martes, 30 de noviembre de 2021

En tiempo récord Boric pasó a ser un socialdemócrata y Kast un demócrata cristiano. ¿Quién dijo que el centro ha muerto?
Kast dijo que era "absolutamente necesario" contar con el pase de movilidad, durante la incorporación de Paula Daza a su campaña. Por otro lado, Boric señaló que "todos se tienen que vacunar", en una actividad realizada en Maipú.

Entre locos que llaman a votar y locos que llaman a vacunarse nos debatimos. Mentalidad de masa. Mundo de fariseos.

lunes, 29 de noviembre de 2021

Tanto optimismo electoral inspira ternura. Hasta uno vuelve a confiar en la buena fe de las personas, y no en su doble estándar. También enternece tanta preocupación por los programas. En política siempre han importado más los planes que los programas. 

Hay toda una mitología que están levantando alrededor del caudillo amarillo con deseos de poder, que solo ofrece motivos para la abstención o el no voto. Al parecer, entre sus hinchas, se ha perdido el sano escepticismo y sentido realista en gente que yo hasta creía con espíritu crítico. Se puede pecar de aguafiestas, pero, a ratos, la borrachera es demasiada, y la situación amerita, porque la caña siempre es terrible.

Cine en su casa: "Malicious" (1995) de Ian Corson.

Vuelve la legendaria sección "Cine en su casa". Hoy, el thriller "Malicious" (1995) de Ian Corson. Un refrito de "Atracción fatal".

Sinopsis: Una estudiante de medicina (Molly Ringwald), obsesionada con un jugador de béisbol de su escuela (Patrick McGaw), lo persigue hasta que finalmente consigue que pase el fin de semana con ella. Sin embargo, cuando él la deja, su enojo por su «traición» la hace ir al límite y decide vengarse.


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domingo, 28 de noviembre de 2021

El mito del voto en blanco

La necesidad del voto en blanco o nulo como disenso legítimo y no como voto perdido:

“Conocidas estas alternativas que nos ofrecen las democracias modernas, ya es hora de que nuestros políticos profesionales afinen el olfato e introduzcan cambios a la Ley Electoral, para devolverles la confianza a los ciudadanos que cumplen con su deber y derecho de votar. Validemos el “voto en blanco” como una opción o incluyamos la opción “ninguna de las anteriores” con efecto vinculante, como registro de que los políticos profesionales no están haciendo bien las cosas”.

En calidad de “idiota público”, sin embargo, serás enviado al infierno moral de la Divina Comedia, por los militantes e instigadores de lado y lado. Serás considerado de inmediato un "enemigo" por omisión, ya sea del pueblo, ya sea de la patria. Te instarán a quemarte por uno u otro abanderado, aunque eso signifique traicionar tu consciencia. Así, para los de Boric, si no votas, estás siendo “cómplice del neo fascismo”; y para los de Kast, si no votas, estás avalando indirectamente el auge del comunismo y el castrochavismo en Chile. Adoptar la postura del idiota a modo de protesta contra un sistema poco representativo implica, entonces, asumir el riesgo, asumir que tu renuencia a los candidatos políticos será mal vista como desidia, apatía, egoísmo o derechamente como traición, pero es el precio a pagar por una visión diferente, por una crítica profunda a los proyectos de país que son instalados en el ojo mediático, y también por una consecuencia de nuestro inconformismo y nuestra autonomía.

sábado, 27 de noviembre de 2021

Facho pobre, Daniel Matamala (extracto)

"Para Herbert Marcuse, el socialismo “presupone un tipo de hombre con diferente sensibilidad y conciencia: hombres que hablarían un idioma diferente, tendrían diferentes gestos, seguirían diferentes impulsos; hombres que han desarrollado una barrera instintiva contra la crueldad, la brutalidad y la fealdad”.

En Chile, la revista Ramona, del PC, destacaba que “el hombre nuevo del socialismo será aquel que haya desterrado la competencia de su trabajo por la armonía, cooperación y solidaridad, y conseguido una superior elevación moral y una mayor elevación y diversificación espiritual, un mayor desarrollo y perfección física”.

A ese futuro esplendor se oponía el prosaico presente de unas masas alienadas por la religión (“el opio del pueblo”), el entreguismo y los “yanaconas”, traidores que trabajaban contra los intereses de su propio pueblo.

Esta superioridad moral no es exclusiva del marxismo. Aparece también bajo distintos disfraces en el progresismo contemporáneo. La cultura “woke” diferencia a quienes ya “despertaron” para ser conscientes de temas como el racismo, el feminismo, la discriminación o el cambio a climático, frente quienes aún “duermen”.

50 años de Tarkus, de Emerson Lake and Palmer

El álbum definitivo de Emerson Lake and Palmer cumple 50 años, "Tarkus", la obra maestra del super trío nivel dinosaurio, con Greg Lake, de King Crimson; Keith Emerson, de The Nice; y Carl Palmer, de Atomic Rooster. En Tarkus, vemos una "obra bisagra", entre el rock clásico y el progresivo, la amalgama perfecta entre el virtuosismo de la música clásica y la potencia del creciente rock de los setenta. Un disco conceptual de proporciones épicas, en una época donde las grandes producciones conceptuales como Close to the edge, Dark side of the moon o Tommy reinaban sobre el mercado y el imaginario musical. Era el reino de lo analógico en que el Long Play se prestaba para la creación de piezas sublimes llevando el rock a su siguiente nivel, a su evolución progresiva, de la mano de la perfección técnica y una estética que comulga con el arte, la literatura y la plástica. Qué tiempos aquellos en que los discos conceptuales se dejaban leer como novelas musicalizadas. Eran tiempos en que la psicodelia y la inquietud cultural llevaban a sus creadores a profundizar en las ideas y los conceptos, plasmándose en estructuras que buscan superar la barrera del tiempo. La pista que da nombre al disco, Tarkus es una suite de más de veinte minutos que relata la lucha entre un héroe mezcla de tanque con armadillo, como representante de la paz y la sabiduría, contra varios enemigos de carácter infernal. El archivillano aquí es la manticora, criatura de la mitología persa que es un león con cabeza humana, la cual aparece en acción en la quinta parte de la suite, y contra todo pronóstico, vence al héroe que, a pesar de la derrota, deja tras de sí una estela de esperanza, una majestuosa prueba de estoicismo. Tarkus pierde, pero su batalla se redime, porque las fuerzas de la vida se nivelan, porque belleza y la imaginación siempre volverán para conquistar el poder, en un escenario cada vez más apocalíptico. Sin duda, a cincuenta años de este disco, su mensaje sobrevive en todas las mentes melómanas, con la inteligencia, creatividad y ambición de su música.


viernes, 26 de noviembre de 2021

Jadue se refirió a los votantes de Parisi como “individualistas y con poca consciencia de clase”, apuntando al perfil del trabajador de la zona minera. Tras estos dichos, Parisi se defendió, diciéndole que, si tenía problemas con Boric porque la derecha le ayudó a ganar las primarias, mejor que peleara con él, pero que no se metiera con la gente del PDG ni con los trabajadores del norte. No faltó mucho para que Jadue le respondiera, aunque, para sorpresa de todos, lo hizo con el afán de pedir disculpas y reconocer su error luego de faltarle el respeto a los votantes de Parisi. Al trascender la noticia, el propio Boric dio un paso al costado para desmarcarse de los dichos de Jadue, y aprovechó la instancia para llamar a la “unidad nacional”. Tal parece que la estrategia del candidato, en esta coyuntura, no puede ser la división ni la confrontación con las otras fuerzas políticas, y en eso Boric tuvo que ser asertivo. No es muy inteligente generar rencillas, porque eso le puede favorecer a Kast, sobre todo, y considerando que muchos votantes de Parisi pueden perfectamente marcar por él, si se hace mal la pega. En este punto, aquellos votantes pueden hacer la diferencia y torcer los resultados. De todos modos, no hay que ser muy ducho para captar que no se trata de un apoyo genuino al proyecto del PDG. No nos contemos la suerte entre gitanos. Este llamado a la “unidad” es solo otra estrategia electoral, como muchas de las tantas volteretas que se dieron y se seguirán dando en el escenario político, con el fin de “moderar” el discurso lo más posible y convocar alianzas artificiales en lo que dure la noble carrera por la democracia. Políticamente, en estos momentos, todo vale, incluso la mentira, sobre todo, la mentira, porque el cinismo y el doble estándar puede que no sea solo patrimonio de nuestros representantes, sino que parte de nuestro ethos más profundo. Sombras de Maquiavelo, más vivas que nunca. Estás conmigo o no lo estás. Me sirves, o eres de los otros. La política misma, su animalidad más bestia, se debate, siempre, entre estas dos fórmulas.
Primer relato: Comunismo vs Capitalismo

Segundo relato: Socialdemocracia progresista vs Neoliberalismo conservador

Tercer relato: Globalismo de izquierda vs Soberanismo de derecha

Cuarto relato: Globalismo corporativo (tanto de izquierda como de derecha)

Escoja usted su relato preferido.
A la larga, querida, ganará quien imponga su relato y haga de su narrativa la verdad.

jueves, 25 de noviembre de 2021

"No voto": El infierno de los "idiotas" o el nicho de los disidentes

Mucho se ha hablado sobre los no votantes, los “idiotas” de la vida pública que marcaron más de la mitad del padrón electoral durante la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Algo similar ocurrió durante la votación de los Constituyentes. Al parecer, una gran masa amorfa de personas todavía desiste de participar del sufragio, por numerosos motivos no del todo claros. Resulta un fenómeno que no se debe subestimar, puesto que esta gran masa puede ser un potencial voto para uno de los dos candidatos a disputarse en segunda vuelta, una masa crítica que se mantenga indiferente o, incluso, un grupo no menor de personas que opten decididamente por la abstención, de acuerdo a una postura política definida o una perspectiva hasta filosófica.

