domingo, 15 de febrero de 2015

Las femmes fatales Summer y Kathryn


Hacía un catastro de las relaciones desafortunadas del cine. Caí en la cuenta de que Zooey Deschanel en 500 days of Summer de hecho ni siquiera debería figurar como mala, aunque otrora creyera que sí por mera identificación con el pobre Tom, puesto que simplemente la mina actuó "dentro de su ley": no quería colocarle etiquetas a una relación que solo se regía por ser libre de ataduras y compromiso formal. El problema amoroso fue un problema de interpretación de las partes, o es que acaso en materia sentimental nunca las partes implicadas desean exactamente lo mismo del otro. Sostengo que la mina no fue mala, solo se divirtió con el tipo a pesar del malentendido, aunque muy a mi pesar sostenga que, como es típico, estas minas sepan deliberadamente que el chico las desea más que como amigas y aprovechan la situación para hacerse las liberales y despreocupadas y de esa forma jugar con la reacción masculina, en este caso desesperada pero hasta cierto punto honesta. Es el clásico caso del sujeto que se enamora de una que le presta más atención que las otras pero confunde su simpatía y su "libertad" con el coqueteo. Entonces el compadre se enreda y la mina le recalca que nunca hubo nada a pesar de que pasó de todo. 

Zooey es un vaso de leche al lado de Sarah Michelle Gellar en Cruel intentions. Ahí la mujer se muestra deliberadamente maligna, hasta el punto de propiciar la muerte de su hermanastro y contricante solo por una cuestión de vanidad. La chica a través de una apuesta maquiavélica consigue que Sebastian dude acerca del amor que siente por la inocente Annette. Entonces provoca un eventual desencuentro amoroso que sería el campo de cultivo para que luego Sebastian, arrepentido, fuera atacado por otro sujeto involucrado en el drama y, de esa forma, Annette, dispuesta a perdonarlo, lo encontrara en la calle pero con la desgracia de que su amado Sebastian muriera al lograr salvarla de un eventual atropello. 

Hay un abismo de proporciones entre la chica (Summer) que solo desea divertirse con un chico en sintonía con un espíritu aunque "liberal" superficialmente desapegado, y la mina malvada (Kathryn) que acaba por manipular el corazón de su contrincante sentimental en un arduo duelo de egos. Una fue simplemente un romance de temporada mal leído como amor verdadero. La otra es derechamente un callejón sin salida donde gana el más fuerte. Una fue la pura ilusión de algo más cálido. Con la otra el corazón arde como nunca.