domingo, 20 de agosto de 2023

Algo que me ha fascinado del incipiente amor romántico: su banda sonora musical. Uno puede llegar a comprender mejor el trasfondo cultural de la relación y el estilo de sus implicados solo a raíz de los temas que se dedican. Eso mismo nos pasa ahora con mi chica. Nuestro cancionero abarca desde los ochentas hasta la balada romántica. Ella, por ejemplo, a lo largo de varios días, me dedicó los siguientes temas: "Lady in red" de Chris de Burgh, "Total eclipse of the heart" de Bonnie Tyler, "Ese beso que me has dado" de Hernaldo Zuñiga, "Quédate" de Lara Fabián, "I want to know what love is" de Foreigner y "Woman in love", de Barbra Streisand. Yo, por mi parte, le dediqué, de forma consecutiva, las siguientes canciones: "Stay the night" de Benjamín Orr, "Trátame suavemente" de Soda Stereo, "Always" de Bon Jovi, "Open Arms" de Journey, "The Flame" de Cheap Trick y "Tú y yo" de Emmanuel. Haciendo un análisis de las propias canciones que nos hemos dedicado, su lírica con alusiones íntimas, su época y su estilo, se puede armar un playlist y un nutrido imaginario poético. Es tal mi obsesión literaria en este asunto que hasta pienso en armar una historia, nuestra historia, solo en base a estas referencias melómanas, inspiradas por el naciente amor. Toda pareja podría hacerse la idea de armar un playlist con las canciones que se dedican en lo íntimo, crear un imaginario propio y preservarlo, pase lo que pase, en el tiempo, con los enamorados. La música, el amor envuelto en la melodía, sobrevivirá a su historia personal.