domingo, 12 de noviembre de 2023

Esther Vilar contraataca: «El feminismo de hoy me parece de pésimo gusto»

«El feminismo actual me parece de pésimo gusto», explica. «El hombre se queda en un estado de culpabilidad permanente porque lo pintan como responsable de todos los males en nuestra sociedad. La mujer parece incapaz de razonar y solo está interesada en el revanchismo por todos los malos tratos que haya podido recibir. Pero me pregunto… ¿Es realmente mucho mejor ir a trabajar en una fábrica desde la mañana hasta la noche para alimentar a la familia que quedarse en casa a cuidar de los hijos que una misma quiso tener? ¿Es tan fácil ser llamado a una guerra para matar o ser matado? ¿Quién tiene que renunciar, en la mayoría de las ocasiones, a los hijos en caso de divorcio: el padre o la madre? ¿Quién de los dos tiene una vida cinco años mas larga?». 
Hace mucho tiempo que no leo poesía en público. Y no creo que vuelva a hacerlo. Al menos no en los espacios a los que estaba habituado. Desde antes de la pandemia e incluso desde antes del "estallido" que he desaparecido de esas lides y de esos lares. Entre medio ocurrió un paréntesis, un quiebre y luego un silencio, un silencio que se extendió cual plaga bajo un escenario distópico. Recordaba aquellas lecturas poéticas como quien cavila sobre los escombros de un tiempo trasnochado. Paseaba impune cerca de aquellos lugares, como quien rumia la desaparición. Por eso, volver a leer poesía, ahora en un espacio más privado e íntimo, suena a desquite anacrónico, a golpe sin puño. La palabra se siente más furtiva y secreta, a sus anchas, al abrigo de un nuevo amor y una nueva voz.