domingo, 3 de diciembre de 2023

Irónico. Jóvenes que rindieron la PAES de Lenguaje concordaron en que esta tenía "mucho texto". Eso sí, el comentario estaba condicionado por lo "aburrido" de los escritos. Lo veo a diario. Cuando un texto no logra enganchar a la primera y sobrepasa cierto límite de líneas o cierta cantidad de párrafos, los cabros simplemente lo dejan. Pasa mucho con los textos informativos o de carácter instructivo, técnico y enciclopédico. La narrativa, en tanto, goza de mejor acogida, seguida de la argumentación, aunque me temo que el "mucho texto" aplique para todos los textos, cada vez que los cabros sencillamente se emboten ante la sola idea de leer y tratar de comprenderlos, sin otra razón que la desidia. El alcance más increíble es que, en el fondo, nuestra entera sociedad está compuesta de "mucho texto", y también podría decirse sobre ella que está plagada. "Mucho texto" se ha vuelto tanto la afirmación de una realidad como la declaración de un anti lector, un lector resignado ante el hecho de leer algo que sobrepasa su nervio o su paciencia, porque su propia historia de vida o sus escasos recuerdos están hechos de "mucho texto" y la vida entera de cada uno será, a la larga, un texto ilegible, irreconocible entre todos los otros.