El caso de los votantes del PDG, el Partido de la Gente, con Franco Parisi como su candidato, es bastante particular. Luego del tercer lugar obtenido, Parisi llamó a decidir el próximo voto vía digital. Es evidente que muchos de ellos se decidirán por Kast; otros tantos, por Boric, pero gran parte de ellos han manifestado su rechazo a ambas opciones, inclinándose sí o sí por la abstención, el voto nulo o el voto en blanco. He aquí que el planteamiento del PDG se lleva hasta sus últimas consecuencias, al seguir la línea del “outsider”, porque de lo que se trata es de cuestionar las estructuras de poder que tanto izquierda como derecha han propiciado y mantenido durante todo este tiempo. La propuesta del PDG, al menos teóricamente, debería apuntar a desmarcarse de ese dualismo y, por tanto, desmarcarse de este duelo a muerte entre ambos polos del espectro.

Dicen que todo se trata de mantener a la gente polarizada entre izquierda y derecha, y esa sería la razón de ser, el ethos de la elite política. La polarización, en este sentido, beneficiaría a “los mismos” y cuando llega una persona nueva, ajena al duopolio, ellos ocuparían todos sus poderes fácticos para destruirla. Sería por esta razón básicamente que el Partido de la Gente, liderado por Parisi, se habría formado: para hacer la diferencia con respecto a la oligarquía conformada por los señores de un lado y del otro. Habrá que ver, eso sí, cuántos de los votantes de Parisi se mantendrán firmes y no se venderán a cambio de unas cuantas prebendas.

Al respecto, el performista Francisco Papas Fritas mencionó algo muy interesante sobre el fenómeno Parisi. Señaló que el escenario político que estamos viviendo, tan radicalizado, se debe, en parte, a la falta de autocrítica de ciertos sectores de la izquierda chilena que abogan por la anulación del adversario, llegando a ridiculizar al votante PDG que, sin embargo, logró llegar a las clases medias bajas carentes de simpatía por los partidos tradicionales. Este punto, sin duda, explica por qué el Partido de la Gente obtuvo tan alta aprobación en urnas, pese a todos los contratiempos del candidato Parisi. Hay aquí una fuerza que no se debe desconocer, un impulso, si se quiere, centrista, que logró direccionar y capitalizar aquel descontento social arrastrado desde el 18/10, más allá de las banderas levantadas por los partidos de izquierda más dura, los cuales cuentan con la ventaja de una trayectoria mucho más extendida en el tiempo y un poder político que perdura marcado a fuego en la psiquis colectiva.

Por otra parte, está el caso de algunos votantes de UPA, con Artés como su abanderado. Su renuencia al voto va por una dirección totalmente distinta al PDG. Si bien en lo relativo al “idiotismo” público del no voto, tienen un punto de encuentro, las motivaciones ideológicas son, incluso, opuestas.

Dentro del conglomerado UPA están aquellos que piensan que la vía institucional nunca fue el camino, y que disputarlo sería un craso error estratégico. Para ellos, eso sería avalar la oligarquía representada por la clase política y los grupos económicos. En esta bolsa de gatos cabría Boric y Kast, aunque acá UPA se define como “la verdadera izquierda”, aquella que no es cómplice del neoliberalismo, por lo tanto, no comulgaría ni con el “amarillismo del magallánico” ni con el “fascismo del oriundo de Paine”.

Al plantearse de esa forma frente al sufragio, el partido liderado por Artés apunta a dar la batalla en las calles y en los territorios, reuniendo dentro de su ideario a un nutrido grupo de “antifas”, anarcocomunistas o anarcosindicalistas, todos y cada uno de ellos articulados en torno a la idea de una auténtica Refundación de Chile que vaya más allá de la “Cocina institucional” del Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución. De este modo, algunos votantes UPA llaman a no seguir el juego de la política neoliberal y, en cambio, promueven la participación de la gente en instancias comunitarias, con tal de tomar sus propias decisiones, en lugar de delegarlas al “burgués de turno”.

Marcel Claude, muy crítico con este nuevo proceso, había dicho que esto mismo, un tiempo atrás, habría sido aplaudido por el propio candidato que hoy representaría a la izquierda: Gabriel Boric. Él, hace años atrás, durante las elecciones presidenciales del 2017, afirmó que Chile “debe sacarse de encima el chantaje del mal menor”, por lo que llamó a no votar ni por Piñera ni por Guillier. En este sentido, resulta paradójico que la misma fórmula política se repita, y lo tenga ahora a él en el lugar de Guillier. Hoy, gran parte del colectivo de Artés es ese Boric del 2017 que llamaba a no votar por el mal menor.

La gran diferencia que tiene UPA con PDG, entonces, se puede resumir en que muchos del partido UPA no votarán, porque eso implicaría avalar una batalla que no es la de la izquierda, digamos, real, y significaría validar el sistema neoliberal sostenido por la derecha oligárquica. En cambio, en PDG muchos tampoco votarán, sencillamente porque descreen tanto de la izquierda como de la derecha, al ser partícipes de un conflicto de intereses de cara a la galería, y de un clientelismo y un nepotismo tras bambalinas de la sociedad. En suma, entre ambos partidos hay visiones muy distintas de entender el mundo, sin embargo, todos confluyen en lo mismo: en su propia condición de “idiotas públicos” al abstenerse de votar en la que quizá sea una de las mayores encrucijadas de la política chilena de los últimos años.

Se avecinan tiempos de polarización radical. Dos fuerzas políticas colisionan. Votar por una implica derrotar a la otra por completo. Aquel que decide no votar, por convicción o por falta de esta, será tildado de amarillo, en el mejor de los casos, o de fascista o comunista, en el peor, según sea el color político del acusador. Algunos, en su ánimo militante y proselitista, ya han empezado a citar la Divina Comedia de Dante para condenar al infierno a aquellos que mantienen su “neutralidad en tiempos de crisis moral”. Apelan a tomar una decisión que decidirá –según ellos- el destino del país, como si eso ya no estuviese manipulado de antemano, por voluntades que nos rebasan y que instalan el circo y el fraude electoral precisamente para darnos la ilusión de la elección, porque uno, finalmente, tiene el derecho a votar pero no a elegir. Tal cual decía una tal Dra Camila Vergara, citada por un amigo en Facebook: "el pueblo solo es llamado al gesto democrático, pero no decide nada". Y este es el punto crucial. Nadie llama a no votar, porque eso redundaría, sin lugar a dudas, en el suicidio. Y nadie quiere suicidarse, habiendo tanto en juego. Nadie quiere restarse del resultado final, para ver cumplidas sus expectativas o bien para autosabotearlas con su consecuente decepción.

En diciembre, Chile se debatirá entre dos visiones de mundo, si se quiere, antagónicas. Esa es la realidad que nos quieren hacer creer. Elegir entre uno u otro como quien escoge entre la pastilla azul o roja. Decisión sobre la cual se carga con el peso de la consciencia y el peso de la noche de la historia, pero, al fin y al cabo, otros la seguirán escribiendo por nosotros, al menos que el cuestionamiento te lleve a la incertidumbre y puedas intuir otra posibilidad dentro del sistema. Tú decides. Nadie lo hará por ti. Vote o no vote, hágalo a consciencia.

El domingo el verdadero ganador fue el abstencionismo, los "idiotas" en su sentido griego: los que no participan del asunto público (en este caso, político) y esa gran incógnita puede definirlo todo, como puede que no.
“[…] Diógenes decía: “¿De qué sirve un hombre que ha pasado todo el tiempo filosofando sin inquietar a nadie?”. Adhiero a esta definición de la filosofía: inquietar, inquietar al fulano lleno de certezas, inquietar al clon que cree que piensa cuando se contenta con duplicar la panoplia de su tribu (tanto de izquierda como de derecha, incluyendo a los anarquistas), inquietar al charlatán que actúa como espejo de su tiempo y de su época, inquietar al lorito del momento que vocaliza las órdenes lanzadas por una sarta de cretinos formadores de opinión. En resumen, inquietar”. Michel Onfray. Filosofar como un perro.
Estamos tan radicalizados, querida, que cada uno ve en el otro la derrota de la razón y la profanación de lo sagrado.

lunes, 22 de noviembre de 2021

“The Parisi moment”: El factor PDG en las elecciones presidenciales.

Nadie le toma el suficiente peso, pero una de las sorpresas electorales fue el tercer lugar de Franco Parisi, pese a realizar su campaña política desde el extranjero de manera telemática. Entre acusaciones de acoso, no pago de pensión de alimentos y fraude inmobiliario, Parisi tuvo que lidiar con el asedio de la prensa y el desprestigio de parte de los partidos tradicionales tanto de izquierda como de derecha. Un factor decisivo de su ascenso en las encuestas tuvo que ver precisamente con su ataque a los operadores políticos y su propuesta de un partido ciudadano que operara por fuera de la camadilla de burócratas del Congreso y sus amigos corporativistas. Es posible que una parte del descontento sociopolítico germinado desde el estallido en adelante haya sido “capitalizado” por el candidato “en línea” para sumar adherentes desencantados y huérfanos, que simplemente no quisieron sumarse a las filas de la izquierda radical ni tampoco a la reacción de la derecha conservadora, superando, al menos de manera tentativa, el sistema binario de control político pensado desde la Revolución Francesa.

