lunes, 31 de julio de 2023

Tengo una relación ambivalente con las crónicas. Me han traído las mayores satisfacciones y, al mismo tiempo, las peores decepciones. Y esto no solo en cuanto a oficio de escritura: sobre todo en términos vitales. Puede que mi relación con la crónica sea la misma que mi relación con la existencia.
Vuelve el escritor de crónicas, para quienes extrañan mi veta. Aquí una sobre algo que me pasó el viernes. Solo lean:

El viernes perdí mi billetera en el colectivo de regreso. Me di cuenta cuando el vehículo ya había partido. Tuve que ir a casa a dejar las cosas que había comprado y bajar rápidamente rumbo al paradero, donde se estacionan todas las líneas del recorrido. Corrí cerro abajo hasta parar un colectivo que iba de ida. Le expliqué lo sucedido al chofer. Este se comunicó por whatsapp con el resto de los conductores en las líneas que estaban todavía en funcionamiento a esas horas de la noche. Me pidió que dejara un audio en un grupo de emergencia. Di mi nombre y mi teléfono, en caso de cualquier novedad sobre el paradero de mi billetera.

Ansioso, esperé hasta que el colectivero llegó al paradero de las líneas. Hablé con el hombre que ayuda a los choferes a subir y distribuir pasajeros. Él me escuchó atentamente, mientras hacía su trabajo. Me preguntó si me acordaba del número del colectivo y del chofer. Le dije que podía identificar al conductor pero no el número. Iba a ser difícil poder recuperar mi billetera si no podía siquiera recordar nada, ningún detalle específico del vehículo. De todas formas, el ayudante dijo que daría aviso por interno al resto de las líneas en recorrido para que quedara constancia. Sugirió que, si tenía tiempo, “hiciera la guardia” hasta que llegara al paradero el vehículo del extravío.

Esperé casi una hora, sin respuesta. El ayudante, al ver mi desesperación, llamó pronto a un chofer de la línea dos, quien luego se comunicó conmigo. Él dijo que no se acordaba de ningún joven que se subió en el asiento de adelante y que bajó en la calle indicada a tal hora de la noche. Le pedí que hiciera memoria, sin embargo, el caballero repetía que no, que su recorrido no paró en ningún momento por esa calle. Agotado, le agradecí la ayuda al chofer y colgué. Ya me había hecho la idea de dar por perdida la billetera y volver a hacer todos los trámites el lunes para volver a sacar los documentos.

El ayudante, siempre muy atento, dio aviso a los choferes que ahí seguían estacionados. “Tendrá que llamar a las líneas el día lunes, una por una”, dijo un caballero, muy franco. “Lo otro es ver si un pasajero no se subió y “fondeó” su billetera”, dijo otro más joven. La posibilidad del robo era mucho más factible que la sencilla pérdida. Un robo sufrido hace un par de meses había aumentado mi desconfianza ciudadana, había reforzado esta sensación de incertidumbre colectiva tan propia del presente.

Por otro lado, sabía que estaba desplazando la culpa, porque yo era el responsable, en esta ocasión, de haber descuidado la billetera de manera tan torpe. “Pasa mucho”, repitió uno de los caballeros conductores, “a todos se les pierde algo”, afirmó, con una serenidad pasmosa. “A todos se les pierde algo”, no podía ser la excepción. Había sufrido un robo, ahora un extravío. Derrotado por mi propia desconcentración, volví a casa gratis gracias al gesto generoso de uno de los choferes. “Para la otra se lo cobro, y tenga cuidado”, declaró, al momento de bajar. No quise ni sonreír. Solo asentí de manera fugaz.

Horas más tardes, cuando ya estaba en mi casa, mentalizado en mi estúpida pérdida, llamó un número desconocido. Se identificó y se trataba del mismo caballero que negó haberme reconocido. “Era usted. Pasa que un hombre alto, como medio gringo, se subió al colectivo en el paradero y me entregó una billetera. La revisé y ahí estaba el carnet con el nombre que escuché en el audio”, dijo. La noticia la sentí como quien se contenta de un logro. La billetera estaba de vuelta y, con ella, mi dignidad.

El caballero dijo que me iba a estar esperando a una cuadra, en la misma dirección que me bajo siempre. Llegué allá, cerca de medianoche. El vehículo del caballero era el único allí a esas horas. Fui y abrí la puerta, pero el colectivo tenía la puerta con seguro. Al reconocerme, el caballero lo sacó. “Uno nunca sabe”, dijo. “Con la noche salen los patos malos”. Yo no era uno de ellos, ciertamente. El conductor volvió a mencionar la extraña aparición del gringo que le devolvió mi billetera íntegra. “Se subió sin más y me entregó su billetera. Parece que le cayó del cielo”, comentó. “un verdadero santo”, concluí. En realidad, cuando algo no tiene explicación aparente, parecería que entran las fuerzas y las voluntades de orden metafísico. Pero no. Sencillamente, era el milagroso curso de los acontecimientos, invisibles al chofer y su pasajero, tanto como aquel misterioso pasajero gringo, tan honesto como enigmático. El caballero partió rumbo a la calle del recorrido y su rastro se perdió con la noche.
Escuchado por ahí: “La corrupción es un virus que muta y cambia de huésped”.

Patrimonio vencido (poema)

(Veinte años de su declaración como Patrimonio de la Humanidad)


Valparaíso ha sido testigo de una ruptura, un quiebre y una caída: la suya propia.

Otros, cínicos y traidores, ya han escrito su crónica: la de la descomposición.

¿Oíste acaso cuando tocaban las sirenas del último día? ¿Cuando sobre nosotros cayeron los escombros del tiempo nocturno?

Sorda de espíritu, ebria de corazón, arremetiste contra quien osó darle un puerto a tu angustia.

Ahora ese sentimiento cobra la forma del patrimonio vencido

Por la codicia sin horizonte y la violencia sin patria.

sábado, 29 de julio de 2023

En la época del wokismo, el mismo dedo que te acusa es el que te cancela.

"La nueva película de Barbie es una maraña antimaternidad y de odio a los hombres que se hace pasar por una historia de empoderamiento femenino". Libby Emmons

"La película de Gerwig también está atrapada en este punto intermedio. No hay respeto por el juguete, no hay amor por él. Y por mucho que la película busque empoderar a las mujeres, elevarlas a posiciones de poder, eliminar a los hombres, disminuir el concepto de sociedad, la película cae en el mismo problema que el feminismo: retrata a una mujer en guerra consigo misma, en una lucha contra su propia naturaleza."

viernes, 28 de julio de 2023

Y si hubiese inteligencia en el espacio exterior, ¿habría también poesía? Pregunta matutina que se me ocurrió tras la noticia sobre David Grusch y su hipotético descubrimiento de restos extraterrrestres ocultos por el Pentágono.

Fundación poética Ovni

Tras publicar un video de Dross sobre David Grusch, ex oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea norteamericana, quien habría confirmado el hallazgo de "restos biológicos extraterrestres", el poeta Jorge Etcheverry comentó, irónico, que "debiera pedir financiamiento para hacer una fundación para el estudio y rastreo de poetas extraterrestres de habla hispana". Eso, a propósito del Caso Fundaciones protagonizado por la coalición de gobierno. Le respondí de inmediato que, si recibiera ese financiamiento hipotético, "no me robaría la plata". Agrego que la usaría, de hecho, para crear una antología ficticia sobre poetas del espacio exterior que hablen el idioma castellano, poetas que supieran ver en la Tierra "un astro celeste que titila a lo lejos".

jueves, 27 de julio de 2023

Revolución Democrática recibió, en su momento, fondos de "Open society Foundations". Ojo: Foundations. Creo que por ahí parte el análisis crítico.
Por más que lo intento, no sé por qué no me entusiasma ChatGPT en términos de escritura. Créanme: le di la oportunidad, al colocar una serie de prompts para generar algunos visos de poemas y de relatos, pero nada me agarró. Nada de lo allí generado me convenció, al punto de pasar por completo de la IA. Y no se trata de una pose, de un ánimo de figurar a la contra. Es que simplemente la cuestión no me mueve. Continuó escribiendo a pulso, como lo vengo haciendo desde siempre, y prescindo de su automático servicio, de manera olímpica.
“A menudo se entiende por literatura la novela. Pero si uno revisa la historia de la literatura, hay de todo. ¿O no son escritores Voltaire, Rousseau o Montesquieu? Hoy en día serían científicos, humanistas, filósofos. Hemos inventado títulos terribles, pero son escritores que han escrito ficciones, aunque no siempre. Hay una frase del novelista Julien Gracq que se refiere a este problema a propósito de la filosofía. Dice que es evidente que Kant no es un escritor, pero que Nietzsche es un escritor. Los filósofos se han preguntado cuál es la relación entre la filosofía –que se ocupa de la verdad– y el estilo. No es posible oponer un tipo de verdad objetiva que no necesitaría una expresión particular de escritura para la comunicación. No me gusta la palabra comunicación, porque indica una relación sin estilo. No se comunica nada si no hay consistencia; tiene que haber una captación de intereses tal como en la retórica. Se dice que el primer oficio del orador es la captación de la benevolencia; es, sin dudas, un hecho de lengua. Pero hoy tenemos una idea demasiado pobre de la escritura literaria. La literatura es más que la ficción.” Marc Augé

Augé en el no lugar (del más allá)

Días de luto. Nos aqueja otra pérdida irreparable: Marc Augé. La primera vez que leí de Marc Augé fue en un Seminario de Especialidad en la U, sobre el espacio urbano en la ficción. Se trataba de interpretar los elementos de carácter histórico, político e ideológico que articulaban los vínculos entre el sujeto y la urbe, a raíz de la lectura crítica de algunas novelas latinoamericanas. De partida, una de las herramientas de análisis era el concepto de “no lugar” de Augé, planteado en su libro “Los no lugares. Espacios de anonimato. Una antropología de la sobremodernidad”. Francamente, nunca comprendí de manera cabal el significado de los “no lugares”. Pese a entender que Augé hablaba de aquellas zonas de paso y de tránsito que no albergaban un arraigo ni pertenencia, lo seguía asociando a algo más etéreo, más abstracto. A un vacío. A un abismo. Tal vez la confusión radique en la negación, pero no por eso el “no lugar” deja de ser un concepto propositivo, en el sentido de plantear un “espacio otro”, ese adjetivo tan común en la jerga posmoderna de los estudios culturales: lo otro, la otredad, en ubicuidad con el mundo, un mundo frenético, que desplaza todo a su paso, que hace de ese desplazamiento un sitio sin definición.

