martes, 26 de diciembre de 2023

Hubo una época en que casi todos me reconocían por escribir crónicas en Valpo o sobre Valpo. Hubo, pero ya no. Ya pasó. Lo que queda es esta escritura y la ciudad, desglosando su abandono.

Canserbero fue asesinado

Hoy la Fiscalía de Venezuela ha confirmado que el rapero Canserbero fue asesinado por quien fuera su mánager: Natalia Améstica. El hermano de la mujer fue cómplice. Las circunstancias aún no se esclarecen del todo, pero todo apunta a un escenario montado en el que ellos sobornaron a unos policías para que la muerte pareciera producto de una pelea entre el rapero y un amigo. Según las pesquisas, mataron a Canserbero a modo de venganza por un reclamo de un pago de una gira realizada en Chile y Argentina. Todo muy turbio.
Previa confirmación de la justicia, se especuló mucho respecto a la muerte del rapero: que fue asesinado por agentes del gobierno de Maduro por "hablar de más", que se suicidó por problemas mentales, que fue asesinado por los Illuminatis, al igual que Tupac. Muchas teorías que surgen al alero de la falta de certezas que ofrece el mundo moderno y la sensación de anomia percibida por una sociedad que sospecha profundamente de sus líderes. Sin embargo, por lo pronto, lo único cierto es la constatación del hecho de sangre: un homicidio consumado con premeditación. Permanece, en el imaginario musical y artística de Venezuela y Latinoamérica, el legado del cantante pese a su prematura partida. Como reza en Es épico: "Son demasiadas dudas, pensamientos vagos
¿Gente buena en el infierno o es que en algo fueron malos?
Por algo están aquí, aunque no lo acepten
Debo hallar ahora una manera de huir de la muerte".
Sonaron fuegos artificiales de ensayo para el Año Nuevo en todo Valparaíso. "Andan brígidos los narcos", se escuchó decir a alguien en la calle.

Eric Sadin: “Las IA ofenden la dignidad humana”

"--En qué medida estas redes sociales que operan con algoritmos –cuyos criterios de selección de los videos a viralizar pueden ser redireccionados intencionalmente mediante compra de publicidad— siembran ideas en la sociedad, o son simplemente cámaras de eco de lo que ya está rondando el ambiente del cara a cara.

--Yo digo que hay que desconfiar de las palabras que forjan nuestras representaciones y la mayoría de las veces son forjadas justamente por la industria digital. Yo hablo de plataformas de la expresividad, lugares donde cada uno puede expresarse. Lo que vemos en el mundo digital es que cada uno puede hacer valer su opinión como si fuera la primacía de uno mismo. Cuando hay un comentario de alguien a un posteo, el comentario viene abajo. O sea que si lo vemos ergonómicamente, también hay una manera de ubicar las cosas en el espacio, que hacen que la opinión del otro esté por debajo de la mía. Esto nos genera la ilusión de creer que estamos diciendo la verdad. Y ya en esto hay algo erróneo, en el sentido de cómo se concibe la palabra. ¿Qué es la palabra hoy, en tanto que emanación de nuestra subjetividad y de lazo interpersonal con el otro? Quien dice “palabra”, habla de una escucha mutua en un marco de diálogo y de relación con el otro. En ningún caso esa estructura de “palabra” existe en las plataformas de la expresividad. Son diluvios verbales en los que cada uno habla en primer lugar, luego espera los comentarios de los demás y, la mayoría de las veces, es para hacer valer el resentimiento propio, el rencor, el odio o cierta idea de lo que debería ser el mundo, antes de que ese comentario sea reemplazado por otros. Eso es lo propio de las plataformas. Cada uno se expresa detrás de su pantalla creyendo que tiene la verdad. Eso no produce estrictamente nada y da la ilusión de una implicación política. Cuando en realidad, por la perversidad del sistema, eso lo único que hace es mantener ilusiones e intensificar aún más una mecánica que solo apunta a generar lucro. Respecto de las plataformas de Elon Musk y otras de Silicon Valley: ¿cómo pudimos creer que eran instrumentos políticos equivalentes al ágora griega? En el ágora había intercambio de puntos de vista. Implicaba la libertad de cada uno y la pluralidad de expresarse, la necesidad de hacer acuerdos y luego retomar el diálogo para intercambiar en la pluralidad y la contradicción, y decidir cosas juntos. Esto es lo que Hannah Arendt llamó bios políticos. Primero se expresa en la acción a través de la sociedad y después se la comenta en el ágora para decidir juntos a través de la palabra. El bios político es eso: la acción y luego la palabra con una tensión permanente entre ambos términos. En las redes sociales, en cambio, hay una primacía del diluvio verbal que no produce nada, sino que intensifica la crispación entre los seres humanos y la sordera creciente. Este esquema nos enloquece, intensifica el rencor. Es un fracaso de lo político. Es la ilusión de una implicación política, cuando en realidad es uno de los fracasos más grandes de la posibilidad que tenemos de hacer política."

Hay una imagen navideña creada por IA que muestra a un padre, a una madre y a una señora haciendo un "hoyudo" y riéndose de un niño que llora al recibir un mal regalo. La primera versión de esta imagen convertida en meme mostraba un CD de Alberto Plaza. Luego, se incluyó de regalo el libro Fenomenología del espíritu de Hegel. Solo los que saben de filosofía pueden captar el sentido de la indirecta. Así, el meme tiene un potencial imprevisto y puede editarse con prácticamente cualquier producto literario o musical. ¿Y si se edita ese mismo meme y se coloca algún libro de cualquiera de nuestros amigos escritores? El solo hecho de ver al niño siendo objeto de burla por recibir semejante regalo literario sería hilarante y podría prestarse para la sátira o el cahuín. Sin duda, se trata de una proeza memística.
Camino por las calles y locales vacíos, un día de Navidad, mientras otros descansan, a ver si, por milagro del Señor o por un regalo caído del cielo, encuentro inspiración para mi próxima crónica, como quien quiere revivir sus tiempos dorados.