La victoria pírrica del Partido de la Gente en las urnas no se puede desconocer, más allá del bullado versus entre “extremos” ideológicos. Esta victoria por sobre una representante de la DC como Provoste o por sobre un ex DC encubierto como Sichel, sienta un precedente en el terreno de la renovación de la arena política chilena, a tal punto que, para la segunda vuelta, será decisivo el voto Parisi a la hora de elegir el próximo candidato. Lo que no se tiene claro, eso sí, es la dirección unívoca de ese votante, porque el proyecto de Parisi carecía del carácter doctrinario de los otros dos candidatos en disputa, aunque su proyecto consistía básicamente en levantar una plataforma de disenso político, a partir de una visión, si se quiere, liberal de centro. Esto quiere decir que Parisi, con su nuevo partido creado hace solo un par de años, 2019, tiene el potencial para desarrollar o inspirar a una masa crítica inconformista que no se someta  a las prebendas de lado y lado, y que sea capaz de plantarse y dar vida a un verdadero centro, o como se hacen llamar, “Tercera Fuerza” que recuerda un poco a la idea de la Tercera Posición o Tercera Vía.

En otro punto, la candidatura enteramente digital de Parisi resulta algo sui generis. Para unos, estafa, por el hecho de no llegar al país; para otros, simple negociado sin mayor sustancia que sus líos judiciales. En cambio, para los adherentes del Partido de la gente, ha significado una propuesta innovadora, por el simple hecho de convertirse en el único candidato telemático con tan alta votación. Qué curioso, sin embargo, que su partido se haga llamar Partido de la gente y tenga a su candidato fuera del país, sin el calor humano de su fanaticada, aunque sí con su voto y su bolsillo, íntegro y material en las cuentas del candidato.

Pese a esto, creo que la idea de una Democracia digital impulsada por la plataforma del PDG podría tomarse como punto de partida para lograr una conexión diferente con la política, a través de la cual la propia ciudadanía pueda votar los proyectos de ley que se vayan discutiendo en el Parlamento. Pero esta medida debería, más que legitimar el corrupto poder legislativo, apuntar a descentralizar el poder y abrir una alternativa de participación efectiva, ya que, en tiempos de nueva normalidad, lo virtual está tomando la forma de la vida misma, abarcando, dentro de sí, la propia política y su orgánica, una verdadera política pensada para nuestra época de conexión y desconexión, de distancia y enclaustramiento.

¿Podrá ser que el verdadero proyecto, la verdadera agenda oculta de Parisi, no haya sido llegar a La Moneda, sino que la instalación de un verdadero Metaverso de Chile? Resulta irrisorio pensarlo, y no deja de ser polémico el hecho de que Parisi apuntara a ganar las presidenciales prácticamente con un avatar suyo (a lo “The Waldo Moment” de Black Mirror) y casi al mismo tiempo en que Mark Zuckerberg lanzara su nuevo proyecto Meta de realidad virtual. Demasiadas coincidencias que podrían derivar perfectamente en otro episodio de nuestra distópica política de ciencia ficción, con Parisi como su anti héroe cyberpunk, rebelado contra los operadores políticos, pero también, contra los “operadores de la realidad análoga”.


"Esta sábana está peor que el Mercurio" dijo un votante, sosteniendo la papeleta para diputados. "Pero el Mercurio miente", le dijo un vocal de mesa. "¡Todos mienten!" volvió a decir el votante, luego de depositar la inmensa papeleta verde en la caja. ¿Quién lo creería? Algunos votantes van a votar por los candidatos políticos ¡a sabiendas de que mienten!
“Los dos candidatos presidenciales son candidatos de última hora. Son candidatos que ofrecen modelos totalmente divergentes, pero además son candidatos muy débiles. En otro país, parecido a esos de los que nos creíamos cerca, alguien con problemas emocionales o que no logró un mínimo universitario, o que carece de experiencia, no sería candidato; o un candidato que fue un diputado medio, sin grandes obras conocidas y representante de una derecha absolutamente conservadora, un poco ajena a estos tiempos, sería también una anécdota electoral. Pero en el Chile actual, ellos, que representan estas características, son los candidatos más importantes, y eso demuestra cierta decadencia que hay en el país (…) Por desgracia, la victoria de unos, será la derrota total, enorme, de una buena parte del otro. Aquí no habrá posibilidades de concordia, habrá simplemente un drama, porque son dos modelos que no conversan entre ellos. Es cierto que se pretenderá seducir a los votantes de centro, pero solo serán pantomimas, actuaciones, porque son las convicciones profundas de los candidatos las que ya están puestas sobre la mesa. Será solo entonces, maquillaje de ocasión”. Mosciatti, Para que tome una decisión en la presidencial.

sábado, 20 de noviembre de 2021

Disidencia controlada

Hay un concepto llamado Disidencia controlada, que enmarca muy bien a la figura de Trump o de Bolsonaro. Ellos funcionan a la manera de la novela 1984. En la obra orwelliana, había una instancia denominada “2 minutos de odio”, donde la gente iba a la plaza y colocaban en las telepantallas a un disidente conocido como Emmanuel Goldstein. Ese disidente decía la verdad: están esclavizados, este es un sistema totalitario, ustedes deberían ser libres, mientras la gente le gritaba de todo. Pero, de pronto, había personas que se desprogramaban y se daban cuenta que aquel disidente Goldstein, si bien decía la verdad, trabajaba igualmente para el sistema que criticaba con tanta pasión. Personajes como Trump, Bolsonaro y Kast acá en Chile son los Goldstein del siglo XXI, “disidencia controlada” que está ahí para generar la ilusión del contrapeso.

Lo que esconde la Convención Constitucional

Apuntes sobre Lo que esconde la Convención Constitucional, video de El mirador del gallo, con Joxaco Nexus como invitado.

1.- La Convención Constituyente fue un gol de media cancha que nos metieron a todos los chilenos, promoviendo una falsa Asamblea Constituyente para redactar una Constitución que pondrá al Estado por sobre los ciudadanos. En estricto rigor, la idea de Estado totalitario que pretenden los señores de la ONU asociados al Foro Económico mundial, al Fondo Monetario internacional y al Banco mundial.

2.- Si los dueños de Chile realmente hubieran cedido a las demandas de fondo promulgadas desde el “estallido”, hubieran derogado de inmediato la ley de pesca, el código de aguas, la ley de concesiones mineras y la ley de AFP. En cambio, establecieron un Acuerdo por la Paz y una Nueva Constitución, que fue precisamente hacia donde querían encausar el “movimiento social”, de manera que estuviese alineado con los planteamientos de la agenda 2030, esta agenda globalista.

3.- El Acuerdo por la Paz sí fue una cocina, pero hay otra explicación que no suelen dar los sectores de izquierda radicalizada. El miedo ante un eventual “Golpe de Estado” fue usado como cortina de humo para esta pantomima política y, de esa forma, colarnos la ley 21.200 que amarra el actuar de los constituyentes, en su artículo 135, expresando que no se pueden declarar soberanos.

4.- Desde la visión del Movimiento Democracia Directa, absolutamente todo el proceso, desde el Acuerdo por la Paz en adelante, fue un fraude. Sobre todo, el plebiscito de Octubre de 2020 con el Apruebo/Rechazo. En efecto, el poder político volvió a dividir a la población. Divide et impera, tal cual como ocurrió en la Asamblea nacional de la Revolución Francesa, que es el origen de la división ciudadana actual entre izquierdas y derechas. Entonces el Plebiscito por el Apruebo y el Rechazo, lejos de ser Democracia real, no fue más que otra réplica de esta lógica divisoria del poder.

5.- El Poder Constituyente Originario debiera ser inherente al pueblo o nación y auto-convocarse a través de la ciudadanía. En teoría, este poder tendría la facultad para decidir los destinos de todos y cada uno dentro del país, sin la intromisión de los poderes del Estado y de los partidos políticos.

6.- La deliberación real debiera entenderse, entonces, como consecuencia del despliegue de aquel Poder Constituyente Originario, a través de una Democracia Directa y no una Democracia Representativa, que históricamente ha trabajado en contra de la ciudadanía y no para ella, en pro del Estado en complicidad con la corporatocracia y la partidocracia.

7.- La Constitución no es una carta de control de un Estado sobre un pueblo, es una carta que permite al pueblo frenar el control de los poderes del Estado. La Constitución sirve a los individuos, no a los Poderes constituidos.

8.- Chile votó por cambiar la Constitución neoliberal del 80, pero acabará entregando el país en bandeja de plata a los globalistas.

9.- Han pasado dos años ¿qué ha cambiado? Absolutamente nada.

10.- El Congreso significa dinero de todos y cada uno de nosotros, botado a la basura. La Convención, en tanto, se ha vuelto una verdadera “Tercera Cámara”.

11.- El sistema representativo es la punta de lanza del control de los pueblos. A los presidentes elegidos democráticamente, por ende, o los compran o los matan.