Durante una clase del seminario, recuerdo que un compañero preguntó si acaso un mundo virtual de RPG podía ser considerado un “no lugar”. El profesor del seminario respondió que, en estricto rigor, no correspondía a la estricta acepción dada por Augé. Sin embargo, podía ser clasificado como un sitio carente de un referente material, una mera simulación desprovista del profundo sentido público, ciudadano, a partir del cual Augé buscaba definir lo opuesto: el lugar, propiamente dicho, el lugar como punto de encuentro de la vida pública y, por extensión, la política. Otro compañero, en aquella clase, hizo una pregunta un poco más incisiva. Preguntó si acaso el Mercado Cardonal podía ser considerado un lugar y el Jumbo un no lugar, y a qué se debía esa diferencia. Lo curioso es que el compañero se refirió a ellos, precisamente porque el Instituto de Literatura y Ciencias del Lenguaje todavía impartía clases en la sede Gimpert, justo entre la feria y el supermercado. De hecho, el profesor rio e hizo referencia a esa casualidad espacial. “Qué curioso. En una de esas planeamos una salida al Mercado y lo discutimos”, dijo el profe en aquella ocasión. Risas de la clase.

El profesor se remitió de nuevo a la acepción dada por Augé y precisó que se refería a los “no lugares” producidos por la modernidad contemporánea, a ciertos enclaves mercantiles, comerciales o de tránsito que no tienen otro ser que su propia cualidad utilitaria. De esa forma, el Jumbo podría ser considerado un “no lugar”. En cambio, el Cardonal, al tener ese sello patrimonial, esa cuestión autóctona del puerto, y al considerarse un centro de reunión típico y de emprendimiento local, tenía todas las características dignas de un lugar, según la visión de Augé en su libro. “Aunque se podría discutir hasta qué punto el Jumbo puede devenir un lugar, pese a su origen y a su arquitectura”, precisó esa vez el profesor, e hizo de inmediato una alusión al punto de vista antropológico. Citó un libro llamado La Caverna de José Saramago. Trataba sobre la noticia de una señora que pidió que, al morir, arrojaran sus cenizas a un centro comercial. Al leer sobre esa noticia, me acordé del Mall Costanera Center, en donde se suicidaron un gran número de personas, arrojándose al vacío. Lo más crudo de todo era que tapaban la zona del impacto, incluso junto al cadáver, de manera que toda la gente alrededor continuara en su merodeo indolente, en su vitrineo impertérrito a través de ese inmenso no lugar de la muerte.

¿Cómo era posible entonces que ese no lugar se volviese lugar a través de la enajenación de sus transeúntes? El profesor le respondió a otro compañero que no había una única respuesta. Todo dependía de la lectura del espacio asociado al sitio, cosa, de por sí, muy difícil en estructuras pensadas con un propósito fugaz y artificial, carente de una identidad profunda. “El significado, sin embargo, se lo podían dar las propias personas que transitan por ahí, en sus propios encuentros íntimos, ya que el pasar y el habitar son, ante todo, acciones espaciales y por ende, acciones simbólicas”, concluyó aquella vez el profesor, al cerrar la clase, con una convicción única. Sus propias palabras sobre Augé habían cobrado una expresión más concreta. “El pasar y el habitar son, ante todo, acciones simbólicas”. En efecto, pasar por un lugar implica configurar una ruta posible, armar un relato. Habitar el propio lugar, en cierta medida, significa hacerlo propio, preñarlo de espacio, sujetarlo a uno mismo.

Augé ya no está con nosotros. El único lugar que existe ahora es su memoria en aquellas páginas. Puede que la muerte sea, para los mortales, el no lugar por excelencia, la extinción del espacio de la vida, su tránsito al más allá, o puede que sea la muerte el lugar de los lugares y esta vida el lugar de paso. No lo sabremos hasta haber transitado por allí.

miércoles, 26 de julio de 2023

Adiós Sinead O Connor. "Nadie se te compara".

"Amo a Jesús porque se me apareció una noche mientras mi madre me obligaba a tenderme en el suelo de la cocina. Estaba desnuda y manchada de cereales y café soluble. Mi madre no dejaba de gritarme cosas espantosas, y yo estaba allí, acurrucada, recibiendo golpes. De repente, allí se me apareció Jesús: en mi mente lo vi en una pequeña colina de piedra, clavado en la cruz.
Nunca le pedí que viniera; simplemente llegó. Llevaba una larga túnica blanca y la sangre le fluía del corazón, manchando la túnica. Aquella sangre corría por el suelo de la colina para llegar hasta el suelo de la cocina y de ahí hasta mi corazón. Me dijo que me devolvería la sangre que mi madre había tomado y que su sangre me fortalecería el corazón. Así que me concentré en Él. Cuando mi madre terminó conmigo me acosté en el suelo hasta que la oí cerrar la puerta de su dormitorio. Luego ordené todas las cosas que había tirado y puse la mesa para el desayuno." Sinead O Connor. Remembranzas. Escenas de una vida complicada.

Adiós a una artista rebelde y excéntrica, de un genio inusitado y una sensibilidad única. Ella supo, al igual que Tina Turner, que solo el arte, la música, podía hacer de su herida una obra maestra. Sin Sinead O Connor los noventas no serían lo mismo. Alma atormentada en busca de consuelo, cual el espíritu de tu época. Y lo hiciste con estridencia y con ángel.


Recién supe que hubo paro nacional convocado por el Colegio de profesores, institución de la cual nunca formé parte (ni lo haría). Si no lo veo por la tele, ni me entero. Desde que salí de la U que nunca volví a pisar una marcha, a excepción del "estallido social", motivado más por el "amor" que por un real compromiso con la causa. Desierto de todas las marchas que no sean las de las ideas que profeso actualmente. De todas formas, casi siempre he desertado de las marchas, por el simple hecho de ser marchas, sencillamente porque prefiero caminar solo y a mi propio ritmo.
Que te cierren espacios es una forma de cancelación. Pero abrirse otros es una manera de resistencia, de ir a la contra. Aplica para la política, para la cultura y para la literatura.

martes, 25 de julio de 2023

Caímos en la trampa de la consciencia alienada

Caímos en la trampa de la consciencia alienada
hicieron de nosotros pura carne de cañón,
nos transformaron en la marioneta de algún titiritero
escondido entre sombras conspirativas.

Al momento de tomarnos la mano
marchando por esas calles desvencijadas
entre consignas, rimas inútiles y disonantes
estábamos sellando la trama de la discordia.

Nunca hubiéramos podido intuirlo:
una parte de nosotros quería quemarlo todo
pero la otra se aferraba a los viejos esquemas.
Asustados, hicimos del otro la proyección de nuestra más profunda carencia.
Y a eso le llamamos amor. Y a eso le llamamos poesía.

¿Cuál será el final de esta obra difusa? ¿Cómo sigue la farsa?
¿Quién leerá nuestros lamentos e imprecaciones,
cuando las páginas sean consumidas por su propia combustión?

Caído el relato, caída la máscara
Ya no hay calle de regreso,
ya no hay página de sangre
solo nos queda el rostro descubierto
y una mentira insolente
que reclama justicia.

lunes, 24 de julio de 2023

“Una parte de mí quiere derrocar el capitalismo en nuestro país”, dijo Boric ¿Cuál parte, presidente? ¿La de Jekyll o Mr Hyde? ¿Y la otra, seguirá reconociendo los 30 años?

“Debería existir el partido de los que no están seguros de tener razón. Sería el mío”, declaró Albert Camus. El año 2017, el propio Boric lo citó. Al parecer, la cita continúa vigente.
Advertencia genial de un alumno en el taller de literatura para Cuarto Medio: "Este texto fue creado íntegramente sin Inteligencia Artificial."

Oppenheimer y la secreta relación entre la bomba atómica y la poesía

Algo fascinante de la película Oppenheimer es que reanuda una unión que se cree imposible: la de entre poesía y ciencia. En la película, basada en el libro Prometeo americano, queda de manifiesto. El profesor Paul Dirac le preguntó a su alumno Robert Oppenheimer cómo a él, un hombre de ciencia, podía gustarle la poesía. El físico respondió que, en el fondo, poesía y ciencia son la misma cosa puesta al revés, porque ambos buscan expresar el lenguaje del universo, solo que uno se valdría de las palabras y el otro de las fórmulas y los números. Oppenheimer llevaría pronto a la práctica esta impensada unión. La primera prueba nuclear de la historia fue bautizada por el físico como “Trinity”, Trinidad, en referencia a un verso del poeta inglés John Donne: “Abate mi corazón, oh trino Dios; Pues tú, aún me llamas, alientas y corriges; Para levantarme me abates, doblegas, quemas y rehaces.” Este poema metafísico tiene, a su vez, un profundo sentido religioso. En efecto, el debut de la bomba atómica fue nombrado a partir de un poema que, a su vez, conjuraba el nombre de Dios. Acto de poiesis, en todo el sentido de la palabra. La propia explosión –aunque parezca paradójico- podría haber representado simbólicamente el acto de la creación poética y el acto de la creación divina.

Creación y destrucción serían, de esta forma, indivisibles, al punto que el aspecto destructivo de la bomba atómica también provocó, en los poetas del Japón de la época, el surgimiento de una corriente literaria llamada 'genbaku bungaku' (Literatura de la bomba atómica), la cual nació como respuesta a la inusitada violencia de la guerra y a sus efectos en las mentes creadoras. A los sobrevivientes que decidieron contar sus experiencias mediante la palabra se les llamó 'hibakusha'. Ellos fueron los que sublimaron la tragedia a través del ejercicio de la poesía y la literatura. Hay muchos exponentes de esta literatura, pero Tsutomu Yamaguchi puede que sea uno de los más icónicos. Fue, de hecho, el último sobreviviente oficial y el único que vivió ambos ataques, primero en Hiroshima y tres días después en Nagasaki, su ciudad natal. Escribió sobre la misma calamidad en dos ocasiones y en dos contextos. «He muerto dos veces y nací dos veces en esta vida, tengo que contar ese hecho de la historia antes de morirme», repitió Yamaguchi, de manera íntima, haciendo de la escritura su rito secreto de reintegración y de recreación a partir de las ruinas de su vida y de su historia, la de su patria. La poesía le colocó un nombre a la bomba, y la destrucción que dejó a su paso también despertó, entre sus víctimas, un sentido poético.

