus propios métodos. Venden su propia basura. Combaten sus propios demonios. En una pura esquina se descubre la verdad: el mundo está plagado de anti héroes.