12.- Transformar, que no destruir.

13.- No se puede cambiar el sistema desde adentro. No se le puede pedir al tigre que sea vegetariano.

viernes, 19 de noviembre de 2021

19 de noviembre: Día internacional del Hombre. Solo me llegó un saludo por interno de una prima, conmemorando “mi día”. Como decía Roxana Kreimer: “tal parece que hoy no es una buena época para ser varón. Todos los hombres, hasta los más pobres, se han convertido en burgueses explotadores confabulados para oprimir a la mujer, que reuniría en sí misma el colectivo de proletarios y proletarias del mundo”. Ergo, se es hombre, aunque uno sea pobre. Sigue siendo hombre, lo que ya es mucho.

jueves, 18 de noviembre de 2021

Sichel y sus remolinos de la Dignidad



Sichel cubrió Plaza Italia con remolinos amarillos. Dijo que son el símbolo de la esperanza. Nadie puede negar que Chile, ad portas de las elecciones, con miras a definir su futuro, mediando proceso constituyente y contexto covid, se está volviendo cada vez más surrealista. Esa performance en Plaza Italia, por ejemplo ¿habrá sido una medida desesperada por capturar votos sentimentales? ¿Un signo subliminal de su anticipada rendición? ¿Un acto poético para sublimar la derrota de su visión y su propuesta? ¿Señal de que el epicentro del estallido y la lucha se “amarilla”? ¿Señal de que pretende “libertarizar” un territorio altamente radicalizado? ¿O señal de que el actor político del sistema pretende conectar con ese territorio sobre la base de un discurso buenista, a todas luces, cuestionado, vilipendiado, desenmascarado en su hipocresía?

Acá vale la digresión como estilo (de vida)

Covid 1984 (poema)

Nadie podía preverlo

Nadie quería el encierro obligado

Nadie quería la intemperie ni su corrupción

El bicho es el limbo de las circunstancias

Nuestro irremediable arrojo

Nuestra convalecencia es su huésped

Y nos debatimos entre la desolación o la inmundicia

Entre la ausencia o lo tóxico, lo vivo.

El enemigo público número uno

Ya está aquí

Siempre estuvo a tu lado

Fingiendo, conspirando

Vaciando la sangre de tu corazón con una jeringa

Escupiendo tu rostro invisibilizado

Inoculando el odio entre las masas

Al ritmo vertiginoso de la peste.

El bicho es el limbo de las circunstancias

La consagración del absurdo

La mancha voraz sobre la razón

La expresión sine qua non de nuestra era de contradicciones

Un síntoma del Kali Yuga.

El bicho está aquí

Siempre estuvo a tu lado

Dándote un beso de Judas

Antes de la despedida apocalíptica.

Ahora estás encerrado

Y quieren perseguirte

Y quieren dosificar tu cuerpo.

Mejor que consumas lo que no tienes

Mejor que guardes tus propios desechos

Porque la infección apenas comienza

Porque la conspiración nunca será televisada

Porque nada de lo que digas

Evitará la inminencia de la calumnia

De la verdad infectada

Bajo el mantra de la salud

y el nuevo orden.

Porque el bicho tiene tu rostro

Porque el bicho eres tú, sin la máscara.


miércoles, 17 de noviembre de 2021

Judith


El Cureptano estaba llenísimo. Entramos con Judith, Analía y Sátiro por el acceso de la barra. La tocata debía empezar tipo once de la noche. Llegamos a la hora, pero aún estaban preparando el escenario en la planta baja. Pedimos unas tres cervezas Becker en promoción y fuimos a la planta superior, donde se colocan todos a ranciar. Allí nos acomodamos. Sátiro abrió una de las botellas y comenzó a servirnos.

-¿Dónde andará la Eva? -preguntó Judith

-Se supone que debe estar con el loquito de Lapa muerta, me imagino -le respondí.

-Cuando empiece la música, bajamos a verla.

-Me parece.

Sátiro les ofreció cigarrillos a las chicas y luego a mí. Ambas los recibieron, menos yo. Analía fumó largamente y bebió un poco de chela. Sátiro también fumaba mientras le acariciaba el pelo. Analía miró fijamente a Judith.

-¿Quién es la Eva? -le preguntó

-Una amiga, ex colega, muy buena onda.

-Ella nos invitó, de hecho -interrumpí, entusiasta, con el vaso de chela en la mano.

Judith me quedó mirando por unos momentos.

-Me imagino que pronto comenzará el show -mencionó Sátiro.

-Sí, tranqui, compadre… la Eva me confirmó que la cosa empezaba tipo once… en todo caso, ya sabes que esto es como las lecturas de poesía, nadie es puntual.

-¡Nadie cumple su palabra! -agregó Sátiro, quien rio de la nada, estruendosamente, tosiendo por el humo.

Las chicas rieron. Yo sonreí levemente y seguí bebiendo. Enseguida, Sátiro dejó el cigarrillo en el cenicero al medio de la mesa y se dirigió al baño. Analía se levantó y lo siguió, tomándolo de la mano. Solo quedamos Judith y yo.

-Judith ¿y qué has hecho esta semana?

-Uf, ni te cuento. He andado como loca leyendo y escribiendo para mi proyecto de tesis, peleando con mi profe que es re exigente.

Le pregunté sobre qué estaba haciendo su tesis. Me respondió que sobre algunos relatos de los detenidos desaparecidos. Su voz se tornó un tanto conmovida. No pude evitar pensar en que se trataba de un tema demasiado redundante. ¿Acaso no había otra cosa más imaginativa sobre la cual escribir? Sin embargo, la escuché, hasta cierto punto, abstraído en sus ojos color piscina.

-Sabes que en un principio quise hacer la tesis de grado en eso, pero no me dio el cuero. Preferí hablar de la nueva novela histórica -dije, por decir algo.

-Dale, ¿qué autor?

-Abel Posse, Los perros del paraíso.

Judith se quedó pensativa unos segundos y siguió bebiendo. Luego comentó sobre lo mucho que ha tenido que leer, de modo que la mención a mi tesis desapareció. De todas formas, no era precisamente mi intención seguir una conversación estrictamente académica. Judith continuaba hablándome sobre lo suyo como si no hubiera un mañana, mientras yo la escuchaba atento a sus ojos, bebiendo ese vaso de tibia chela a tientas, esperando la ocasión para acercarme a ella un poquito más.

-A ver si te puedo ayudar -atiné a decirle, buscando empatizar, como decían los políticos.

-Estaría bueno, fíjate. Tú escribes bien. Necesito ayuda.

-Muy bien. Me avisas no más.

-Bacán.

Durante unos segundos nos mantuvimos en silencio, segundos valiosos en los que pasó por mi mente darle un beso, pero la pensé demasiado. Entonces ella dejó de sostenerme la mirada y ladeó levemente el rostro. Pasó la vieja. Seguimos bebiendo otro poco de chela de manera casi sincronizada, vacilando canciones metaleras, “tarros” cada vez más saturados por los parlantes viejos.

-Oye, Salva ¿y ya habías venido otras veces con Eva acá? -preguntó Judith, con un rostro tiernamente trasnochado.

-Sí, a principio de año veníamos con el H después de las lecturas, a puro ranciar-

-Ah ya, entiendo. Lo que pasa es que hace un año Eva me invitó acá al Cureptano y alcancé a estar un ratito porque me dio miedo y salí corriendo -se rio-Tuvo que ella ir a buscarme a la Subida Ecuador. Para que veas el nivel -volvió a reír.

Me di cuenta de lo loca que estaba Judith, pero estaba tan embobado que preferí quedarme igual, contra todo juicio. Cómo era posible que ella tuviera ese arranque de paranoia. Miedo a qué, me pregunté. Porque si uno viene al Cureptano sabe a lo que viene. Definitivamente, algo no andaba bien con ella. De todas formas, confié en que esta noche lo pasaríamos genial.

-Oye, pero cuéntame ¿por qué te fuiste así de la nada? -le pregunté a Judith, tratando de averiguar, neciamente, la razón de la sinrazón que a mi razón se hace.

-Nah, locuras mías no más -contestó ella.

-Pero alguna razón de peso debe haber, mira que acá, dentro de todo, igual es piola, tóxico sí, pero piola, comparado con otros locales de la Subida Ecuador.

-Lo que pasa es que andaba media perseguida por unos locos medios flaites que se nos acercaron cuando estábamos cheleando con la Eva, ¿cachai? Parece que andaban a la siga de la coca. De repente la noche es tan brígida, Salva. Yo no soy de venir mucho a estos locales, la verdad, pero apaño igual.

Ambos éramos ajenos al mundo flaite, pero estábamos familiarizados con él por el simple hecho de ser porteños. No parecía del todo raro, después de todo, que en un local como el Cureptano pasaran ese tipo de situaciones, considerando el perfil de la clientela, pero ese era el precio del vacile en el puerto.

-Ya, te cacho, pero acá casi nunca pasa nada, puro hueveo no más poh -le dije a Judith, buscando bajarle el perfil a su anécdota.

-¿Cómo que no? -preguntó Judith sorprendida.-Si a Eva casi le roban-

-Sí poh, hay flaites en todos lados. Valpito nada más- contesté.

En todo caso, era difícil saber si aquella vez le habían robado o solo había perdido sus cosas.

-Qué lata, pero no era ese el motivo real de mi miedo esa vez.

