viernes, 15 de marzo de 2024

Muchas veces cuando escribo una crónica lo hago movido por las circunstancias puntuales. En esos casos, nunca sabré bien de qué va a tratar el próximo escrito. Y en eso radica la fuerza. Otras veces, en cambio, hay un tópico o un hecho que ronda mi mente, y me propongo darle una forma en el texto. No hago distinción alguna entre esas dos posibilidades. Ambas conforman mi metodología de trabajo, todavía no sometida al profesionalismo, siempre de acuerdo a la pulsión del interés y no a un motivo extrínseco, ajeno a mi voluntad.