viernes, 21 de julio de 2017

Es curioso imaginar que para Emil Cioran, en lugar de tres causales, la única causal del aborto habría sido el propio hecho de nacer.
Aparece un doodle que conmemora el aniversario de Marshall McLuhan. Si no hubiera sido por el doodle, no hubiera sabido de su aniversario. Este hecho podrá sonar algo banal, insignificante, pero sería un ejemplo de lo que McLuhan avizoró en su "Galaxia de Gutenberg": la función enciclopédica de la mente, la pérdida del sentido de la memoria (ya temida por Platón respecto a la escritura), recuperada por el sistema eléctrico, en línea, a escala global. Su popular frase "el medio es el mensaje" se aplicaba para la Televisión, en los años sesenta. Hoy por hoy, esa frase podría aplicarse perfectamente a la propia Internet. McLuhan temía que los medios cambiaran tan radicalmente el funcionamiento neuronal que hicieran lo suyo con el pensamiento. Para McLuhan era casi imposible, en el siglo XX, no tanto volver a una era previa a la revolución electrónica como a una mente pre eléctrica. Lo mismo para las generaciones actuales, nacidas y criadas bajo el regazo de los mass media. El dilema no sería tanto imaginar el regreso a una sociedad previa a la internet, (escenario verosímil) sino que desentenderse de su forma de funcionar en el mundo. Su mente no podría volver a su estado pre internet, por la simple razón de que el conjunto de la cultura está ya configurado de esa manera. El concepto de aldea global. Al final, de acuerdo a esa perspectiva, cada época no puede desentenderse de su cosmovisión, y para hacerse presente y proyectarse, esa cosmovisión necesita de su medio como si se tratase de su retina. Este propio estado no sería sino un producto del medio que lo vio crearse, un género textual apócrifo, un homenaje subrepticio a la gran maraña mediática con la que soñamos siempre otra vida distinta (merced a nuestra ficción). Internet sería así para McLuhan la red de redes, la gran "nodriza de los medios". Google su socio capitalista, su caballito de troya. Su mercenario de la información.