miércoles, 4 de mayo de 2016

La parte del vino

En la prueba de la unidad para el segundo ciclo de tercero y cuarto medio, se preguntó en el tercer ítem una serie de preguntas respecto a un fragmento del ensayo “Los bárbaros. Ensayo sobre la mutación” de Alessandro Baricco. El fragmento decía relación con la parte del vino. Hablaba sobre la difusión de una cultura del vino que antes de la Segunda Guerra Mundial era casi un arte exclusivo de ciertos países. Francia e Italia, principalmente. Nicho de la bohemia. Fue con un tal Mondavi que el vino se empezó a hacer conocido en Estados Unidos y luego en toda América. Por lo tanto, según el ensayo, el vino alcanzó una dimensión hollywoodense, espectacular, ya no tan refinada como antes, sino que más masiva. Hecho que marca, según la tesis, una primera invasión de los bárbaros en la cultura occidental. La pregunta número seis de ese ítem consistía en responder de forma reflexiva en qué medida el consumo de vino influía en la cultura de cada país, de acuerdo a lo leído, y cómo influía en particular el consumo de vino y alcohol en la cultura chilena. Una de las alumnas respondió algo impecable, que me permito colocar acá con total gratuidad: “Existen dos cosas fundamentales para cualquier cultura: el idioma y la comida. Los finlandeses, por ejemplo, tienen una palabra especial en honor a la música de Elvis. Nosotros los hispanohablantes tenemos la palabra “sobremesa” que describe una conversación que se tiene durante y después de la comida, y creo que es en ese momento en el cual se presenta nuestra comida e idioma en conjunto. Estoy segura que la mayoría de los presentes han estado una tarde de domingo (durante la hora de almuerzo, de una a cinco generalmente, con amigos o familia) tomando vino y disfrutando de una conversación, de alguna forma, estrechando lazos. ¿Se da esto en otros lugares? Por supuesto, pero entonces ¿Por qué no se conoce un equivalente a sobremesa en otro idioma? Quizá porque en otros países eso no genera cultura. Por otro lado tenemos un tipo distinto de sobremesa. Estas sobremesas juveniles, generalmente celebradas en casa, en donde la excusa para ver a los amigos que no vemos regularmente es consumir alcohol. Esa es nuestra idea de bohemia. Así los amigos de toda la vida, pasan a ser casi parte de una familia que a veces se vuelve mucho más importante que la familia biológica. Podríamos decir entonces que el vino como bebida alcohólica produce cultura en nuestra sociedad. Y esa cultura, como dice el autor, es bárbara al traer una idea de afuera, pero no deja por eso de ser “nuestra”.

La vida no tiene escuela

Escribiendo un breve punteo en el cuaderno, memorizo la clase de mañana. En un par de conceptos intuyo la materia completa. Inconcientemente anticipo el día completo. Ojala esa técnica funcionara para asuntos extra pedagógicos. Pero no. La vida misma no tiene escuela...