50 años del “Golpe”: Monstruos del pasado y fantasmas del presente

El Golpe sigue dividiendo. Eso es un hecho. La división se anuncia con mayor estridencia en el aniversario número cincuenta. Ya se están escribiendo suficientes páginas y se está produciendo suficiente contenido para mantener viva la memoria, cual rito inscrito en el inconsciente colectivo. La mitad de un siglo y los viejos relatos permanecen, porque sus intérpretes y protagonistas todavía recuerdan, retrotraen la memoria sobre esos acontecimientos según de qué lado de la historia estaban. Es un ejercicio mnemónico y, al mismo tiempo, de profunda sublimación. Sin embargo, detrás de ese ejercicio se destapa, una vez más, el hervidero de los conflictos irresolutos, remanentes de un contexto geopolítico del que Chile fue el blanco privilegiado, en el fuego cruzado de las potencias hegemónicas de la Guerra Fría.

De cierta forma, es comprensible. No es fácil abstraerse. Es más, sería contraintuitivo hacerlo, cuando has sido testigo directo de los hechos que involucraron el 11 de septiembre del 73 en nuestro país. Muchas personas, según su filiación política, guardan celosamente su postura sobre el Golpe, porque les toca la fibra sensible y pareciera que, por más que se busque un punto intermedio o un matiz en esa narrativa, ellos persistirán, por una cosa ética, humana, en su militancia. Se trata de un compromiso con su propia historia respecto a la historia vivida en Chile. Cosa respetable. Aun así, ha habido voces que últimamente se han pronunciado sobre aquella paradigmática fecha, aunque con un ánimo beligerante, demostrando, con ello, que una presunta reconciliación nacional resulta, no solo inviable, sino que indeseable, y está, en el fondo, lejos del horizonte de expectativas tanto de la izquierda como de la derecha, y yo diría que incluso tanto del gobierno como de su oposición.

Así, por ejemplo, el hijo de Manuel Contreras, (sí, el hijo del “Mamo” Contreras) había posteado en su twitter que “combatiría a los comunistas y marxistas de mierda hasta que nuestra Patria y Chile sea libre, tal como en el juramento a la bandera un 9 de julio de 1979”. La reacción de gran parte de la izquierda no se hizo esperar. Y no es para menos, cuando se azuza la bandera de los viejos odios con total desenfado. En este punto, habría que preguntarse ¿a qué comunistas y marxistas dice combatir? ¿Cuáles? ¿Acaso se referirá al gobierno de Boric y sus secuaces? Si fuera así, Contreras estaría confundido en los términos, porque el gobierno de Boric no es ni por asomo un gobierno comunista ni marxista. Es más, en estricto rigor, Boric está siguiendo la misma línea “continuista” del modelo neoliberal que ya trazó anteriormente la Nueva Mayoría y la Concertación, muy alejado de las premisas revolucionarias del marxismo, incluso del PCCH clásico.

Ahora, ciertos sectores de la “nueva derecha”, han salido a defender de manera indirecta al “Mamo”, aludiendo a un “marxismo cultural”. Eso también es sesgado y falto de rigor. El progresismo internacional solo es posible en sociedades con democracias liberales y no en regímenes socialistas y comunistas. Es cosa de analizar brevemente el escenario sociopolítico de Canadá y de Corea del Norte para desmentir, de inmediato, que el marxismo tenga siquiera algo que ver con el progresismo impulsado desde Occidente. Por lo tanto, es posible afirmar que el hijo de Manuel Contreras, movido por un “monstruo” que solo ruge su bajo su cama, está combatiendo marxistas fantasmas, que ya no existen en Chile y, muy probablemente, tampoco en el mundo occidental. Al menos no con la contundencia ni con el poder que pretenden achacarle.

A todas luces, muchos de los que atacan a Boric lo hacen llevados por sus propias distorsiones cognitivas y prejuicios erróneos. No saben identificar siquiera al enemigo real de Chile. Apuntan a un monstruo para, en el fondo, confirmar su propia ideología. Otro tanto pasa con el bloque izquierdista. Por ejemplo, Cristián Warnken, hace unos días, envió una carta al presidente, en el que hizo un llamado a la izquierda a “cerrar el duelo”, con motivo del aniversario del Golpe. De paso, se refirió a la salida de Patricio Fernández como coordinador de las actividades en la conmemoración, llamándolo “la primera víctima de la hoguera inquisitorial de los dueños de la verdad”. La reacción de ciertos izquierdistas pro gobierno e izquierdistas a la contra fue contundente. Repudio absoluto a los dichos de Warnken, quien se ha vuelto, de un tiempo a esta parte, un auténtico “Judas” sobre el cual cada tanto algunos vuelcan toda su miseria y su falta de templanza. Puede que la intentona de Warnken en vías de una reconciliación sea torpe por ingenua, por no comprender aún el espíritu político radicalizado que posee a gran parte de sus compatriotas, pero eso no lo hace, ni por mucho, un “cómplice de la dictadura ni de los milicos” como algunos maniqueos intentan señalar. En esta verdadera cruzada por la justicia y por la verdad, cierta parte de la izquierda, en su carencia de autocrítica respecto a la historia chilena, ha velado, en cambio, por el ajusticiamiento y la búsqueda ciega de chivos expiatorios. Es francamente patético.

El asunto es que los monstruos del pasado siguen latentes, a tal punto, que han llevado a gran parte de los actores políticos a combatir a verdaderos fantasmas en el presente. Por una parte, cierta izquierda sigue empecinada en derrocar “el legado de Pinochet” que desemboca en el neoliberalismo de los Chicago Boys. Por otra, cierta derecha continúa en su paranoia anticomunista, en ocasión de que el comunismo ya no existe como tal, al menos no como amenaza real. Hemos visto cómo la propia indumentaria del presidente Boric emula la de Salvador Allende, en una recreación o pantomima kitsch del viejo líder de la izquierda socialista de los setenta. Así mismo, ciertos derechistas han pretendido, últimamente, reflotar a Pinochet, jugando con la idea de un nuevo Golpe de Estado y aludiendo a una idealización de su figura. Allende y Pinochet se han vuelto dos figuras arquetípicas de la fractura nacional. Ángel y demonio, según el color político. Lo cierto es que no habrá jamás un nuevo Allende ni un nuevo Pinochet. Hoy, el auténtico monstruo tiene muchas cabezas y muchos rostros. Tampoco habrá ningún salvador mesiánico.

Es toda esta confusión e ignorancia la que, a mi juicio, le impide a Chile entrever otra posibilidad de hacer historia, porque está empantanado en los mismos conflictos divisorios muy bien propiciados por las frondas aristocráticas que imperan sobre la patria y las elites globalistas que los secundan. Divide et impera. Parece un mantra del siglo XXI. Mientras el primer mundo enfrenta un escenario de polaridades y multilateralismos, Chile sigue atrapado en un bucle de derrotas y venganzas del que no se avizora una solución diplomática. Las fuerzas políticas del presente siguen sin entender que solo una posible unidad de la nación podría hacerle frente a ese enemigo internacional y globalista que ya está empezando a vislumbrarse en sectores antisistema de lado y lado. Bajo el tutelaje de los poderosos, la población sigue enfrentada entre sí misma, en una lucha fraticida, asestándole a sus propios fantasmas, inspirados en los monstruos del pasado. Una nación en constante guerra interna está imposibilitada para combatir a un enemigo global, por lo que achacar “todos los males de Chile y el mundo” solo a una parte de esta Hidra, solo a un polo del poder, redunda en una enorme falta de comprensión sobre el verdadero conflicto planetario que vivimos hoy. Urge cohesión y comprensión. Sobre todo, cohesión y comprensión patriótica.

Walter Benjamin escribió sobre el tiempo y la historia a partir de un cuadro de Paul Klee, el “Ángelus Novus”, que representaba al “ángel de la Historia”. Según él, su rostro miraba hacia el pasado, pero sus pies acumulaban las ruinas de una catástrofe: “El ángel quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero una tormenta desciende del Paraíso y se arremolina en sus alas y es tan fuerte que el ángel no puede plegarlas… Esta tempestad lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro”. El tiempo histórico vuelve, y con él, sus cadáveres, sus ángeles y sus demonios. La idea misma de futuro carga con el sedimento de lo recurrente, pese a su concepción lineal, sobre todo cuando trae consigo heridas, traumas y estigmas que, lejos de cicatrizar, supuran en el devenir y en la contingencia. Nada parece superado cuando todavía se carga con muchas cuentas pendientes y muchos muertos a cuestas. Se ve lo que se podría llegar a ver y se mira, al mismo tiempo, lo que fue y lo que pudo ser. Esa misma mirada persiste, todavía, en la memoria y la consciencia de los chilenos a 50 años del golpe. Mientras permanezca, el “ángel de la historia” en Chile continuará en un espejismo, incapaz de invocar un nuevo horizonte.


Escribe de tal manera que tus detractores te lean a la sombra.

domingo, 23 de julio de 2023

Barbenheimer

El estreno de Oppenheimer coincidió con el de Barbie. A ese atractivo y explosivo fenómeno se le llamó Barbenheimer, un estreno sin precedentes en la historia del cine, al punto de que se juntaron dos grandes clases de públicos objetivos. Al ir a ver la película de Nolan, me percaté que una gran masa de gente salía de ver Barbie. Chicas vestidas de rosa, señoras con sus maridos, algunos con poleras de la película, padres con sus hijas, no muy entusiastas con el fenómeno pero comprometidos con su familia. Atrás de la larga fila para Oppenheimer, en cambio, mayor número de adultos y adultos jóvenes de todos los pelajes, sin distinción definida, acaso un ethos socioeconómico y cultural clasemediero, aunque nunca tan marcado. Las masas cinéfilas acaban armando su propio nicho y hacen de su gusto una identidad. Ello no impidió que los seguidores de Oppenheimer se mezclaran con los de Barbie, o que fueran a ver ambas películas por motivos disímiles. Había quien, siendo seguidor del cine de Nolan, vio Barbie para “quitarse la curiosidad” o fundamentar su crítica. Y también había quien, siendo seguidor de Barbie, fue a ver Oppenheimer mediante el gancho de la “bomba atómica”, y una radiactiva operación mediática. A la larga, el universo del cine puede congregar perfectamente el mundo plástico, rosa y materialista de Barbie y el mundo bélico, gris, oscuro y conspirativo de Oppenheimer, sin que medie ninguna disonancia, incluso con afiches generados por IA, donde se mostraban ambos mundos fusionados, como en una suerte de película paródica. Frente a la renovada sociedad del espectáculo, Barbie y la bomba atómica pueden coexistir. Al que no le guste la muñeca, siempre tendrá la oportunidad del juguete de guerra. Al que no le gusten las bombas ni la historia, siempre tendrá la oportunidad de evadirse en una fantasía color de rosa. Y sus espectadores podrán repetir alegremente: "Ahora soy la muerte, la destructora de mundos: come on, Bobby, lets go party".

