martes, 5 de marzo de 2019

El Ministro Valente afirmó no ser cuico porque recién conoció Europa a los 30 años. Además agregó que cuando tenía 15 tomaba una micro por Vicuña Mackenna a Otto Kraus para conseguir juguetes para vender en la Feria de Navidad del Santa Lucía. (Punto aparte, a estos locos les encanta imaginarse un pasado de esfuerzo con tal de sustentar su presente liberal). Yo, por mi parte, tengo 30, hacia los 31, y adhiero a la máxima de Lihn en A partir de Manhattan: "Nunca salí del horroroso Chile". No me declaro ni de aquí ni de allá, ni flaite ni mucho menos cuico, y con cuea me conseguían figuritas de acción en el extinto Persa Barón, no para vender sino que solo para jugar y coleccionar. Por otro lado, Valente señaló que tampoco leía novelas porque le quitaban tiempo para aprender algo, (quién sabe qué), que prefería escuchar audiolibros mientras trotaba o conducía, ya que "la vida es muy corta". Algo parecido decía el escritor Josep Pla ante una grabadora: "Considero que un hombre que después de los 40 años aún lee novelas es un puro cretino". Claro que la máxima formulada por Pla no puede ser tomada al pie de la letra. Cualquier cosa que salga de su pluma solo puede ser considerada una ingeniosa ironía. Lamentablemente, no es el caso de nuestro ministro de economía en cuestión.