martes, 2 de agosto de 2022

Continuación dialógica a la cita de Borges sobre el gobierno ideal

Borges: — ¿Cuál sería para usted el gobierno ideal?

—Diría que gobierno e ideal se contradicen.

A. T: Si tuviéramos una civilización evolucionada y organizada, un gobierno estaría demás, pero mientras convivamos con cavernícolas criminales necesitaremos poderes que ordenen esos inconvenientes.

Yo: Lamentablemente, los estatutos de poder vertical "representativo" son todavía necesarios hoy por hoy, dentro del marco de una República (entendida como división de los poderes del Estado) mientras no existan las condiciones para una libre organización. Está claro que en el fondo existen poderes fácticos y la ilusión de representatividad siempre será el signo de las democracias actuales.

A.T: Sí, también es un tanto ilusorio, luego de esta pandemia si algo me quedó claro es que los verdaderos poderes están a nivel mundial por sobre todos los gobernantes de todo el planeta (que son apenas quienes dan la cara), hacen y deshacen a placer, cuando se les descontrola la granja enseguida encuentran la forma de "equilibrar" los tantos, sacrificando nuestras insignificantes vidas y de paso haciéndose económicamente más poderosos aún... pero el homo sapiens sigue trayéndoles sangre nueva, para su provecho.

Yo: Tal cual, nuestros "gobernantes de turno" y sus financistas políticos y corporativos son sólo los títeres de otros poderes a la sombra, con mucha más influencia, y los rostros que nos muestran en los medios son sólo aquellos que nos quieren hacer ver, como se dice, la punta del iceberg. Si bien hay suficiente evidencia para pensar en una agenda mundial (es cosa de leer sobre el club Bilderberg, el Foro de Davos y los planes del FMI) me inclino a pensar en los dichos de Alan Moore sobre que "nadie tiene el timón", lo cual nos deja al menos un margen de libertad, reducido, pero un margen al fin.

A, T: Por ahora, no pueden con nuestro razonamiento… por ahora.
La verdadera autonomía de criterio está en cuestionar lo que puede estar sujeto a cuestionamiento, sin mirar colores, preferencias ni afinidades. O, al menos, hacia esa autonomía se debería aspirar.