-Entonces ¿cuál era?.

-Algo en el ambiente me perturbó, ¿Cachai? lo que pasa es que soy muy sensible a ciertas situaciones o contextos. No lo entenderías, porque es algo muy mío, muy subjetivo, pero de repente siento la necesidad de huir, debe ser algo así como pánico. No creas que estoy loca.

La chica con quien estaba teniendo onda mostró atisbos de un severo desequilibrio mental. Eso me preocupó sobremanera y estuve a punto de despacharla por ese mismo motivo. Pero, de nuevo, contra todo juicio, porfiado, quise seguir a su lado, a ver qué nos deparaba la noche, confiado en que esta vez no le dieran esos ataques.

Fumó otro poco y me sostuvo un brazo, sonriente, pero con la mirada algo perdida. Le sonreí de vuelta.

-¿Sabí qué? No me hagai caso. Ven -dijo Judith.

Me corrí del asiento para colocarme más cerca. Entonces, la abracé, pero se trató de un abrazo de oso, algo amistoso, aunque con ganas.

-¿De verdad crees que estoy loca?

-No –mentí.

-Solo necesito protección, nada más.

En ese instante, me rodeó el brazo y sentí su calor mucho más cerca. Pensé en hacerme el huevón, llegar tempranito a la casa y no ir más lejos, temiendo que saliera con una cuestión peor que con la Eva, pero, en honor al creciente deseo sexual y al espíritu de la juerga, me quedé a carretear, como se dice, de puro jugoso y caliente.

-Tranqui -le dije a Judith, tras su extraño deseo de protección.

Al decir esto, la miré a los ojos directamente, bebiendo otro concho de Becker al seco. Era inevitable no perderse en esos ojos claros que contrastaban con la ranciedad, inundando el ambiente.

En verdad no tenía muy claro realmente qué era lo que quería de ella. Por un lado, la onda entre nosotros fluía de lo lindo; pero, por otro, ella tenía estas salidas bizarras. No sabía qué cresta pensar ¿y Judith, en qué estaría pensando, diciéndome todo esto y luego haciéndose la cariñosa, como si nada? Aquello no dejaba de inquietarme. Ella me siguió mirando nerviosa y sonrió. Hubo silencio por algunos segundos.

-Oye, Salva ¿y por qué le llaman Interzona? -preguntó Judith.-Suena como muy light, creo yo, aunque lo tomaran de Burroughs. No sé, es mejor Cureptano. Más propio, más porteño.

El solo hecho de mencionar al viejo Burroughs hacía que mi atracción por ella creciera, pese a todas mis dudas sobre su carácter. No había nada más interesante y sensual que una guapa loca vestida de negro, lectora de beatniks y bebiendo mala cerveza. Supongo que todo conectaba con mis obsesiones literarias.

-Con H le bautizamos así en referencia al Almuerzo desnudo. Una analogía literaria, una tontera nuestra.

-Ya, dale.

Judith siguió bebiendo, dio vuelta su rostro y vio regresar a Analía y a Sátiro, que venían muy abrazados.

Seguimos carreteando en medio del bullicio y los parlantes saturados, bebiendo cerveza barata e inhalando el humo de los presentes, entremezclados con el del ambiente. Esa onda me trajo memorias fugaces de aquellos carretes legendarios en locales metaleros ya prácticamente extintos. El Anemia era uno de ellos. Estaba justo al lado del Cureptano.

Seguimos bebiendo, hasta que a Judith le llegó un whatsapp de Eva. Le avisó que ya iba a empezar la tocata. Nos despedimos de Analía y Sátiro. Hacía rato que deseaban irse. Si bien era el ambiente para carretear con los amigos, ellos claramente estaban en otra.

-¿Se van ya? -preguntó Analía.

-Vamos a estar abajo, por si les tinca -respondió Judith.

-¿La tocata, cierto? -preguntó Sátiro.

-Sí, va a tocar Lapa muerta -le respondí

-Genial, en volá más rato vamos ¿o no, amor? -preguntó Sátiro, pidiéndole permiso a su polola.

-Pásenlo bien no más, nosotros seguiremos ranciando acá arriba -se despidió Analía.

-Como siempre -comentó al paso Judith, después de abrazar a Analía y Sátiro. También hice lo mismo.

Nos dejamos guiar por los acoples y la prueba de sonido de percusiones. Accedimos por una puerta interna. Allí un guardia grande nos cobró entrada. Tres lucas cada uno, con cover incluido. Pagamos el precio tranquilamente y entramos.

En el lugar, miré a la planta superior. Había una antigua terraza.

-Este era el Anemia -me di cuenta.

Judith se adelantó, tratando de encontrar a Eva, aunque alcanzó a escucharme.

-¿El Anemia? -preguntó con voz fuerte.

-Sí, un local metalero. Aquí veníamos a carretear con un amigo del colegio, a escuchar sus tarros y chelear como locos los findes -le respondí a Judith, forzando al voz.

-Mira tú, qué rockero -dijo ella, en un tono que no pude descifrar.

Seguimos caminando rumbo a la parte lateral del escenario y allí estaba Eva, arreglando algo entre los parlantes. Se sorprendió al vernos.

-¡Hola, cabros! ¡Tanto tiempo! ¿Cómo están? Pensé que no venían.

-No puedo dejar plantada a una amiga -dijo Judith.

-Si pos huevona, no seas ingrata. Mira que me debes varias.

-Sí oh, sí sé.

Eva me vio y me abrazó de inmediato.

-Buena Salva, me alegro de verte ¿Cómo estai?

-Bien pues, querida, aquí, listo para el rock -le dije, entre otras estupideces de rigor.

-Oye ¿y tu pololo?

-¿Y cómo supiste? -preguntó Eva, asombrada de que supiera sobre su nueva pareja. Seguramente deseaba mantenerla piola, en secreto, con tal de mantener la atención de su viejo amigo y dejarlo orbitando el mayor tiempo posible. No podía faltarle su “admirador estrella”.

-Yo le dije que hoy tocaría tu pololo, el de Lapa muerta -Judith interrumpió.

-Ah claro, ya cacho. Sí poh huevona, debe andar por ahí. Mi pololo es el vocalista de Lapa muerta ¿qué tal? -dijo Eva, muy suelta de cuerpo, con el más enigmático orgullo.

El compadre apareció desde el fondo al costado izquierdo del escenario. Iba vestido con chaqueta de cuero negra, el pelo bien estirado y un jeans negro. Todo un líder de la vieja escuela.

Se acercó a nosotros con prisa, a paso seguro. Eva nos presentó ante él.

-Amor. Ellos son Judith y Salvador. Bueno, Judith es mi amiga y ex colega. Una poeta seca (sinceramente, no sé qué cosa habrá leído o escuchado de ella como para sostener eso). Salvador... -al mencionarme, se detuvo por un par de segundos y luego remató -un amigo de la poesía.

El compadre saludó rápidamente a Judith con un beso corto en la mejilla y a mí me estrechó la mano por un par de largos segundos, estableciendo su jerarquía como buen primate. Se dieron un beso rápido. Entonces el vocalista se fue a conversar con los compañeros de banda.

-La pasaremos bomba. Paciencia, que dentro de poco quedará la cagada -dijo Eva.

Nos quedamos mirando con Judith. Ella frunció el ceño, no muy a gusto a estos eventos. Eva se quedó un rato con nosotros, porque su pololo seguía por ahí conversando con los integrantes de la banda.

-Qué bueno que estén acá, cabros. Pensándolo bien, esta sería nuestra primera tocata -comentó Eva, bastante entusiasmada.

-Sí, por supuesto Eva. Estamos ansiosos de escuchar a Lapa muerta ¿o no, Judith? -dije, y de paso, le pregunté.

-Obvio -respondió ella, de manera escueta.

-No te noto muy convencida, huevona -comentó Eva.

-Amiga, tú sabes -dijo Judith, que era otra forma de decir que no sabía absolutamente nada de nada.

-Esas miradas cómplices, no vayan a pensar mal, son bromas no más. Pero aquí hay onda… ¡Salud por eso! -dijo Eva, eufórica, brindando por no sé qué.

Judith miró a ambos lados, algo nerviosa, con el vaso de cerveza en la mano, simulando no entender nada.

No sé por qué, pero ante aquella talla de Eva no pude evitar reírme. Ya conocía su forma de ser, aunque esta ocasión era distinta, porque era primera vez que me veía venir junto a Judith. En ese punto, me pregunté cómo era posible que este par de mujeres sostuviera con tanta espontaneidad una relación de lo más superficial. Ellas pretendían revivir un tiempo, una época que ya no les pertenecía, una muda de piel demasiado trajinada que ya se notaba en sus contornos. Querían revivir un pasado de lo más agónico. Y yo, aunque me costara creerlo, estaba siendo parte de eso. Cómo era posible, me volví a preguntar. ¿Acaso yo también estaba cayendo en esa nostalgia de una época sin futuro? ¿En ese vacío de quienes ya perdieron el norte y pretenden llenar de contenido sus vidas? Aparte de la calentura del momento, nada explicaba lo que estaba pasando ¿Acaso la promesa de un polvo valía la pena tanto despropósito? Despegué mi mirada del fondo del escenario, mientras tanto, Eva y Judith seguían bebiendo, cómplices de la sinrazón.