Prometeo americano: la bomba de la muerte y el fuego de los dioses. Reseña sobre "Oppenheimer" (2023) de Christopher Nolan

“Ojo con el ojo numeroso de la bomba

que se desata bajo el hongo vivo.

Con el fulgor del hombre no vidente, ojo y ojo.”

Oscar Hahn, Visión de Hiroshima.


La guerra. La bomba. La muerte. Un fuerte rumor los vuelve a instalar en el escenario planetario, un rumor que ruge con la furia de los tiempos, y es que el presente se muestra menos estruendoso que en aquellos años previos a la Segunda Guerra Mundial, pero advierte una siempre inminente amenaza nuclear, como si se tratase de un designio. Heidegger había dicho sobre la bomba atómica que comenzó a explotar hace dos mil quinientos años, con el poema de Parménides. Es decir, con la pregunta que el poema instauraba, se daba pie a la ciencia futura. Sin embargo, el filósofo no veía nada fatal en la historia, al menos no como en el determinismo marxista. Los físicos que desarrollaron la fusión nuclear nunca pudieron dimensionar siquiera las consecuencias de la bomba. Aun así, la bomba fue una realidad, y lo sigue siendo, hasta el día de hoy, en esta era "post atómica".

Christopher Nolan con "Oppenheimer" nos invita a volver sobre esa vieja pregunta en el poema de Parménides y a cuestionarnos nuevamente el hongo atómico y su origen, buscando "qué hacer con tanta ceniza" (como diría Oscar Hahn en su poema a Hiroshima) a lo largo de la historia. El cuestionamiento que hacía el filósofo alemán sobre la técnica no era gratuito, y apuntaba al paroxismo de una era moderna que era la expresión última de la metafísica. "A fuerza de técnica, aún no percibimos el ser esencial de la técnica”, y es este ser el que lleva al espectador de Oppenheimer a indagar en los alcances existenciales del “padre de la bomba atómica” y en la probable dimensión poética de su explosiva “creación”.

La película plantea a Oppenheimer como el Prometeo mítico, en una fiel adaptación del libro “Prometeo americano” de Martin J. Sherwin y Kai Bird. Nuestro protagonista, en efecto, fue ese titán que mediaba entre el “fuego olímpico” de la física nuclear y la humanidad. Solo una fórmula y una visión fueron suficientes para que el físico emprendiera su máxima búsqueda científica allende la teoría. El contexto geopolítico demandaba premura: los alemanes no podían adelantarse al hallazgo de la fisión y fusión nuclear, porque con eso se decidía el futuro de su bloque estratégico. Por otro lado, los soviéticos hicieron lo suyo, una vez derrotado el Eje.

Ante los avances en los trabajos del Proyecto Manhattan, las sospechas recayeron luego sobre un integrante del equipo de Oppenheimer, cuestión que, a la larga, le costó caro, pese a su invaluable contribución y a su jurada lealtad al gobierno norteamericano, o tal vez precisamente por ello, porque sabía que, en medio de la carrera por el poder nuclear, su hallazgo ya no le pertenecería, le sería arrebatado para usufructo de los “señores de la guerra”. Tal como Prometeo, nunca fue capaz de imaginar el alcance de su hazaña, aunque supo enfrentar con hidalguía el castigo por su osadía. Jugar con el “fuego divino” tiene su precio. Jugar con la energía creadora que da vida y que da muerte, puede significar el ascenso a los cielos o el ascenso del infierno. Eso lo supo Oppenheimer tras la paz interrumpida de Hiroshima y Nagasaki, tiniebla que vuelve a acechar de tanto en tanto la consciencia de los implicados y la memoria de los caídos, como en un eterno revoloteo de águilas devorando las entrañas de su presa. Castigo de los dioses. Castigo atómico.

Pero volvamos al cuestionamiento que se hizo Heidegger sobre la bomba atómica. ¿Cómo interpretar aquella explosión que habría comenzado a explotar en un poema? Una posible respuesta la podemos encontrar en la primera prueba de “explosión nuclear”. Esta tuvo lugar en la localidad de Los Álamos de Nuevo México, el 16 de julio de 1945, misma donde luego se desarrolló un laboratorio a campo abierto, en la llamada “Jornada del muerto”. El nombre de la prueba era “Trinity”. ¿Por qué tenía ese nombre? La respuesta hay que encontrarla en una misteriosa amante que tuvo Oppenheimer, la psiquiatra Jean Tatlock. Su relación con el físico es clave para comprender el porqué del nombre Trinidad y, por extensión, el por qué mismo de la bomba. Jean habría sido la que introdujo a Oppenheimer en la poesía de John Donne, el clásico poeta inglés. Había unos versos de Donne que el físico consiguió memorizar: “Golpea mi corazón, Dios uno y trino”. El recuerdo sobre la lectura de Donne y su nexo con la pasión romántica tuvo un impacto tal en Oppenheimer, que bautizó a la primera bomba con el concepto de la Trinidad (Dios uno y trino), como en el poema que fuera descubierto por obra y gracia de su amante. Es esta pura anécdota la que nos lleva a pensar que, efectivamente, el “ser de la técnica” al que se hacía referencia era esa “alma” contenida en la visión de la palabra poética. En cierta manera, podríamos decir que “Trinidad” explotó verdaderamente en el poema de John Donne, releído luego a la luz de la fisión y la fusión amorosa, tan mortal como la fuerza de una decena de megatones.

La poesía también puede hacer colisión, tal como la violencia. No se comprende la cuestión humana sin esa zozobra de la voluntad primigenia y sin esa colisión con los elementos que la llevan a romper sus propios postulados (el dilema de la teoría que aquejaba a Oppenheimer al comienzo). Para hacerse acción, la teoría debe hacer implosión sobre sí misma, rebasar sus esquemas con un simple movimiento, una magistral fórmula o, incluso, un prístino verso. Por eso es que Oppenheimer acierta al sugerir esa relación furtiva entre el principio de incertidumbre de la mecánica cuántica y el reino de la connotación de la poesía, en donde todo es tan peligroso como posible.

Lo genial de Oppenheimer es que nos retrotrae a una época que, de alguna u otra forma, funda nuestra radiactiva memoria histórica contemporánea. Inclusive tiene su parangón con el universo cinematográfico de David Lynch. Fue inevitable acordarme de aquel legendario episodio 8 de la tercera temporada de Twin Peaks, aquel en que se presenta la misma prueba atómica del año 45 en Nuevo México, solo que vista desde la mirada lynchiana. ¿Al principio fue una gran explosión? La bomba en la ficción lynchiana era capaz de condensar la energía del universo, en toda su capacidad destructiva. pero también en toda su belleza inconmensurable. Esa prueba inicial sería el detonante de todo lo que ocurriría de ahí en adelante en el bizarro y mítico pueblo. Lynch nos confrontó con el horror de la verdad: el hongo atómico habría debutado en América. El mal en Twin Peaks no sería sino su manifestación clandestina, subterránea. Así también, en Oppenheimer, el poder de ese “fuego robado a los dioses” lo rebasaría todo, y quien se haga de él, corre el riesgo de invocar la tragedia o ser devorado por las llamas de la desintegración y deshumanización, el cese de todo lo vivo, la materia en la que el espíritu solloza, porque así ya fue previsto en aquel pasaje del Bhagavad-Gita: “Me he convertido en la muerte, destructora de mundos”. Puede que la bomba sea una metáfora del universo: sin origen definido, solo estallando y expandiéndose, consumiéndolo todo. El hombre que se atreva a poseer el fuego de esa verdad hará historia, pero será consumido por ella, como todo lo demás.

sábado, 22 de julio de 2023

Jesús G. Maestro, "Crítica de la razón literaria".

"Si la libertad es lo que los demás nos dejan hacer, la literatura es lo que a lo largo de la Historia la política y la religión nos han permitido escribir. O tal vez... lo que no han podido censurar. Acaso la literatura es esa construcción humana que los enemigos de la razón ―que son los enemigos de la libertad― no han podido evitar. Ni destruir. No en vano la historia de la literatura es la historia de una lucha por la libertad contra los enemigos de la razón y, sobre todo, contra los enemigos de la razón literaria, es decir, del racionalismo de la literatura. Porque huir de la inteligencia significa ante todo huir de la imaginación, pues la imaginación más seductora es siempre la imaginación más racionalista. No hay mayor libertad que la libertad que exigen la literatura y la crítica de la razón literaria."

Jesús G. Maestro, Crítica de la razón literaria (2017-2022: III, 2.1).
Antiguos compañeros se reúnen

«Ya somos todo aquello
contra lo que luchamos a los veinte años.»
José Emilio Pacheco.

Pacheco describió como nadie a la camada política actual

viernes, 21 de julio de 2023

Para el taller de literatura, les pedí a los cabros que hicieran una antología de textos suyos, agrupados de acuerdo a diferentes géneros. Tendrán que hacer la pega de creación y además la pega editorial. Eso sí, les exigí que la escritura de los textos iba a ser estrictamente a mano y en clases, sin celular. El motivo principal: Chat GPT. "¿Desconfía de nosotros, profe?", preguntó uno de ellos. Su pregunta representaba a gran parte del curso. "Hágalo no más", replicó otro, celebrando la medida. Y es que, más allá de esta actividad, mis temores están fundados en el avance precipitado de la IA en materia de escritura. ¿Cómo saber si lo que estoy leyendo no fue producto de la IA? ¿Cómo distinguir un texto "orgánico" de uno computado por el Chat? Esas mismas preguntas me hice cuando algunos cabros subieron sus crónicas al blog que debían crear. Hubo "mano negra" en algunos textos, pero me reservé. Era demasiado evidente la redacción y el estilo. Por lo mismo, tomé mis preocupaciones y, esta vez, los cabros deberán volver al estilo clásico y rudimentario de los grandes: la escritura a pulso. Puede que esa sea, prontamente, la disputa literaria del mañana: literatura IA contra literatura "humana". Si el contexto de producción es un aspecto de la obra y solo importa el texto ¿Habrá diferencia?

