domingo, 14 de febrero de 2021

Un amigo de años, que se hace llamar “el misántropo”, con el que compartimos una visión pesimista sobre el amor y la vida en general, me acaba de contar que su actual pareja tiene dos meses de embarazo. Me confiesa por interno: “La vida me llevó a esto. Nada que hacer. Es un punto de no retorno”. En ese momento, surje la disyuntiva: “¿felicitarlo o darle el sentido pésame”.