Eva nos dejó hacia un lado del local, donde había un pequeño puesto para ponernos cómodos. Los asistentes estaban casi todos al medio del escenario, listos para el mosh. El pololo de Eva, el vocalista de Lapa muerta comenzó a hablar por micrófono, agradeciendo la convocatoria del evento, y animándolos a todos a vacilar con energía.

-Muy bien, ¡todos a rockear conchetumadre! -gritó el vocalista, muy elegante y desde ese momento comenzó el show.

Durante dos temas, la cosa se iba calentando de a poco. Los asistentes empezaban a abrirse y a dejar sus puestos para vacilar el ritmo del punk porteño. Eva no dejaba de saltar y de vitorear, dura como ella sola, para variar. Judith, en cambio, permanecía sentada en su puesto, tranquila, hasta cierto punto, retraída. Miraba fijamente al escenario con una mirada perdida.

-¿Qué te pasó?.

Ella exhaló un largo humo de cigarrillo.

-¿A mí, nada? ¿Por?.

-Que estai tan callada -observé con cierto espanto.

-Un poquito cansada, no más. Eso es todo.

Así afloró la faceta temida de Judith. Lo que ella me había dicho hace un rato atrás se cumplió. ¿Era solo algo pasajero o realmente esta mina tenía esa clase de episodios todo el tiempo? Pensé que ahí debí haberme enchufado, ahí debí haberme dado cuenta que algo no andaba nada de bien con ella. Pero estaba en medio de una tocata y, a pesar de todo, aún quedaba carrete por delante. Había que aperrar a como diera lugar.

Después de dos temas, bebí lo suficiente como para vacilar al medio del escenario, entre tantos fans agresivos, armando un mosh. Judith, por su parte, permanecía en el mismo lugar. Me intrigó su actitud y la invité a levantarse, impulsado por el frenesí del momento.

-Vamos, ¡arriba! Sé que te gustará.

Le estreché la mano con tal de que ella la tomara para unirse a la fiesta del rock and roll. Ella se negó de inmediato, moviendo levemente la cabeza. Ante su negativa, dejé de insistir y preferí seguir disfrutando de la tocata.

A medida que seguían tocando temas cada vez más rápido, me involucré tanto en la volada que llegué a abstraerme. De pronto, solo era yo, el mosh, el punk rabioso de los Macha y los gritos de Eva a unos metros, cerca del escenario. Veía de tanto en tanto, durante los tiempos muertos, a Judith, que seguía allí en esa esquina, sola, bebiendo a tientas con presencia como de espectro. A ratos, se le veía pegada al celular, chateando con quién sabe quién. Parecía realmente de esas góticas vintage, con toda la onda pero fuera de lugar.

Cuando acabó el show, Eva y yo nos abrazamos, todo sudados por el vacile en el mosh.

-¡Increíble, amigo! ¡Increíble! -exclamó Eva, claramente extasiada.

-¡Estuvo la raja! -le exclamé de vuelta a ella, en señal de haber vivido una tocata de lo más intensa, como en aquellos viejos tiempos universitarios, cuando abundaban los recitales de bandas under en locales temáticos en el puerto, onda Anemia, onda 2120, un local metalero de esos años, ahora transformado en una bodega de obra.

Eva fue a felicitar a su pololo, que seguía rodeado de algunas fans. Judith se había levantado para ir a fumar a la salida del local.

-Acompáñame, necesito un poco de aire –me dijo.

Afuera, Judith me quedó mirando por unos segundos, con la mirada perdida que la caracteriza, mientras fumaba nerviosamente y con mucho frío.

-Parece que no te gustó la tocata –le dije.

-No soy mucho de tocatas, la verdad. Pero quería ver a la Eva.

-Igual fue larga la jornada.

Antes de entrar al Cureptano, habíamos ido a Viña a recitar unos cuantos poemas con unos chicos buena onda. Mala poesía, pero grata velada. Analía y Judith se contaban entre las invitadas.

-Sí, hay que repetir esos ciclos -dijo, sin mucha convicción.-Los chiquillos siempre hacen lecturas.

Seguimos esperando fuera del local a que saliera Eva. Ya era tarde. Nos acordamos de Analía y Sátiro.

-Oye ¿y dónde se metieron los chiquillos? -le pregunté a Judith.

-Me escribió Analía. Ya se fueron a la casa.

-Claro, si igual es tarde. Bueno, nada que hacer.

Salieron Eva y su pololo el Lapa muerta. Él se dirigió a nosotros haciendo un gesto con el dedo índice bajo su nariz. Le dije que no le hago a esas manos. Eva se acercó para despedirse.

-Invita a tu lanzamiento, será mejor.

-Pero obvio, amiga, más que invitada.

Las dos amigas se abrazaron cariñosamente, al punto de tambalearse. El vocalista esperaba al resto de la banda para salir en compañía de Eva. Luego, Eva se despidió de mí.

-No te pierdas, guachito.

-Tú tampoco.

Nos abrazamos. Eva se marchó junto a los Lapa muerta con rumbo desconocido.

Quedamos solo Judith y yo. Por un instante, un silencio incómodo. Ella estaba a punto de acabar su cigarrillo. Entonces pensé en seguir vacilando. Era la oportunidad para coronar. A ese punto, ya no sabía qué esperar de ella, luego de su actitud fantasmal en la tocata, pero, de todos modos, estaba tan ebrio y ella se motivó tanto de un momento a otro que solo tocó seguir el hueveo, que era lo único que nos deparaba la jornada.

-¿Te tinca ir al Máscara?- le pregunté -aún no son las tres.

Se quedó muda por un momento. Miró hacia la calle y luego dio vuelta el rostro tranquilamente.

-Sabes que me leíste la mente. Vamos al Máscara. Bajemos.

El lugar estaba repleto. Fuimos a la barra. Pedimos dos Heineken. Nos sentamos en una mesa muy cerca de la ventana. Ahí brindamos, ya no sabíamos por qué.

Tan pronto se relajó y se puso cómoda, sacó de su bolso un pequeño paquete en el cual envolvía unas hojas.

-Mira, Salvador, es la maqueta de mi primer libro. Échale un vistazo.

Judith me mostró su maqueta. Por su reacción y la expresión en su rostro, se veía bastante ilusionada.

-¿Sabes que este libro lo vengo escribiendo desde chica, Salvador? Aquí hay poemas que he escrito de niña y también otros poemas que escribí después. Me costó armarlo, pero ya está. No es solo poesía, hay toda una historia en estas páginas.

Yo trataba de aguantar el trasnoche mientras la observaba embobado, fingiendo pescarla.

-Pero quiero que leas algo, Salvador. Y dime qué onda.

-Ok -le dije, lacónico, tratando de seguirle la onda -te leeré.

Leí algunos poemas de su maqueta, a medida que bajaba a tientas la Heineken:

Todas las tragedias de mi vida se resumen en una noche, la más oscura

Ahora que mi rostro de niña me abandona

Siento que nadie me comprende, lloro y me consuelo

Porque sé que en el fondo nadie encuentra su puerto.

-Oye ¿y realmente sientes que nadie encuentra su puerto? -le pregunté, tratando de entender los versos suyos que me quedaron dando vuelta entre tanto lugar común.

-Nadie, nadie encuentra su puerto. Cuando crees estar en un sitio, en un instante, estás en otro.

-Pero yo lo único que sé ahora… es que nuestro sitio es aquí, los dos juntos.

Al decir estas palabras, le acaricié la mejilla suavemente. Sonreí. Ella también. Nos volvimos a mirar fijo, prologando nuevamente nuestro silencio, en la bulla del local.

-Ya oh, vamos a bailar será mejor -dijo Judith, levantándose decidida.

Me tomó la mano y fuimos directo a la pista de baile del fondo.

-Hace rato que quería venir a bailar ¿sabí? -comentó Judith en el camino.-He tenido una semana de miedo, que ni te cuento. Además está sonando el especial de Depeche.

-¿La dura? Pulento. Me encanta Depeche.

-Yo soy fanática ¡desde los 15!

-Hace caleta.

-¡Pesado!

Llegamos a la pista del fondo. Colocamos las chelas a un costado para poder vacilar tranquilos.

-Ay ¡Me muero! -exclamó Judith, al escuchar el tema que el dj había colocado.

Judith, ebria, alegre, conectada simbióticamente con la música, alzó su vaso de cerveza y tarareó “Enjoy the silence”.

All i wanted, all i needed, is here in my arms

Words are very unnecessary, they can only do harm.

Tarareamos casi al mismo tiempo con Judith esos dos versos del estribillo del clásico “Enjoy the silence”. Con ese canto ebrio y esas contorsiones, me fui acercando lentamente hacia ella, moviéndome al son de sus vaivenes, tratando de no desentonar y mantener el ritmo. De pronto, Judith me rodeó con sus brazos, tanteando el ritmo del siguiente tema, procurando no perderla de vista. Se aproximó, atrapándome con esos ojos grandes y penetrantes. Cuando estaba dispuesta, le agarré la cara y le di un beso, un beso largo que ella resolvió al son del sonido electrónico. Luego, me apartó con las manos, sonrió y seguimos bailando pegados, bajando lo poco de chela que quedaba, para acabar el especial de la noche. Nos quedamos allí hasta que la música terminó.

