martes, 21 de noviembre de 2023

A veces me sorprendo a mí mismo de cuánta barbaridad que he tenido que bancarme, durante estos últimos años. Cuánto veneno. Cuánta chimuchina, cuánta voluntad de abismo. Pues para eso está la escritura: para bancarse las cosas, las más trágicas e infames cosas, de manera elegante y creativa. Para medir el abismo y que al menos el lector examine sus contornos y profundidades, los mismos oscuros contornos y profundidades del corazón humano.
Emil Cioran sobre el fanatismo. Sus palabras suenan muy actuales en tiempos de división y de polarización, de aprovechamiento político, de superioridad moral, de señalamiento del prójimo: "No hay intolerancia, intransigencia ideológica o proselitismo que no revelen el fondo bestial del entusiasmo. Que pierda el hombre su facultad de indiferencia: se convierte en asesino virtual; que transforme su idea en dios: las consecuencias son incalculables (...) Es que toda fe ejerce una forma de terror, tanto más temible cuanto que los «puros» son sus agentes".