El enigma de la Tierra Caseosa (novela de fantasía épica perdida en el tiempo)

Y ya que Axel Kaiser sacó hace poco una novela de fantasía, les quiero contar, amigos de letras, que yo también tengo un proyecto de novela de fantasía épica, inspirada en la narrativa de los videojuegos RPG, pero con un toque del clásico "viaje del héroe". Se trata de "El enigma de la Tierra Caseosa". La novela la empecé exactamente hace 18 años, aunque la tengo "congelada" hasta el día de hoy. Es mi obra más antigua, de hecho. El motivo principal de mi abandono del proyecto fue un incendio terrible en el que perdí la totalidad de los borradores que había estado escribiendo sobre la historia original, además de una carpeta llena de dibujos e ilustraciones de todos y cada uno de los personajes. Sin embargo, en un ejercicio retrospectivo, he decidido volver a retomar la obra, con mayor madurez, a ver qué puede salir. Copio un par de fragmentos para que vean de qué va la historia:

CAPÍTULO UNO: EL AUGURIO Y EL LLAMADO

Durante el día de la ceremonia del Dios Casio, Grolry pensó para sí que esta ceremonia debía comenzar pasada la medianoche, pero al percatarse de que el Dios la suspendió, comenzó a producirse de esta forma la intuición de Casio, quien ya sabía que Grolry ocultaba algo desde hacía mucho tiempo. Este secreto está relacionado con una antigua hazaña, la cual mantiene anónima para no distorsionar la imagen que tenía de él su nieto. Él quería que Bill sólo llegase a ser lo que él quisiera.
Grolry temía que el tiempo estaba llegando, que su nieto debía sucederle pronto su rol, pero dudaba que estuviese preparado. Lo que no conocía eran las motivaciones internas de Bill. Él pretendía ser algo distinto a sus antepasados. No quería seguir el resto de sus días girando en el pacífico pero lejano pueblo de su infancia. Él ansiaba poner en práctica, por primera en vez en su vida, aquella peligrosa idea llamada libertad.
Casio, mientras tanto, veía que Bill se estaba poniendo cada vez más orgulloso, y eso para él no estaba bien. Grolry pensaba en motivar a su nieto en un oficio como el de su padre, pero ya era demasiado tarde. Dada la premura en torno a los vaticinios del Dios, tenía que pensar en heredarle su viejo cargo, de alguna u otra forma.
En la pieza, Grolry convenció a Bill de que lo acompañase a Ciudad Caseosa.
-Hijo, hace tiempo que estaba esperando por este momento. Comprenderás que te he contado muchas historias del pasado, pero estoy seguro que lo que verás ahora te hará cambiar para bien-.
-Sí, algo me has contado sobre esas historias de monstruos y espadachines. Muy entretenidas. Pero ¿a qué te refieres exactamente, abuelo? ¿Qué es eso que me hará cambiar?
-Tranquilo, hijo. ¿Qué te he dicho respecto a la prudencia? Es la principal virtud. Cuando seas más viejo, lo entenderás. Ahora, por favor, acompáñame, pero no le digas nada a tu padre ni a tu hermana.
-Muchos secretos, abuelo, pero confío en ti. Si tú dices que es bueno, entonces lo será.
De ese modo, Grolry y Bill salieron de la casa y se despidieron de Toli y Miti, que seguían compartiendo juntos en familia. Durante el trayecto, Grolry le iba contando a Bill el propósito de tan enigmático paseo.
Tres horas después, llegaron a Ciudad Caseosa, para citarse con el mismísimo Dios Casio. Cuando llegaron, el Dios se hallaba prácticamente solo en la plaza. La mayoría de los caseosos que habían acudido a su encuentro se habían marchado. Casio entonces se dirigió a Grolry:
-Así que has venido con tu nieto-.
-...No dejaré que caiga en malas manos-.
Bill exclamó impetuoso:
-Mi abuelo ya me contó todo, y la verdad que no entiendo nada todavía ¿En malas manos? ¿Acaso no voy a caer en malas manos cuando salga de casa?-.
-Pequeño caseoso. Tu abuelo Grolry ha puesto toda su confianza en ti. Date cuenta de lo que serías como un guerrero. Sabes que en el fondo tieneS deseos de grandeza.
-¿Qué tipo de guerrero quieren que sea? ¿Ah? ¿Han tomado en cuenta lo que yo quiero? ¿Mis sueños?-.
- Es lo mismo que piensas todas las noches antes de irte a tu cama. Sabes que guardas sueños que aún no te animas a compartir. Sueños de libertad y de voluntad-.
Bill quedó atónito ante la clarividencia de Casio.
-Bill, abre tu cabeza, y ve hacia otros horizontes-.
-¿Qué horizontes? Tal vez mañana deba volver a pensar en lo que creo que haré-.
-Bill, despierta, la realidad, la realidad, ¡La realidad!-.
-Mis determinaciones, mis determinaciones...
:-Bill, por favor, entiende. Tómate tu tiempo y sopesa. Tu deber pronto será respetar el linaje de la tradición, por lo menos hasta que alcances la mayoría de edad. Mientras tanto, trágate tu orgullo y sigue el destino que Casio tiene para ti-. concluyó diciendo Grolry.
-Tal vez no deberías ser tan autoritario. Si no te has dado cuenta, las posibilidades se dispersan cada vez más-, añadió Casio.
-No estoy seguro de nada. Quiero poder hacer algo, pero debo decidirlo por mi cuenta-, dijo Bill, aún inseguro de la misión que le han encomendado.
-Sin embargo, tu existencia influye en los demás. Se te olvida que tu familia está junto a ti-.
- No tiene nada que ver con esto-.
Casio, al ver la incomprensión de Bill con su familia y con su entorno, descubre en él las “motivaciones”, las “determinaciones”, pero la presencia maligna, sin embargo, ya estaba al acecho.

CAPÍTULO CUATRO

(….)
Eran estas palabras las que proferían ambos caseosos. De este modo, el líder de los “progresistas” se marchaba junto con sus compañeros. El viejo Grolry permanecía solo en medio del vasto panorama mientras que la lluvia aún caía, furiosa. De súbito apareció entonces, en una ráfaga de luz, uno de los ex héroes legendarios caseosos. Se trataba del héroe con quien Bill tuvo la oportunidad de practicar sus dotes de espadachín. Era evidente que arribó hasta ese lugar para entablar diálogo con el viejo Grolry, dadas las circunstancias que no solo acaecían en el Océano Caseoso, sino que también en el seno de los conflictos entre estos personajes:
-¡Blyze! ¿Qué es lo que te trae por estos lares? ¿Acaso ya has estado al tanto de todo lo sucedido?-.
–Grolry, viejo compañero Grolry. Veo que hemos sido casi como hermanos y aún no logras compenetrarte del todo en estos asuntos. He sido el vigía activo durante todo este tiempo, y durante el foro público. Ahora, viejo compañero de armas, cuéntame ¿Qué es lo que planeas hacer respecto a aquella misión propuesta por los llamados “progresistas”? ¿Serás acaso el guardián, el vigilante de sus manifiestas resoluciones, de sus manifiestos caprichos?-.
–Sí, claro que sí, Blyze. Aunque, como ya me conoces, no he tenido el suficiente coraje a mi edad para ser convencido en tales situaciones presurosas. Pero, ya que estamos hablando de nosotros y nuestro pasado, en vista de todas las influencias que asolan nuestro querido pueblo, no me ha quedado otra opción que hacer a Bill partícipe de este juego. Si bien creí que, a pesar de mi sangre, él seguiría un camino diferente al resto de los caseosos, hoy ya veo que está de vuelta en la tradición que parece estar auxiliada por el tiempo soberano-.
–Grolry, te comprendo, pero ya no es tiempo de malinterpretaciones. Hemos llegado a un punto decisivo de nuestras peripecias. Será quizá con Bill que termine este ciclo de linajes, no lo sabemos, pero creo que ya es hora de reorientar nuestras visiones. Para nosotros, los caseosos, que hemos vivido el limbo en carne propia. Para nosotros, los caseosos, que hemos experimentado el miedo a lo que se conoce. Para nosotros, los caseosos, que no conocemos otro comienzo que el fin, este tiempo se nos hace decisivo. Y Grolry, créeme, no es por ser partidario de la tradición, pero si volvemos a nuestros mismos límites y los consumimos en nuestro interior ¿Qué monotonía parecería así amenazante? Grolry, es con nuestras determinaciones, nuestras grandes intuiciones, que brincamos airosos sobre todos nuestros obstáculos ¿No te parece ya esta una fábula conocida? Pues, ¿cómo crees que estemos aún sobre estas tierras hablando en estos espacios y sobre estas cosas? Si nos hemos reivindicado de la tradición es porque alguna vez fuimos esa tradición. Nosotros, los caseosos, no tendremos que pretender la huida, porque, de ser así, llevaríamos el sufrimiento en nosotros mismos, hacia los lugares y zonas que fueran, pero si alimentamos nuestros sueños y deseos, no habrá ya un vacío que resulte demasiado profundo-.

miércoles, 19 de julio de 2023

¿Es todavía factible la idea de una democracia liberal en una sociedad donde campean a sus anchas los sectarismos, fanatismos y radicalismos de lado y lado? La pregunta reflota, sobre todo, con el aniversario de los cincuenta años del “Golpe” en Chile, con la convulsa situación política en Francia, cuna de la “Revolución” y ad portas de una Tercera Guerra Mundial, con el conflicto Rusia-Ucrania-OTAN, todavía al rojo vivo.

martes, 18 de julio de 2023

"El ser, el estar, son sinónimos casi de muerte para el moderno: no vive sino actúa, si no se agita, si no se aturde de una forma u otra. Su espíritu -si le puede aun hablar de espíritu- no se alimenta más que de sensaciones, vértigos, dinamismo y sirve de soporte a la encarnación frenética de las fuerzas más oscuras". Julius Evola, Revuelta contra el mundo moderno.
A continuación, una cita de Julius Evola de su clásico libro "Revuelta contra el mundo moderno", cita que, a mi juicio, consiste en una interpretación acertada sobre el paradigma de pensamiento de la sociedad actual. Dejo abierta la discusión:

"En lo que respecta a la visión general de la vida, los modernos han considerado como una conquista el tránsito de una "civilización del ser" a una "civilización del devenir". Una de las consecuencias han sido la valoración del aspecto puramente temporal de la realidad sobre el plano de la historia, es decir, el historicismo. Distanciado de los orígenes, el movimiento indefinido, insensato y acelerado de esto que se ha llamado justamente "fuga adelante", se convirtió el tema dominante de la civilización moderna, a menudo bajo la etiqueta del evolucionismo y del progresismo."
"A Madre de Dios", le dijo una señora al conductor del colectivo. "Ruega por nosotros", contestó este, muy convencido. La copiloto largo a reír. De pronto, todos los pasajeros quedaron en silencio y la interferencia de la radio ambientó la ruta como en un peregrinaje improvisado.

