viernes, 3 de septiembre de 2021

Agustín Laje censurado en Instagram. Las políticas de "libre expresión" ya sabemos hacia dónde apuntan. Ya sabemos quiénes son los tolerantes, los moralmente superiores, los guerreros de la justicia social, los adalides del progreso, los bienhechores. Ellos, los protagonistas de la historia, las eternas víctimas de la historia. Cualquier expresión que no se acomode a los lineamientos del progresismo será calificada como discurso de odio, por supuesto, en nombre de la democracia y la igualdad. En el fondo, todo lo que denote librepensamiento será llamado discurso de odio, en un afán descalificador y de renuncia al debate. Eso solo prueba lo que el propio Laje ha dicho: el nuevo progresismo es, en realidad, hegemonía travestida de disidencia. 
Cuando Chile despertó, el “sistema” aún seguía allí. Todo fue un sueño, un mal sueño que muchos siguen soñando, una pesadilla o un insomnio con resaca. Despertar se trata de abrir los ojos. Algunos todavía no saben qué fue lo que vieron, si acaso la luz al final de su propio túnel o las luces del vehículo a punto de estrellarse.