domingo, 27 de diciembre de 2015


Cada quien se inventa una vida a la medida de sus deseos y sus posibilidades. Esa premisa es ya demasiado ambiciosa. Simplemente se vive o soy vivido. Si se la inventara para qué la muerte. Morir está dentro del plan de la vida. Morir es un hecho inexplicable, pero mueve la historia hacia alguna parte. Cada quien va escribiendo la historia que mejor interpreta. Esa es otra tentativa. Se escribe o inevitablemente soy escrito. ¿Es más real cuando lo vivido se vive? ¿O solo una vez que lo escribo? A nuestra manera, sin un lenguaje, sin una audiencia definitiva, cada día vivido se parece al manuscrito de una obra secreta, siempre virgen, aún inédita por temor a revelarse o a revelarnos.