En un momento, Judith fue al baño. Estaba realmente lleno. La acompañé para no perderla de vista. La esperé por largos minutos. Sin embargo, no la vi más. Puede ser porque estaba desorientado. Pero no. Comenzó a dolerme la cabeza. Busqué a Judith por todo el local, mientras comenzaba a vaciarse. Ningún rastro. Había desaparecido. La llamé varias veces. Buzón de voz. Luego un audio de whatsapp. Era inútil. No contestaba.

Caminé tambaleante al baño. A medida que me abría paso entre el mar de gente, sonaba de fondo el tema Trash de Suede. Britpop. Generación X. Al llegar al baño, fui a mear. Me lavé las manos y el rostro. Ya no daba más.

Salí del Máscara, cansado. Di otra vuelta por la Plazuela. Nada. Ningún rastro de ella. No quise pensar lo peor, así que me detuve un rato en una esquina. Luego, fui a comprar un bajón donde el compañero Yuri. Un italiano. Lo devoré, aunque, en un lapso de segundo, cayó al suelo un trozo de vienesa. Un perro negro se acercó rápidamente para comérselo. Me quedó mirando unos segundos, cual guardián de la noche, y siguió su camino.
Hoy en Taller de crónicas, un cabro entregó su trabajo. Se titulaba "Crónica de un fracaso real". La hoja donde debía escribirlo estaba en blanco. -Pero no hizo nada- le dije. -Espere y ya verá -contestó el cabro- será autobiográfica. Recordé a Julio Ramón Ribeyro en su Tentación del fracaso. La hoja en blanco es voraz: devora tu vida.
Y ya que hablamos de teorías de conspiración, una de mis favoritas es la idea leibniziana de que estamos en el mejor de los mundos posibles y de que el progreso indefinido de toda la humanidad nos conducirá a una vida cada vez más próspera para todos, sin excepción.

martes, 16 de noviembre de 2021

Comentario destacado sobre el debate presidencial en el canal Movimiento Social Patriota: Es un casting para sus patrones transnacionales.
Dijo Villegas que el domingo los chilenos tendremos que votar entre dos caminos. Lo único cierto es que en cualquiera nos esperará el abismo, solo que uno nos llevará de frentón, y sobre el otro descansa una incógnita: no sabemos. ¿Cuál es ese abismo? El vasallaje económico, la fragmentación política.
“Me importa más la conciencia que la reputación”. Jorge González

lunes, 15 de noviembre de 2021

Pucha qué admirable creer en el buen futuro de Chile, de buenas a primeras, al depositar toda la fe y toda la confianza en uno o en otro candidato. Lo que es yo, como mucho creo en el buen desempeño de mis estudiantes. Y para de contar. En general, en lo relativo al mundo, ya no me hago expectativas de nada ni de nadie, a riesgo de caer de nuevo en la desilusión, y me considero un total escéptico. Y no es que tenga que ser así necesariamente, es solo mi percepción de las cosas, dada la lectura propia de los hechos y la experiencia. Con todo, votaré igual, como quien apuesta una carrera de caballos, solo por jugar a algo, sin la convicción plena, sólo por el hecho de participar.
A fin de cuentas, todo lo que alguna vez nos dijimos, todo lo que nos prometimos en la intimidad, con tanta pasión, y todo lo que proclamaron los idealistas de turno, en las calles, con igual intensidad, no fueron más que palabras vacías. Puros significantes sin significado. Relatos sin correlato en la realidad. Narrativa hipócrita. Fantasmagorías sin materia. “Expectativas que brillaron a través de la duda/Que pronto se convertirán en el precio/De lo que valdrá una palabra/Cuando llegue el mañana”. Death, Empty words.
A una semana de las elecciones presidenciales, es más que evidente que quienes se meten en el barro de la política van a salir sí o sí ensuciados. Así es el asunto. Un implacable choque de poderes. Usted, ciudadano, camarada, vote o no vote HÁGALO A CONCIENCIA.

domingo, 14 de noviembre de 2021

Ayer vimos El cielo está rojo en el Insomnia, documental sobre el incendio de la cárcel de San Miguel ocurrido hace 11 años. Lo que más me impactó fue el desamparo del Estado palpable en las prisiones chilenas, y la auténtica indolencia humana a través de los distintos registros y montajes. Cómo habrá sido el nivel de crudeza del filme que incluso un compadre que estaba sentado adelante, de pronto, se levantó molesto, empezó a imprecar al aire, sin previo aviso, en medio de la función, y se fue rápidamente. Quedamos descolocados. Pero aquella imprecación puede explicarse por la extrema sensibilidad de los hechos proyectados o bien por el reflejo del sujeto en el pathos de la tragedia.
-¿Así que anduviste saliendo con una profesora de filosofía?

-No, mi amor, son puras falacias de sofistas presocráticos.
La nueva moda instalada en política para neutralizar al otro: llamarlo extremo. Corre para todo tipo de cosas. "Erí entero extremo, erí entera extrema, erí terrible extremista".

Cine en su casa: "Sea of love" (1989) de Harold Becker

Vuelve la sección "Cine en su casa". Esta vez "Sea of love" (1989) de Harold Becker.
Sinopsis: Frank Keller (Al Pacino) es un policía maduro y solitario que antes de jubilarse debe resolver un último caso. Se trata de encontrar a la asesina de varios hombres con los que se ha relacionado a través de la sección de contactos personales de una revista. Sus pesquisas le llevan hasta Helen (Ellen Barkin), una sensual mujer con la que Frank iniciará una relación tan apasionada como peligrosa.
La canción de Robert Plant and The Honeydrippers, “Sea of Love” sirve de soundtrack para la película.
Nada como un blockbuster ochentero para un sábado por la noche.


Otro fragmento del intento de novela romántica existencial que estoy escribiendo, entremezclada ficcionalmente con contingencia y otras yerbas:

-Cuántos recuerdos en esa casa ¿no crees?-. Ella me escuchó. Se dio vuelta lentamente y me miró a los ojos: -Dime, pero en serio ¿sabes realmente lo que quieres?-. -Pero obvio, ¿por qué me lo preguntas?-. -Es que de repente siento que no lo tienes claro-. -Pero por supuesto que sí. Estar contigo. Eso es lo que quiero-. La tomé fuertemente de las manos: -Solo te pido que seas honesto. –Lo soy-. -No juegues conmigo, por favor-. –Nunca lo haría-. Me pidió que la llevase a su nueva casa. La vieja solo la ponía melancólica. Entonces, bajamos como pudimos esa interminable calle nocturna, bien arrimados uno al lado del otro. Al llegar, nos abrazamos y besamos furiosamente para luego follar como si al día siguiente nos arrojaran a la fosa común. Fueron, ciertamente, instantes que aún viven en la memoria como un osario después de tanta carnicería. ¿Quién pensaría que, mucho después, las cosas llegarían a precipitarse de la forma que lo hicieron? ¿Quién pensaría que un muro de odio se levantaría para dividirnos la vida entera? Con qué facilidad damos nuestra palabra en momentos que creemos de íntima comunión, para luego romperla al más mínimo inconveniente. Allí donde lo nuestro era una fiesta, se prolongaría más allá de lo necesario, pactando un compromiso improbable en el que el caos pasaba a ser un destino. Tal parece que ese sería el libreto de nuestra historia, tal parece que esa sería la política del mañana, el caos, y no cabía allí otra alternativa que la sospecha o la desilusión.

sábado, 13 de noviembre de 2021

El ermitaño de Treig

"No vinimos a la tierra para siempre. Me quedaré aquí hasta que lleguen mis últimos días, definitivamente” dijo Ken Smith, el hombre ermitaño que vive hace más de cuarenta años a orillas de un lago remoto en las Tierras Altas de Escocia. Ha sobrevivido todo ese tiempo en una modesta cabaña, sin electricidad ni conexión a Internet, solo a base de leña y practicando la pesca. Una cineasta, Lizzie McKenzie, lo entrevistó para realizar un documental llamado "El ermitaño de Treig". La principal pregunta qué le hizo a Ken fue por qué decidió irse a vivir lejos de todo y de todos. Ken explicó que hubo un episodio en su vida que lo marcó para siempre: a los veintiséis años había sido asaltado por una banda de matones, después de una noche de fiesta. Tras una golpiza, sufrió una hemorragia cerebral y perdió el conocimiento durante varios días. Todos sus conocidos afirmaron que Ken nunca se recuperaría, pero finalmente lo hizo. Fue así que, desde ese momento, tomó la determinación de nunca vivir en los términos de nadie más que en los suyos. Tomó sus cosas, se embarcó en un largo viaje y se adentró en la naturaleza. En el Yukón, territorio limítrofe con Alaska, se preguntó qué pasaría si comenzara a caminar lejos de la carretera, por un desvío y "se fuera a ninguna parte". Entonces, para comprobarlo, se puso a caminar, recorriendo miles de kilómetros. Sin embargo, cuando iba de camino a casa, otro episodio trágico lo volvería a marcar. Sus padres habían muerto, mientras caminaba de vuelta y no se enteraría hasta su llegada. "No sentí nada. Pasó mucho tiempo hasta que me golpeó", relató Ken, sereno.

Muchos se preguntan respecto a las razones que pueda tener un hombre para volverse un ermitaño radical. La verdad es que, bajo esa ley, las razones son solo las excusas de una decisión personalísima que el hombre ya tomó en su fuero interno. Ya sea por una herida profunda sin cicatrizar, ya sea por un aburrimiento con la sociedad, ya sea por un ánimo misantrópico, ya sea por una búsqueda espiritual trascendente, o por una experiencia de desapego con el mundo humano y de reconexión con la naturaleza, el hombre ermitaño continúa su sendero invicto, uno con su soledad, integrado a la inmensidad de lo abierto y reconciliado con la intemperie de la vida al aire libre. Ya no importan las causas. La causa es su propio camino.

