viernes, 23 de octubre de 2015

Sergio Meier



El escritor de culto Sergio Meier Frei. Recuerdo haber leído su Segunda Enciclopedia de Tlon en la U y me voló la cabeza. Luego busqué más atrás en el tiempo y di con El color de la amatista, novela más en clave lovecraftiana y ocultista, si se quiere. Extrañamente, era el segundo que la había pedido en la biblioteca desde el año 1987. Algo similar pasa con Meier, uno de los pocos escritores de ciencia ficción que todavía prometían un universo de posibilidades, desde la entrañable Quillota. Al final los grandes, los grandes y anónimos, están llamados a ser descubiertos por unos pocos, en una solapa de biblioteca o en una casualidad cósmica, para proyectar un legado subterráneo pero a la vez universal...

No creo tanto

Hoy día un colega: "No creo tanto en Dios". ¿Es posible no creer tanto? Dilema epistemológico, metafísico o simplemente de convicción, o, en última instancia, de conveniencia. Rezar por la mañana frente a tus jefes no necesariamente te hace devoto. Pasar por la iglesia indiferente no necesariamente te hace un completo ateo. Todo o nada. ¿Será en el caso del amor lo mismo? Puedo no amar tanto o no odiar tanto. El adverbio te plantea un callejón de salida. ¿Creo o no creo? ¿Amo o no amo? En el fondo, más que una cuestión semántica, es una cuestión de fuerza.

Batman el caballero de la noche asciende en Tvn. Bane el anarquista frente a Batman el héroe misterioso. Uno adoptó la oscuridad. El otro nació en ella. Uno de los puntos fuertes de la entrega, con el clásico toque Nolan, quizá sea eso: el deseo de revolución que acaba en la destrucción del orden establecido frente a la protección de la sociedad de acuerdo a una ética oscura. A los ojos de Bane, el villano es el poder corrupto y la estructura económica de Gótica. A los ojos de Batman, el villano es todo aquel que atente contra la moral de la ciudad que le permite seguir existiendo. En el fondo su moral es el disfraz para esconder la caverna interior, el deseo de venganza contra aquello que le arrebató su anterior vida, su identidad.