lunes, 17 de julio de 2023

No hay evento, por ignominioso, impúdico e incomprensible que parezca, que no sea susceptible de convertirse en materia de escritura. Y precisamente por ignominioso, impúdico e incomprensible es que resulta digna materia de escritura.

domingo, 16 de julio de 2023

Aún guardo esperanza de que el Mineduc mande un mensaje de última hora y establezca una semana más de vacaciones, pero sé, en el fondo, que se trata de una esperanza vana, sin correlato en la realidad. Por lo tanto, me apronto, como buen profesor estoico, a lo único que está bajo mi control: mentalizarme para lo que viene.

sábado, 15 de julio de 2023

Verdades como puños en ese desierto salvaje llamado literatura chilena (y poesía, especie aparte): "Esto es lo que aprendí de la literatura chilena. Nada pidas que nada se te dará. No te enfermes que nadie te ayudará. No pidas entrar en ninguna antología que tu nombre siempre se ocultará. No luches que siempre serás vencido. No le des espalda al poder porque el poder lo es todo. No escatimes halagos a los imbéciles, a los dogmáticos, a los mediocres, si no quieres vivir una temporada en el infierno. La vida sigue, aquí, más o menos igual." Roberto Bolaño

"A 50 años del Golpe: Comprender y Justificar." Ricardo Brodsky

"La izquierda de los años sesenta, por su parte, en sus distintas vertientes comunista, socialista y cristiana, compartían la idea de ser representantes de un proyecto ideal de superación del capitalismo. Se concebían a sí mismas como avanzada de una fuerza social conducida por la clase obrera, una vanguardia universal poseedora de un papel predeterminado científicamente sobre la evolución necesaria de la sociedad hacia un fin tan positivo como inevitable. Sintiéndose portadores de esa misión histórica, dueños del pensamiento científico, creían (y algunos lo siguen creyendo) que, si la opinión del pueblo era esquiva, era la prueba de su carencia de conciencia de clase, ignorancia sobre sus “intereses objetivos”, finalmente, de la presencia de una falsa conciencia, de una colonización ideológica por parte de la burguesía. La tarea entonces, cual evangelizadores, era llevar la verdad única al pueblo e impulsar la revolución, aún en contra de sus deseos. La distancia que ese optimismo histórico, esa ideología teleológica imponía sobre la realidad, hacía que la izquierda no solo fuera profundamente voluntarista, sino que actuara prescindiendo de la situación real del país.
(...)
Leer y estudiar el período de la Unidad Popular reconociendo sus errores y falencias que lo llevaron al fracaso, más allá de las esperanzas que el proceso despertó en el mundo popular y de las reacciones furibundas de sus adversarios chilenos y extranjeros, es, a 50 años del golpe, lejos de una traición o del negacionismo, una obligación moral de la izquierda chilena."

"El Retiro" de Roberto Bolaño. Veinte años de su muerte.

Veinte años de la muerte del Detective Salvaje y su paso por Quilpué, la Ciudad del Sol, en los años sesenta, se ha convertido en un mito por sí solo. Con un amigo pasamos por afuera de su antigua casa ubicada en la esquina de calle San Enrique con Independencia. La placa conmemorativa permanecía intacta. No así la casa, ya desvencijada por el tiempo y el abandono, pero que conserva ese "aura de viejo" que solo conservan las cuestiones destinadas a la memoria, o al olvido, que vendría siendo lo mismo.

El paso de Bolaño por Quilpué coincidió con el Mundial del 62. De pronto, el amigo se preguntó: "¿Habrá Bolaño visto jugar a Pelé? Yo no supe responderle en ese momento, pero, en efecto, ¡sí lo había visto! Cabe recordar que el astro brasilero jugó contra Santiago Wanderers en Valparaíso, y Bolaño también habría ido a la cancha en alguna ocasión. Incluso él mismo contó, en una entrevista, que le había atajado un penal a Vavá, uno de los "cracks" de la selección brasilera de esa época. Valpo y Quilpué fueron testigos, sin duda, de un joven Bolaño en su desconocida faceta futbolística, cuando todavía no emigraba a México, no era infrarrealista ni mucho menos se había dejado invadir aún por la "sombra del éxtasis" en su narrativa futura.

Seguimos caminando con el amigo y abandonamos la antigua casa de Bolaño. Continuamos vagando por El Retiro y dimos con una serie de calles muy solitarias y apacibles, muy distintas a los parajes futuros de los desiertos de Sonora. Se respiraba, en esos lados, una paz solo comparable a la vida barrial, intacta pese a la inclemencia de la historia. Tal vez esa sensación pueda ser comparable a la descrita por Jaime Quezada, amigo personal de Bolaño. El escritor nunca más volvió a la Ciudad del Sol, sin embargo, lo tuvo entre sus últimos destinos, en algún minuto de su vida, como quien pretende volver a Ítaca o como quien promete regresar con Cesárea Tinajero, pero nunca más vuelve ni regresa.

"Las veces que Roberto vino a Chile no habló nunca de Quilpué ni fue a Quilpué. Sí a Los Ángeles, sí a Mulchén, y tal vez para no perder la magia sagrada de una casa-lugar donde fue feliz: la infancia. Acaso una intuitiva manera de inmortalidad más allá de su prematura muerte”, declaró un nostálgico Jaime Quezada. También, el director Ricardo House, que dirigió el documental La batalla futura (2016) recordó aquel mítico paso de Bolaño por Quilpué: “El Retiro es un barrio que hace honor a su nombre; conocido por una enorme fábrica de fideos que ahora está en decadencia y por Bolaño." A estas alturas, Quilpué, en específico, el pacífico barrio donde vivió, bien podría ser conocido como el “antiguo pueblo de un infrarrealista”, la “Ciudad del Sol salvaje” o del “Nocturno Retiro”.


Cuadro de Jaime Gómez Villalobos.

Se dice que Leo Radvinksy, pornógrafo y empresario ucraniano-estadounidense (especial atención sobre lo de "pornógrafo"), actual dueño de la empresa OnlyFans, obtuvo, en los últimos dos años, ganancias que superan los 500 millones de dólares. ¿El heteropatriarcado capitalista lo hizo de nuevo?

viernes, 14 de julio de 2023

"(La Revolución) Es una sucesión de acontecimientos de naturaleza política e ideológica lejos de todo determinismo. Desde el origen es una continua sobrepuja de la idea sobre la historia real, como si su idea fuese estructurar con lo imaginario el conjunto social en piezas". Francois Furet, "La Revolución Francesa"
No quiero ser críptico, pero pienso que toda la historia contemporánea vivida, de un tiempo a esta parte, se trata de una gran conjura contra el Antiguo Régimen.
Luego de beber unas copas de vino con la chica que salgo, caminé tambaleante y entusiasta por el mismo recorrido de regreso a casa. Parece una escena repetida de otra historia, un préstamo de otro cuento derrotado por el tiempo, pero no lo es. ¿Cómo acabará? Poco importa. Ahogo la nostalgia. Invoco la posibilidad. Lo único tangible es ese recorrido, ese resabio etílico en mis entrañas, el dulce retorno del instante desenfadado.

jueves, 13 de julio de 2023

Fragmento magistral del historiador chileno Mario Góngora: "El espíritu del tiempo tiende en todo momento histórico a proponer utopías (o sea, grandes planificaciones) y a modelar conforme a ellas el futuro. Se quiere partir de cero, sin hacerse cargo ni de la idiosincrasia de los pueblos ni de sus tradiciones nacionales o universales; la noción misma de tradición parece abolida por la utopía. En Chile la empresa parece tanto más fácil cuanto más frágil es la tradición. Se va produciendo una planetarización o mundialización, cuyo resorte último es técnico-económico-masivo, no un alma. Suceden en Chile, durante este período ‘acontecimientos’ que el sentimiento histórico vivió como decisivos: así lo fue el 11 de septiembre de 1973, en que el país salió libre de la órbita de dominación soviética. Pero la civilización mundial de masas marcó muy pronto su sello. La política gira entre opciones marxistas a opciones neoliberales, entre las cuales existe en el fondo “la coincidencia de los opuestos”, ya que ambas proceden de una misma raíz, el pensamiento revolucionario del siglo XVIII y de los comienzos del XIX”

Góngora, M. (2006). Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX. Santiago, Chile: Editorial Universitaria.

miércoles, 12 de julio de 2023

Y ya que tanto hablan sobre la memoria y sobre la historia (en un año ad hoc para tales disquisiciones), les dejo una frase del maestro Milan Kundera, que recién nos dejó: "La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido."
“Cómo quisiera susurrarte al oído y decirte cuánto te extraño”, me escribió al whatsapp la chica con la cual estoy saliendo. Dijo que era parte de un poema que escribió. “Emprenderé mi vuelo nocturno hasta llegar donde tú estás”, escribió luego. Le dije que estaba muy inspirada, pero no supe si ese último verso correspondía al mismo poema que me dedicó. Al rato, me preguntó cómo le decían los poetas a las mujeres que les inspiran a escribirles. Le respondí que musas. “¿Y cuándo es al revés?”, volvió a preguntar ella, pregunta que me dejó pensando por unos segundos. No creí que tuvieran un nombre distinto, así que simplemente le dije que “muso”, que así le llamaban las poetas a sus inspiradores. Ella mandó una señal de risa. Claramente, la respuesta no la convenció, aunque yo le aseveré que ese sería el nombre correcto para el hombre que sirve de inspiración de una poeta. Según la etimología, la voz griega “mousa”, podría venir indistintamente de una raíz que significa “pensar”, “estar en lo alto” o “deseo y temperamento”. En realidad, la palabra genérica sería “musa”, independiente del sexo del inspirador, pero se habría hecho común usar el “muso” para diferenciar al masculino del femenino. Siguiendo esta nota mental, ella había sugerido que yo era algo así como su “muso”, en un coqueteo muy tierno de su parte. Obvié el detalle etimológico. Hice caso omiso de la calidad de sus versos, y aprecié, sin más, el sencillo gesto afectivo. A veces es preciso dejar de lado el rigor del lenguaje poético para abrazar la simple expresión sincera, merced al incipiente romance. Lo que se deja expresar de manera espontánea, en nombre del deseo y la posibilidad del deseo, adquiere, por sí solo, el lirismo de la intimidad, tan caro a nuestros corazones heridos, aunque prontos a dejarse abrir, nuevamente, en nombre de eso enigmático que llaman amor, para disimular el intenso y siempre vertiginoso lenguaje de eso que llaman poesía.

