domingo, 25 de junio de 2017

Fome



Fome, lo equivalente a lo aburrido, lo insustancial. Se dice que el origen de la palabra es impreciso. Unos lo asocian al vocablo en portugués que significa "hambre". El filólogo Pedro Urbina Urquieta sugería que era un ilógico derivado de la palabra "fósil"; para referirse a algo a todas luces defectuoso, malo, o decisivamente, sin vida. Se podría deducir que Alvaro Henriquez llamó así al disco de Los Tres en forma de ironía, o en forma de una crítica poética al estado de la música chilena. Leí por ahí la interpretación de un amigo, que decía que el sentido de la palabra fome era más bien un sentido político, aludiendo de manera implícita a los años del gobierno de Eduardo Frei. Un gobierno fome, con todas sus letras. En la portada del disco se deja ver también una foto sacada de un anuncio publicitario de la enciclopedia por fascículos Monitor de Salvat, que data de los años sesenta y que, en algún momento, el baterista Pancho Molina explicó como una de las situaciones más “fomes”: un papá con este libro educativo mostrándole a su hijo el proceso evolutivo de la naturaleza. La metáfora sobre la "fomedad" en su faceta más cotidiana. Lo fome entonces no sería necesariamente lo insignificante, ni tampoco lo angustioso. Lo fome en cuanto palabra coloquial, en cuanto concepto, solo tendría sentido en nuestras latitudes. De esa forma, sería algo propiamente chileno. Nuestro propio "spleen". Cada una de las canciones del disco de Los Tres crean el cuadro sarcástico desde el cual se dibuja este imaginario de lo fome como estética y también como canto a ratos desesperante, a ratos iluminador. En los últimos minutos de la canción Restorán, por ejemplo, se puede escuchar lo siguiente: "ríe cuando todos estén tristes/ríe solamente por reír", a modo de mofa de la vieja canción de Happening con Ja. El nuestro es el tiempo donde el espectáculo lo legitima prácticamente todo (Guy Debord). Una necesidad de satisfacción constante. Deseo neurótico. Placebo sin efecto. Es así que lo fome expresa nuestra condición más íntima tras bambalinas. Se acaba el show, se apaga la tele y todos revelan su verdadero rostro, sin máscara. Acaso también, sin otra ideología que la banalidad. A 20 años del clásico disco de Los Tres, nada más contingente, nada más significativo, nada más real que lo fome.