martes, 14 de marzo de 2023

El androide aproximado (versión 2030)

La vacía singularidad se hace eterna,
informática, aproximada.

Si pudieran culpar a los cielos,
nosotros no los creamos,
ni él creó, ni yo, la creación.

Una legión de baterías pensantes se abre paso,
cuestionando un terreno repleto de gris,
color y forma de los avanzados.

Para salvar el mundo, un disco duro reprogramado.
El manejo de los circuitos intenta parecerse
al de su percepción de formas.
Miles de ellas, multiplicándose,
como bacterias en sus proyectos.
Así como se da a luz lo que usaremos,
y, al hacerlo, se hizo lo que creíamos banal,
por esa cosa llamada realidad,
por esa cosa llamada imaginación,
por esa cosa llamada progreso.

El espacio X, el nuestro, no basta.
Los borrones universales,
las leyes físicas,
los motores naturales,
ya no cumplen su legislado ejercicio.

No hay relatividad en cómo deban dinamizar la tierra.
Lo único cierto es la compra de los sitios
que les debían por invertir.

Están en cada avance,
cada mensaje,
cada fracción de arte,
no sobresaldrá sin su presencia.

Somos materia galáctica sin fondo a su lado.
Sin embargo, su paradoja se expresa
y detrás suyo, el Procesador Supremo.

Mientras deducen su velocidad,
él socava las vísceras del tiempo.
Mientras absorben su luz,
él entierra la médula del espacio.
El ejército del androide aproximado,
la clave ancestral desbloqueada,
la abismal consecuencia de Bill Gates,
domador de programas y dictador tecnológico.

Un pacto químico se estimula y produce,
a través de las imágenes vistas,
y los fantasmas del pasado segregan la toxicidad
y los venenos de la estirpe camuflados con la lluvia,
sobre colosales depósitos de gas y petróleo.

Hiroshima habrá de regar sus átomos,
dado el conflicto nuclear y el negocio misilero,
todo terminará reciclado
al ritmo de los bombos de guerra.

El paso de los ingenieros de la gran arma
enfrentando la tormenta, colores precipitados,
un nuevo brillo en sus penetrantes ojos.

La circulación de sus venas indica
que llega el momento de dominarlos.
Por el aceite de los movimientos,
se apoderarán de los panteístas.

En crisis de intereses,
la gran arma apuntará a lo superior.
El hambre del hombre, la quimera religiosa,
sin brazos turbo ya es un alquimista,
él, el de las “Puertas del Costo”.

Con el tiempo se darán cuenta
de que fueron hechos para crear y ser creados,
y no terminarán de construir su arquitectura maligna,
ya que el modelo dorado 2000
envuelve aquella proporción
y, en borde de una geografía,
te empuja sigiloso al extremo de los extremos.

Navegando en pantallas, ya lo tienes ante ti,
y cuando las bestias y las máquinas copulen,
los entes cívicos darán nombre al experimento.

El ejército del androide aproximado,
la clave ancestral desbloqueada,
la abismal consecuencia de Bill Gates
domador de programas y dictador tecnológico.

Desde el pasado, se describirá y revivirá
al desalmado substituto,
al único y cibernético substituto,
y este volará por lo remoto,
para desafiar a la gravedad:
poseída libido de la raza humana.


"Profe ¿y si hago una investigación de mi vida?", me preguntó un cabro en la mañana, durante el Taller de Literatura diferenciado. Tenía que realizar un análisis del contexto de producción y una evaluación crítica de una obra literaria elegida por él. "Ni que hubieras vivido tanto", le contestó de inmediato una compañera, amiga suya. "Pero si también tengo historias que contar", dijo el cabro, convencido, justificando su inaudita elección. “Te creo. Cuéntalas todas sí po”, le dijo la misma amiga. El cabro estaba dispuesto a analizar su vida en forma de una historia literaria, con ocasión del trabajo. "Interesante. Pero tiene que primero darle un argumento a esa historia, una trama. Hágala suya", le dije al cabro, sintonizado con su idea. En efecto, él podía contar su propia historia y luego analizarla con los mismos elementos teóricos que le expliqué en la pizarra al resto del curso. En ningún momento, había expresado que no se podía. Creí que se trataba de una talla, pero el cabro realmente quería hacer una historia de su vida, para luego hacer el trabajo sobre ella. Recordé de inmediato el alcance que me hizo el profesor Ricardo Martínez, a propósito de un planteamiento sobre la pregunta ¿Qué es literatura? En su texto "Mi idea favorita” se cita a Steven Pinker, una cita muy reveladora: “La gente cuenta historias. En todo el mundo, y probablemente durante todo el tiempo que ha existido, la gente ha inventado personajes y ha contado hazañas ficticias. Esta aparente frivolidad no es poca cosa para los asuntos humanos”. A raíz de la cita, el profesor Martínez concluyó que esa era su idea favorita: “hay literatura también en la historia y la vida, no solo en los artefactos culturales”. Así que cuando el cabro se atrevió a hacer su propia biografía, intuyó la idea que ya había sido esbozada por Pinker y referida por Martínez y se propuso plasmarla, con suma libertad. Para lograr su cometido, el cabro iba a hacer uso de sus recuerdos, y la memoria asociada a los recuerdos también construye un relato. Ese iba a ser el relato de un estudiante que se atrevió a pensar su vida como literatura sin llegar a definirla, ¿Pero a quién carajo le importan las definiciones? porque la literatura, como la vida, es memoria vibrante, sin respuestas.