Existen musas que coquetean con el lenguaje poético, sin dominarlo y adoran al inspirador de sus líneas.

Pero existen, además, musas que reniegan de su ser, dominan el lenguaje poético y abominan del inspirador de sus palpitaciones.

¿Cuál de esas musas será la que trascienda el vértigo del lenguaje poético?

¿Cuál de esas musas será la que venza el desafío del lenguaje del amor?

Viggo Mortensen: "Un poema es el registro de un fracaso".

“Un poema es el registro de un fracaso; no digo que el poema tiene que ser un fracaso, aunque puede que todos los poemas sean fracasos, como todos los cuadros, las esculturas, las fotos, los recitales, los bailes. Pero el poema parte de un deseo imposible, de querer meter, aunque sea mínimamente, o de forma inconsciente, la experiencia individual, personal, en un contexto universal”.

“Sigo buscando un vínculo entre lo que pienso y lo que me rodea, aunque casi siempre termino insatisfecho. Pero sigo escribiendo. Un poema es una bomba casera: más o menos bien construida, si logra estallar, sus fragmentos pueden alcanzar a alguien, armar una nueva idea, frase, una bomba más potente. Pero los poemas no funcionan por sí solos. Un poema no va a matar a nadie ni puede eliminar a la poesía por mucho que podamos odiarla”.

Viggo Mortensen

Viggo-mortensen-un-poema-es-el-registro-de-un-fracaso.

Un fragmento del arranque de la clásica novela “La insoportable levedad del ser” de Milan Kundera. Dedicada, en especial, a mis ex amigos que, por diferencias políticas, decidieron alejarse:

"La idea del eterno retorno es misteriosa y con ella Nietzsche dejó perplejos a los demás filósofos: ¡pensar que alguna vez haya de repetirse todo tal como lo hemos vivido ya, y que incluso esa repetición haya de repetirse hasta el infinito! ¿Qué quiere decir ese mito demencial?
El mito del eterno retorno viene a decir, per negationem, que una vida que desaparece de una vez para siempre, que no retorna, es como una sombra, carece de peso, está muerta de antemano y, si ha sido horrorosa, bella, elevada, ese horror, esa elevación o esa belleza nada significan. No es necesario que los tengamos en cuenta, igual que una guerra entre dos Estados africanos en el siglo catorce que no cambió en nada la faz de la tierra, aunque en ella murieran, en medio de indecibles padecimientos, trescientos mil negros.
¿Cambia en algo la guerra entre dos Estados africanos si se repite incontables veces en un eterno retorno?
Cambia: se convierte en un bloque que sobresale y perdura, y su estupidez será irreparable.
Si la Revolución francesa tuviera que repetirse eternamente, la historiografía francesa estaría menos orgullosa de Robespierre. Pero dado que habla de algo que ya no volverá a ocurrir, los años sangrientos se convierten en meras palabras, en teorías, en discusiones, se vuelven más ligeros que una pluma, no dan miedo. Hay una diferencia infinita entre el Robespierre que apareció sólo una vez en la historia y un Robespierre que volviera eternamente a cortarle la cabeza a los franceses.
Digamos, por tanto, que la idea del eterno retorno significa cierta perspectiva desde la cual las cosas aparecen de un modo distinto ha como las conocemos: aparecen sin la circunstancia atenuante de su fugacidad. Esta circunstancia atenuante es la que nos impide pronunciar condena alguna. ¿Cómo es posible condenar algo fugaz? El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia; todo, incluida la guillotina.
No hace mucho me sorprendí a mí mismo con una sensación increíble: estaba hojeando un libro sobre Hitler y al ver algunas de las fotografías me emocioné: me había recordado el tiempo de mi infancia; la viví durante la guerra; algunos de mis parientes la vivieron en los campos de concentración de Hitler; ¿pero qué era su muerte en comparación con el hecho de que las fotografías de Hitler me habían recordado un tiempo pasado de mi vida, un tiempo que no volverá?
Esta reconciliación con Hitler demuestra la profunda perversión moral que va unida a un mundo basado esencialmente en la inexistencia del retorno, porque en ese mundo todo está perdonado de antemano y, por tanto, todo cínicamente permitido".
Milan Kundera: "A pesar de mi escepticismo me ha quedado algo de superstición. Por ejemplo esta extraña convicción de que todas las historias que en la vida ocurren tienen además un sentido, significan algo. Que la vida, con su propia historia dice algo sobre sí misma, que nos devela gradualmente alguno de sus secretos, que está ante nosotros como un acertijo que es necesario resolver."

martes, 11 de julio de 2023

Se ha dicho que Covid al revés es Divoc, y que Divoc (Dibbuk) en hebreo significa “posesión por un espíritu maligno”. Según esta visión, Dybbuk posee el cuerpo de una persona y lo habita. La palabra también podría significar “espíritu atado” y designaría uno de los posibles estados del alma tras la muerte. De pronto, defenderse de esta posesión patológica pasó a ser un asunto del Diablo, y se combate al patógeno como quien combate al Anticristo.

Conclusión: el espíritu también puede enfermar.

Un espíritu enfermo sueña con el Cielo.
En la película Sound of Freedom (2022) de Alejandro Gómez Monteverde, actúa Jim Caviezel, quien hace el papel de Tim Ballard, un agente de seguridad yanqui y activista en la causa contra la explotación infantil. Jim Caviezel también actuó en la película La Pasión de Cristo (2004) de Mel Gibson, en el rol protagónico de Jesús. Y ahora es el propio Mel Gibson el que llama a ver la película Sound of Freedom, en la que figura su antiguo actor protagonista.
¿Tendrá acaso Caviezel, en su carrera, un rol mesiánico predilecto? ¿Habrá alguna analogía entre la visión cristiana de la Pasión y la misión en contra del tráfico de niños, la cual ha sido tachada de "conspiranoica"? Una de las leyendas de la nueva película reza: "Los niños de Dios ya no están en venta".

lunes, 10 de julio de 2023

Que la Poesía nos absuelva

En nombre de lo que fue y lo que pudo ser, querida, que la Poesía nos absuelva

(no así la Historia ni su mitología)

De lo contrario, vivamos en la infamia por siempre

y caigamos en el olvido eterno.
Viggo Mortensen anunció que volverá a Sudamérica a presentar su faceta de poeta. Solo espero que, si viene a Chile, no se junte con la SECH ni con la Fundación Neruda. 

Reseña: El camino de los hombres (2012), de Jack Donovan

Se dice que una tesis “envejece mal” cuando cuenta algo que no es aplicable años después. Así, por ejemplo, si alguien hubiese hablado de cómo el predominio mundial de Occidente se instaló hace 20 años, hoy tendría que esconderse, al ver las principales ciudades occidentales ardiendo en llamas y a las personas de esos países que no valoran en absoluto su herencia cultural.

Pero en otros casos las palabras parecieran predecir el futuro de los acontecimientos. Tal es el caso del libro de Jack Donovan, quien escribió su libro “El Camino de los Hombres” el 2012 y cuyas aseveraciones culturales son perfectamente aplicables 11 años después. Tomemos un ejemplo:

“En el futuro que globalistas y feministas han imaginado, para la mayoría de nosotros solo habrá más trabajo de oficinista y masturbación. Solo habrá más disculpas, más sumisión, más pedir permiso para ser hombre (…) Solo puede haber más asesoramiento y entrenamiento de la sensibilidad.” (El Camino de los hombres, p. 101).

Joaquin Phoenix interpretó al Guasón en la película de Todd Philipps el año 2019. En ese período fue el "estallido" de Octubre en Chile y los que vieron la peli, sabrán que el Guasón acabó siendo partícipe de una "revuelta" en Gótica y se volvió algo así como un símbolo de la protesta social. Ahora, el mismo Phoenix interpretará a Napoleón Bonaparte, el emperador francés, en la próxima película de Ridley Scott, justo en el período en que siguen ocurriendo "estallidos" en Francia. ¿De villano nihilista a emperador? Hago este paralelismo porque me resulta curioso cómo las participaciones de Phoenix en estas películas coinciden con contextos de convulsión sociopolítica, y cómo las propias películas protagonizadas por el actor parecieran dialogar directamente con la realidad histórica.

viernes, 7 de julio de 2023

En una relectura bíblica de la Convención Nacional francesa

Satán sería de izquierda con respecto al Antiguo Régimen del Creador y, exiliado del Reino de los Cielos, habría maquinado una Revolución desde el Infierno para tomarse el poder por asalto.

Mario Góngora, el último romántico

"Góngora es cuidadoso en no reducir en sus formulaciones. Trata de mantener la atención en el dinamismo de la existencia. Para él hay, en el caso político, una vida, que incluye individuos y Estado. Entiende que ni el Estado ni el individuo existen en abstracto o separado uno del otro. Ambos son recíprocamente dependientes. Que no hay Estado sin individuos es manifiesto. Pero tampoco hay individuos sin Estado, como quiere cierto liberalismo más tosco o mecanicista. Los individuos desde que son conscientes, llevan a la polis en su interior: como maneras de pensar y sentir, como el lenguaje con el que piensan y alcanzan la consciencia. Y de la perfección del individuo depende la perfección del Estado respectivo y viceversa."

Ha circulado un video en el que Mel Gibson invita al mundo a ver la película "Sound of Freedom" (2022) del director mexicano Alejandro Monteverde. La película trata sobre la primera misión del agente de seguridad yanqui Tim Ballard, quien luchó contra una poderosa red internacional de tráfico de niños, en una operación llamada "Operation Underground Railroad". Según algunas fuentes, Mel Gibson también ha denunciado una posible red pedófila dentro de Hollywood, motivo por el cual ha sido llamado "teórico de la conspiración". ¿Verdad o bulo? Corresponde investigar. Por lo pronto, lo cierto es que, efectivamente, el agente Ballard fue un notorio activista en la causa contra la explotación sexual infantil, a lo largo del mundo, e incluso tiene libros sobre el tema. Uno de ellos habla precisamente sobre la Operación Underground Railroad y la lucha para acabar con la esclavitud moderna. La invitación es a ver la película y hacerse una idea del alcance global de este flagelo.

"La filosofía no es muchas veces sino un ánimo de adentrarse en un laberinto. El que después se olvida de la puerta de entrada podrá alcanzar fácilmente fama de pensador independiente". Karl Kraus.