Algunos podrán decir que esa es la característica de un alfa, pero yo creo más bien que se trata de la categoría del sigma, un líder solitario que se autogobierna, un hombre lobo estepario que encuentra en su propia supervivencia su realización, porque ya cuenta con todo lo que necesita para vivir: su cuerpo, su mente y el mundo abierto que lo desafía e interpela. A mi juicio, un auténtico anarquista, siguiendo la senda de Henry David Thoreau, con su legendario Walden o La vida en el bosque: «Fui a los bosques porque quería vivir con un propósito; para hacer frente sólo a los hechos esenciales de la vida, por ver si era capaz de aprender lo que aquella tuviera por enseñar, y por no descubrir, cuando llegase mi hora, que no había siquiera vivido».

El ermitaño que lleva 40 años viviendo en un bosque apartado del mundo - BBC News Mundo

Las distopías orwellianas quieren a Papá Estado, las edípicas.
La amiga del taller con la cual jugaríamos a escribir nuestros sueños y a interpretarlos, me dijo que ahora era mi turno para enviarle un relato onírico. Le envié lo siguiente. Se trata de un sueño que escribí hace un par de años. Ciertamente, un sueño, con algunos elementos extra para estilizar la prosa:

El sueño de la otra noche. Se trataba de una joven poeta recitando encima de un piano. Era dentro de una especie de salón de honor. A su lectura asistían académicos y uno que otro aspirante. De repente, durante su presentación, se puso a tocar un fragmento irreproducible de alguna pieza clásica, seguramente Vivaldi, o una mezcla rara de ELP. Conforme la música avanzaba, a tientas, de forma errática, todos en el salón se iban esfumando lentamente, como si con las notas pasasen a un estado sutil. Yo mismo sufría el mismo fenómeno, preso del éxtasis de esa desaparición. Esa parte del sueño a su vez desaparecía. Luego, me encontraba en las afueras de aquel ostentoso edificio donde había sucedido la presentación, y, bajo lo que parecía la pista elevada de Av Argentina, donde se suelen colocar carpas, una chica estaba sentada en el suelo, tapada con un andrajo. No, no era la de la performance, aunque se asemejaba mucho, y la asociación se volvía inevitable. Al verme pasar, se incorporó lentamente y sacó de entre un agujero en una columna un objeto cubierto con una tela. Lo recibí y al sacar la cubierta descubrí que el objeto era una espada, una vieja espada corroída. En ese punto ya no recuerdo si me la llevé o la chica la reclamó de vuelta para guardarla como su tesoro invaluable, pero al dejar el lugar habían escritas unas leyendas con tiza en el suelo. En ellas, figuraba la firma "Infanta".

Luego de leer mi sueño, la amiga me envió su interpretación:

“El sueño que fue soñado por un escritor, ¿se puede omitir eso de la interpretación?

Creo que la mujer es símbolo de la inspiración. Ella está cercana a la música, al arte y todo aquello alrededor suyo se desvanece. Me parece que hay un sentir profundo de que la inspiración puede perderte. Que no te molesta, pero te angustia que sea tan lejana o tan efímera.

Por otro lado, la mujer de la calle es también la inspiración, pero se está sometiendo a una realidad que duele, por eso es y no es la misma; pero aquí, ella propone su propia muerte. Un asesinato de todo aquello de lo que era importante escribir, para convertir al escritor en otra cosa. Un ser nuevo.

El sueño termina en una interrogante profunda: ¿quién tiene la espada?”.

La hermenéutica detrás de estas lecturas de los sueños, más que resolver cuestiones psicológicas o exorcizar demonios internos, nos sirve para resignificar, plantear nuevas interrogantes o avivar la llama del misterio. Los sueños acaban volviéndose creaciones narrativas en sí mismas. Y así seguirán siéndolo.

viernes, 12 de noviembre de 2021

Una ex alumna del Instituto me escribió por interno para contarme que soñó algo y luego lo relató. Quería que leyera su sueño contado, porque tenía pensado relatar cada sueño como una mini historia. Le contesté que era una grata sorpresa, porque, de hecho, yo también estaba recopilando una serie de relatos oníricos con miras a publicarlos en un libro. La ex alumna lo encontró genial y me pidió que, por favor, leyera su relato, para luego darle luces respecto a su significado profundo. Paso a compartir el relato de la chica, corregido en la ortografía y la redacción para acomodarlo al sentido de su historia:

Soñé que tenía otra pareja. Aquella pareja era muy dominante conmigo. Tuve una hija con él llamada Emma. Durante el sueño, iba a cumplir 8 meses. El ambiente en que ocurría todo era tan extraño, tan húmedo, que no podía creer lo que estaba soñando. Un día, desperté, miré alrededor, me levanté como si fuera un día más. Lentamente, miré y toda la casa parecía estar orden. Luego, escuché una voz suave, era mi hija que me susurraba:

-Mamá, vamos al colegio-.

Yo, con una sonrisa gigante, la miré y le dije que fuéramos.

Al salir de su colegio, tras ir a buscarla, sentí que todos me miraban. Algo extraño sentía que pasaba. Dejé ahí a mi hija, le di un abrazo:

-Sólo yo te vengo a buscar, no te vayas con nadie más-, le dije.

Miré hacia atrás y allí estaba mi ex esposo, al cual aborrecía. Solo con mirarlo lo odiaba. Se acercó y me preguntó cómo me sentía. Yo quedé en shock y le dije que por qué me preguntaba cómo me sentía. No quería seguir escuchándolo. Entonces, para evitar sacarle temas, le dije que estaba súper bien, y me despedí de él, abruptamente. Empecé a caminar rápido, porque algo me decía que mi ex venía con mala intención, ¡no miré atrás!

Corrí a mi casa y, al entrar en un pasaje, justo antes de llegar, sentí que me tomaron del brazo fuertemente ¡Era él! Me preguntó que qué me pasaba, que habláramos, y yo me solté.

-¡Suéltame!, le grité -¡Que te crees que toda la vida harás conmigo lo que se te dé la gana!

Forcejeamos. En un momento, me levantó la mano y yo grité fuerte el nombre de mi hermana “¡Nicooooool!” y el sobrenombre de mi tía “¡Pody!”. Sentí, en ese momento, que me iba a morir entre tantos golpes, cuando, de pronto, sentí el aire. ¡Sí! Llegó mi hermana, mi cuñado, mi tía y su marido a ayudarme, y ahí fue cuando pescaron a mi ex esposo y le dieron muchos golpes.

Él escapó, pero algo me tenía mal, algo me decía que estaba mal, algo me estaban escondiendo todos, incluso mi familia. Yo no sabía qué pasaba conmigo y en mi mente estaba el nombre de un hijo llamado Santiago y la edad de él. Hacía memoria y me decía por qué pienso tanto en un hijo hombre de 8 meses de vida, y en mis pensamientos ya no estaba mi hija. No paraba de tener aquellas dudas, hasta que fui a buscar a la persona que me diría la verdad: mi hermana mayor, Nicole.

Nos juntamos y le conté todo lo que en mi mente daba vueltas.

–Nicole, dime la verdad por favor, ¿Por qué en mi mente tengo a un niño que es mi hijo, se llama Santiago y tiene 8 meses?, hermana, por favor dime la verdad-.

-Pucha… esto era confidencial, pero no me gusta verte triste hermanita mía, así que te contaré toda la verdad-.

Me lo dijo con la voz temblorosa. Mi piel se erizó. Sentí un escalofrío de las puntas de los dedos de los pies hasta la mollera. No lo podía creer.

-Estoy dispuesta a escucharte, pero cuando acabes de hablar, sea cual sea mi reacción, cambiará-, le dije, muy nerviosa.

-Yo nunca lo quise así pero ¡tuviste un accidente automovilístico por culpa de tu ex y quedaste en coma por todo este tiempo! Y en ese auto iba mi sobrino Santiago y murió-, me dijo, llorando.

No paré de llorar. No podía creer lo que me estaba relatando mi propia hermana.

-¿Entonces si tenía un hijo, todo lo que he tenido en mi mente todo este tiempo era verdad? ¿Y quién es esa hija mía llamada Emma? ¿De dónde salió?-, le pregunté, angustiada.

–A Emma la adoptamos como familia, la criamos nosotros. Siempre le dijimos que tú eras la mamá y que estabas enferma, y que un día despertarías y la llevarías de la mano al colegio, porque no queríamos que sufrieras, y aquel doctor que te revisaba a diario nos dijo que “cuando su familiar despierte, tendrá secuelas de pérdida de memoria, y se acordará de parte de su vida cotidiana antes de estar en coma, así que tienen que tener cuidado con lo que hagan o le digan”-.

Mi hermana me lo confesó todo, entre lágrimas. Fue ahí cuando mi familia quiso hacer una vida nueva con una hija, para que no me acordara de mi hijo fallecido. No quisieron meter preso a mi ex, para disimular el accidente. Como toda familia, quisieron lo mejor para su hija, pero solo pensaron en ellos y no en cómo le dolería toda la verdad. Como todo sueño, no tiene fin.