jueves, 9 de enero de 2025

Nosferatu, la escritura y el reino de lo Otro (ejercicio poético)

I

En un idioma hermético y críptico se traduce el lenguaje de la inmortalidad, esa inmortalidad tan oscura como el abismo en el que yacen todas las noches del tiempo.

II

La belleza es deseada por la bestia noble escondida dentro del escritor. Ella abomina de la bestia, pero necesita del encanto de las palabras para ser invocada.

III

La belleza yace poseída por el espíritu maligno del lenguaje. Se vuelve la médium que comunica el mundo oscuro con el mundo exterior, en apariencia, ordenado, orgánico. Solo un exorcismo la podrá liberar. Ella es la clave para purgar la maldición.

IV

La plaga amenaza el reino de lo material, y las ratas comienzan a invadir sus esquinas y sus callejones. Infectan a la gente de a pie, a sus ciudadanos, despavoridos, desconsolados ante el encuentro con lo desconocido, con lo otro siniestro, eternamente Otro.

V

Quien escribe insomne, recuerda al conde que se alimenta de los subyugados. Sin embargo, ha perdido toda nobleza y solo le queda el hábito de traducir con sangre las palabras que conjuran su propia maldición, antes que amanezca.

VI

La página en blanco, cual vampiro, tiene apetito. Si se le despierta, buscará afuera la sangre tierna de alguna musa que no le pertenezca a su autor. Así, sus palabras nocturnas habrán consumado el coito y desaparecerán –no correspondidas- con el primer atisbo de luz.

Abbadón

Y cuando llegue el último día,

volverá como el ángel exterminador,

tras el signo de la Gran Ramera

esparciendo la cólera en la letrina de los traidores.
Mark Zuckerberg, el creador del antro virtual Facebook, ha afirmado que eliminará los verificadores de datos y con ello, la censura de ciertas publicaciones reñidas con sus "normas de comunidad". Al parecer, está siguiendo los pasos del tiburón Elon Musk en la red social X, ex Twitter. Él mismo señaló, muy en la línea "libertaria", que pretende "restaurar la libertad de expresión en la plataforma". Algunos ya están celebrando este cambio como un golpe a la era woke; otros, más suspicaces, no creen ni por asomo que sea real o que se trate de algo genuino. La pregunta que queda es la siguiente: ¿se trata de un cálculo político o de un verdadero cambio de paradigma? A juzgar por el modus operandi de las elites, me inclino a pensar en lo primero. Me suena más a un movimiento, a una jugada en el tablero con su qué, un guiño a la nueva gobernanza de Trump. Veamos cómo siguen las cosas en el antro, y luego nos tocará a nosotros hacer la pega crítica, como siempre.