Paráfrasis personal a la frase de Karl Kraus: "La literatura no es muchas veces sino un ánimo de adentrarse en un laberinto. El que después se olvida de la puerta de entrada podrá alcanzar fácilmente fama de escritor independiente".

jueves, 6 de julio de 2023

"Si para el joven Cioran la gran Francia del gótico y las invasiones napoleónicas había quedado reducida a una imagen de la catedral de Notre Dame reflejada sobre el Sena, para nosotros, sus lectores contemporáneos, las falencias del Occidente de la democracia y la libertad económica, vencedor de guerras frías y conquistador de mercados, pueden estar quedando en evidencia con la prevalencia de China en la economía mundial a partir de la convivencia del modelo capitalista con su régimen totalitario."

Sobre-francia-de-cioran/

Recordé que a un poeta ex amigo le regalé un libro de Braulio Arenas, el clásico poeta chileno surrealista, fundador de la Mandrágora. Era uno de Ediciones Universitarias de Valparaíso. Se llamaba "Una mansión absolutamente espejo deambula insomne por una mansión absolutamente imagen". Al recibirlo, el compadre miró la portada y frunció el ceño: "Pero Braulio Arenas era pinochetista", me dijo, cortante. "Pero era buen poeta", le respondí, en un acto reflejo. De todas formas, se quedó con el libro y siguió vacilando el cumpleaños. ¿Lo leyó? Nunca lo supe. Hoy por hoy, ya no somos amigos. Chile se volvió surrealista, incluso a pesar de sus poetas. No hizo falta la poesía, porque la política hizo lo suyo.
Rafael Gumucio: "En la democracia representativa, como en la literatura, la forma es el fondo. En cualquier forma de anarquía revolucionaria el fondo camina sin forma, convertido en un fantasma que busca un lenguaje en que anidar."

miércoles, 5 de julio de 2023

"El bombón asesino", la serie

¿Recuerdan a Nahir Galarza, la joven argentina que asesinó a disparos a su novio y que fue la mujer más joven en recibir cadena perpetua en su país? Pues, se hará una película sobre ella, en formato thriller policial. Se proyectará por Amazon y la producción estará disponible en 240 países. Además de eso, Nahir recibió una propuesta para hacer una serie documental de doce capítulos, junto a otra mini serie de tres. En total, ella cobraría 500 mil dólares por utilizar su nombre en la historia sobre su crimen. Hace años, cuando explotó todo el asunto, bromeé sobre que Netflix haría una serie sobre el caso. Al parecer, quedé corto.


Conversación con el escritor Jorge Alberto Collao

Jorge Alberto Collao: Lo triste es que ponemos nuestras percepciones por sobre los hechos, y los hechos son lapidarios. ¿O algún reptiliano modifica los hechos para que parezca el fin del capitalismo?

Yo: hay unos, como Zizek, que dijeron que el virus iba a asestar un "golpe a lo Kill Bill al capitalismo"; otros, como Byung Chul Han que, en cambio, afirmaron que esto llevaría al capitalismo a un siguiente nivel de control, importando el "modelo chino". Me inclino más por este último. He leído varias cosas que pululan por ahí, respecto a una "reconfiguración del sistema", digamos, una reconfiguración progre y globalista (léase críticas a la Agenda 2030 y al Foro Económico Mundial)

Jorge Alberto Collao: Byung Chul Han tiene razon. Pero, ¿por qué ir a un siguiente nivel sino porque "este nivel" ya no es suficiente modo de contención? No sé lo que está pasando, pero algo está pasando. Para el capitalismo como sistema ya las cosas no le funcionan y busca nuevas fórmulas: mayor disciplinamiento social. Y como vez, no lo está consiguiendo.

Yo: las agendas están haciendo agua y no darán abasto. La realidad desmiente las más veladas intenciones. Las grietas del sistema son evidentes, aunque ¿a río revuelto, ganancia de pescadores? Veremos hasta dónde aguanta. Por lo pronto, hay que aprovechar la instancia para aumentar la masa crítica.

Jorge Alberto Collao: Por supuesto. No se puede dar nada por sentado.
Nunca permitas que el arte y la literatura sean secuestrados por los talibanes del buenismo.

martes, 4 de julio de 2023

"A los franceses posmodernos se les llenó el metro de negros", recuerdo que repetía un ex amigo de la U, a modo de talla, en una paráfrasis a un supuesto dicho del profesor Carlos Pérez Soto. La frase la repitió como hace diez años. Yo la interpreté como una crítica velada al "posmodernismo burgués", que bien podría ser identificado como un síntoma de lo que actualmente se conoce como "lo progre". Hoy la frase cobra más vigencia.

"No ardieron sus casas cuando decapitaron a un profesor". Juan Soto Ivars.

"Lo que nos define es el imperio de la ley. En Europa, en Occidente, esperamos, a veces frustrados, a veces furiosos, a veces con ganas de matar, a que la Justicia haga su trabajo. Lo que pasa en Francia es otra cosa." 

lunes, 3 de julio de 2023

"Cuando Oppenheimer presenció la bola de fuego en la prueba Trinity, previamente a que la bomba fuera utilizada en Japón, se dio cuenta de que el mundo no sería igual. Según comentó en una entrevista tiempo después, de entre los testigos de dicho acontecimiento, algunos rieron, otros lloraron y la mayoría guardaron silencio, Pero él pensó inmediatamente en un verso de la Bhagavad Gita: "Ahora soy la muerte, la destructora de mundos".

Si bien esta anécdota es cierta, la cita de Oppenheimer del texto hindú es imprecisa. El fragmento más cercano que se puede identificar al respecto dice: "el tiempo destructor de mundos", lo cual es dicho por Krishna a Arjuna mientras le muestra su forma tremenda de múltiples brazos, devorando mundos con el resplandor de miles de soles."

Dos visiones sobre el conflicto francés: Atenea y Sumisión.

El año pasado Netflix estrenó la película Atenea (2022) de Romain Gavras, en la que se plantea un escenario de conflicto social en los suburbios franceses. Todo comenzó con la muerte de Idir, un chico de trece años que murió en un altercado con la policía. Sus hermanos son los que se ven enfrentados al sistema, de diferentes formas. Abdel, un soldado francés, confiaba en que la justicia castigaría a los responsables. Mientras tanto, Karim, no estaba dispuesto a esperar y, con un arrojo de rebeldía, se levantó contra las autoridades mediante una revuelta. Moktar, el hermanastro delincuente, por su parte, no estaba demasiado interesado en la causa, pero, a raíz de sus contactos con el narco, tenía el suficiente arsenal como para poder iniciar una guerra civil.
Al parecer, Netflix goza de programación predictiva o ha sabido sacar réditos de su capacidad para leer la realidad observable, porque lo que sucede hoy en Francia tiene un paralelismo con Atenea, aunque las circunstancias son distintas. En este caso, se trata de un adolescente llamado Nahel, quien habría muerto abatido por la policía tras saltarse un control de tráfico, según consta en los antecedentes de la investigación. Tras este hecho aún no acreditado, se usó a Nahel como mártir para las protestas y revueltas que ocurrirían de un tiempo a esta parte. El caso de George Floyd es paradigmático en este sentido. Recordemos que también las protestas con motivo racial del 2020 ocurrieron a partir de una muerte sucedida bajo extrañas circunstancias y con la policía en calidad de presunta culpable. Ahora bien, el caso Nahel ha propiciado disturbios con motivos de otro tenor, mucho más enfocados en el problema inmigratorio, el pasado colonizador, la antigua masacre de argelinos y la cuestión islamista.
Ante este panorama, se han desatado fuerzas políticas en abierta confrontación. Están los grupos de anarquistas que han llamado al enfrentamiento en las calles (en un símil evidente con Chile); están también los grupos de islamistas que han desafiado abiertamente al gobierno de Macron, incluso con el deseo de querer convertir a Francia en un “país islámico”, mediante una crítica férrea a la decadencia moral y espiritual de Occidente; y, como respuesta a los islamistas, aparecieron algunos grupos soberanistas de corte nacionalista a defender la soberanía del país galo, frente a lo que llaman un “ataque del globalismo”, otra “primavera árabe” implantada para dividir a la nación y empujar el conflicto hacia un determinado estado de cosas, muy conveniente en un contexto bélico a nivel mundial.
Francia se resiente. Europa se resiente. La crisis civilizatoria se agudiza. Cuando un amigo me contó lo que estaba ocurriendo en Francia, inmediatamente le cité a Michel Houellebecq y pensé en su visión pesimista sobre Occidente, su visión lúcida al punto de la náusea y la zozobra. Houellebecq ha sido, a mi juicio, uno de los escritores que ha versado con mayor agudeza y audacia sobre esta cuestión. En su novela Sumisión (2015) retrata a una Francia distópica de finales del 2022. En ese universo, un tal Mohammed Ben Abbes, líder de la coalición islamista moderada, derrotó a la candidata del Frente Nacional y se hizo con el poder. Entonces, François, un profesor universitario hastiado de su vida monótona, se transforma en el testigo privilegiado de la transformación de la sociedad francesa: los judíos emigraron a Israel, muchos comercios locales han quebrado, las mujeres cambiaron las faldas por los pantalones y la Soborna se volvió una universidad islámica. Frente a esto, François renuncia a su consciencia y se convierte a la nueva religión oficial de Francia, con tal de vivir una nueva vida ahora bajo el signo de Mahoma y la obediencia al único Dios Alá.
La novela Sumisión se lanzó el mismo día del atentado contra Charlie Hebdo. Por la ficción política desplegada, Houellebecq fue acusado de “islamofobia” o de “hacerle el juego a la derecha”, típica acusación de quienes tienen la mirada obtusa y no logran comprender el fenómeno a nivel global. En su defensa, Houellebec afirmó: «No tomo partido, no defiendo ningún régimen. Deniego toda responsabilidad. He acelerado la historia, pero no puedo decir que sea una provocación, porque no digo cosas que considere falsas sólo para poner nerviosos a los demás.» En efecto, solo la historia “puede absolver” a Houellebecq de las imputaciones recibidas por la corrección política. En cambio, su literatura se ha encargado de denunciar la realidad y de representar la crisis occidental al punto del paroxismo.
Francia lleva en sí el lema de la Revolución Francesa: “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, pero con ello, carga también el excedente de la Revolución: “Violencia, Caos y División”. La película Atenea es un llamado entusiasta y un grito comprometido, muy bien diseñado. Sin embargo, la novela Sumisión es su contraparte: un diagnóstico ácido y sin solución de la ficción política. Ambas miradas cuajan sobre la realidad. “La élite está asesinando a Francia”, había dicho Houellebeq, el año 2015. Hoy, en el Elíseo, subyace la amenaza del poder global, nuevamente.