lunes, 29 de agosto de 2022

Si me dieran a elegir entre la libertad creativa total sin ninguna garantía de éxito literario o la posibilidad de ser contratado por un lobby editorial con miras a un mercado progre, a cambio de hacer concesiones en el contenido, en función de las ideas imperantes, escojo, sin pensarlo, la libertad.

1 comentario:

Martín López dijo...

Noblesse oblige.