sábado, 10 de marzo de 2018

Lo primero que hice en la mañana fue sacar la basura de la cocina y del baño, y no en las clásicas bolsas de aseo negras destinadas para ese propósito, sino que en unas cuantas bolsas plásticas con marca de supermercado, dejadas colgando ahí a un costado del refrigerador para uso y abuso de los inquilinos. La basura era tal que había que elegir de entre esa pila las bolsas más grandes y procurando usar más de una para que el material plástico no cediese y así el mierdal no se llegase a rebalsar. Al salir a arrojar esas bolsas de plástico llenas de basura al tacho verde más cercano, voy recogiendo a su vez las bolsas echadas en toda la vereda. Había una, sin embargo, que se resistía a ser capturada, dejándose volar por la brisa costera en medio de la calle. Al doblar la acera esta ya había cruzado del otro lado, siendo empujada en un par de ocasiones por los vehículos que pasaban. Llegó a elevarse lo suficiente como para circundar el aire citadino y volar sin efecto ni dirección, como en la sublime escena de Belleza Americana. Por un momento, esa insignificante, inanimada bolsa plástica, sometida solo a una existencia desechable, a un utilitarismo de fábrica, exenta de entidad y menos de ontología, ganó una vista panorámica, sobrevolando a sus anchas el espacio que le había sido negado producto de la maquinación humana, adquiriendo entonces una levedad inerte pero azarosa. ¿Es posible que una bolsa plástica despierte algún mínimo sentido estético? ¿A pesar de su material? ¿A pesar de su saturación? Cavilé sobre ese último punto, cuando venía de vuelta del tacho verde, ahora repleto, y todavía con restos de inmundicia entre los dedos, recordando la nueva ley que busca gradualmente la prohibición total de las bolsas plásticas. Justo a la próxima vuelta, un niño que pasaba por ahí con su familia comenzó a patear otra bolsa, jugando con ella en el mismo sitio por el que había intentado agarrar aquella bolsa voladora. De no haber sido por la naturaleza esa bolsa estaría en el basurero. De no haber sido por el niño esta otra bolsa no sería otra cosa que una bolsa.