lunes, 18 de diciembre de 2017

Cuando la cajera del supermercado te pregunta si pagarás la mercadería con débito o con efectivo, y te mira con rostro desencajado al responderle que solo cuentas con efectivo, con dinero físico, aflora un paradójico sentimiento de orgullo, y entonces te das cuenta por fin, revisándote los bolsillos y apretando el molido entre las palmas de las manos, que eres un completo fracaso como ciudadano capitalista.