lunes, 30 de marzo de 2015

Sobre los videojuegos

Sobre los videojuegos: paradójicamente, la sencillez de los recursos y el mínimo de roles y funciones hacen que la jugabilidad se amplíe junto con las reglas del juego y la extensión del escenario de juego se vuelve maleable a los propios jugadores. Pareciera ser que mientras más sofisticado el juego, menos libertad de acción para los jugadores, y así parece ser en todo orden de cosas.

Los videojuegos son una metáfora de nuestra realidad virtual, un hipertexto de nuestro espíritu lúdico. No es tanto si el videojuego puede tener alguna clase de contenido cultural, como diría Umberto Eco respecto a la cultura de masas, ni tampoco si puede considerarse un octavo arte (el cine en el siglo XIX no pasaba de ser considerado una extravagancia técnica), sino en que medida el videojuego restringe o potencia la imaginación de sus jugadores. 

El videojuego secuestrado por la industria se vuelve un sucedáneo del entretenimiento y el consumo masivo. En cambio, la experiencia subjetiva del jugador, pese a las reglas y pese al pandemonio técnico, es indivisible e irreductible a la ingeniería del juego. Como Dostoievski en El jugador, recuerdo que decía algo así como que el espíritu aristócrata juega solamente por el placer de jugar, el oportunista o burgués lo hace por la ganancia o perdida que le conlleve. 

Apuesto por juegos que no acaben nunca: que los propios jugadores inventen las reglas, los roles, los espacios, los tiempos. Que en un futuro no sea necesario jugar la creación de otro. Que el juego sea como dios: el placer supremo.

sábado, 28 de marzo de 2015

El demonio y la conciencia

Sobre la palabra "demonio". De acuerdo a Hesíodo se refería a una entidad semi divina que servía de intermediaria entre ambos mundos, un guardián que velaba por el destino de los hombres hacia un puerto pleno de fortuna o de revelación. De todas formas, independiente de la suerte, el daimon era el guía de la posteridad de los mortales. Luego con Sócrates adquiere un carácter tempranamente psicológico: el demonio era aquella voz interior que nos disuade o nos inspira a acometer tal o cual acción, de acuerdo al criterio de la virtud. Si lo analizase Freud sería un fenómeno a medio camino entre el yo y el ello. Si fuese Jung sería algo así como la encarnación de un arquetipo guardián o una sombra de la personalidad.

Demonio y ética eran palabras idénticas. El daimon era aquella entidad metafísica y luego psíquica, y el ethos la morada, no solo el espacio físico, sino que el conjunto de las relaciones humanas y el mundo que las contienen y las hace posibles. ¿Qué tendrían que ver los demonios con la ética? Pues eran el gérmen de la buena conciencia, los engendros del nuevo logos que el filósofo usaría para justificar sus juicios y luego para defenderse frente al crimen de corrupción del cual se le acusaba. Precisamente uno de los cargos era el de herejía por tratar de inculcar a este daimon, esta conciencia interior, en la juventud. Se defendió con ironía porque esa supuesta "divinidad" era solo una especie de broma socrática. Era ese diablillo que le aconsejaba antes de tomar una decisión. Pero ese diablillo nunca le decía lo que debía hacer, sino sólo aquello que no debía hacer. Por eso en la cultura popular, se nos enseña de pequeños que al pensar algo aparecen automáticamente junto a nuestras sienes el ángel y el demonio, consejeros de la conciencia. Sin embargo, antiguamente era solo el demonio. Y estaba dentro de uno, no era el personaje maligno que nos pinta la religión. La diferencia entre ambos es católica. La moralina sobre la buena y la mala acción.

Así que cuando por las noches, en el más perenne silencio, sientan que su mente inicia su transmisión ininterrumpida, descuiden: de acuerdo a la mitología sería el demonio guardián dentro de ustedes, y desde la filosofía, la voz que solo les empuja a hacer lo que ya ustedes habían intuido en silencio. Olvídate del cielo o del infierno, siempre se trató de tomar una condenada decisión, y precipitar la posibilidad, lo desconocido, a cada límite, en cada momento.




jueves, 26 de marzo de 2015

Clase particular en Cerro Ramaditas sobre El Tunel... suspenden a última hora, siendo que ya había llegado a la casa. Me atiende la abuela del desconocido alumno. Se encontraba enfermo. En ese momento cavó su propio túnel a la deserción. Y yo el propio túnel para regresar de donde venía. Llama la encargada, diciendo que devolverá la plata de la micro. Bien, pero ¿donde está el crimen? No lo hay. Es solo el intento de justificar el viaje innecesario con la novela. Es solo el absurdo que va y viene, con la excusa de que no ha pasado nada...

La inmortal muerte

Platón dijo: Filosofar es aprender a morir... Kafka después: "Lo mejor que he escrito se basa en esa aptitud para poder morir contento" ... la obsesión con la muerte, que atraviesa generaciones... todos nos hablaron del tema, y el ego es el más interesado... pero ya no queremos aprender ni tampoco estar aptos.... dejemos en la casa las profecías... simplemente hacemos como si no existiese, como si creyésemos despertar al otro día, con la misma ropa, con la misma cabeza, con los mismos problemas, con la misma porción de cielo y de suelo, luego de una noche ardiente o una paletada funeraria...

lunes, 23 de marzo de 2015

Más que las deudas mismas, de las cuales suelo perder la cuenta como los malos sueños, es la sensación de cargar con un peso innecesario: el burro de la conciencia, la idea vaga de que las pagarás efectivamente algún día pero no en este preciso instante, y esa morosidad del presente se extiende de manera indefinida, y es eso lo que hace a las deudas una especie de almas en pena que te recuerdan de cuando en cuando tu condición mendicante, cerrándote la boca interés tras interés... Ganarse la plata puramente para pagar las deudas, es como rezarle a dioses en los que ya no se cree: porque ya no se puede dejar de hacerlos existir, sabemos que siguen allí, omnipresentes, imperdonables, solo porque irremediablemente así lo quisimos.

sábado, 21 de marzo de 2015

En una lectura de amigos en Villa Alemana, uno de ellos, llamado el Black Bird, dijo lo siguiente al conversar, después de lo que fue un acto entre leído e improvisado: "No publico. Ni siquiera salgo mucho. Simplemente aparezco y me viro". Faltan más artistas de la desaparición. Que de repente aparezcan sin invitación, por la puerta trasera, haciendo de las suyas, instalando la duda, sembrando la discordia, y se hagan humo como sus palabras y locuras. Ni hablar de calidad, ni tampoco de conocimiento; solo la actitud, las agallas, ese encabronamiento de todo contra todo, endiabladamente malo pero categóricamente vivo, frente a la vanidad legendaria de la obra, de los méritos, de la crítica, brindando por otro pedazo de materia gris vendida a los círculos de siempre y arrojada al sótano de la posteridad.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Lo bueno de reescribir es ese juego entre autenticidad y traición

Lo bueno de reescribir la biografía sobre una autora del siglo antepasado es ese juego entre autenticidad y traición... ¿cuánto de fidelidad a la fuente hay en esa reescritura? ¿cuánto de ese texto fantasma al que se le alquila un cuerpo consigue ser resucitado? Desde el polvo de las páginas viejas a la palidez del documento virtual, transcribo sin ética. La historia se paraliza, creo desaparecer en esa transcripción. El texto ya se escribió. Ya no vuelve el Chile de ese siglo. Trabajo sobre una vereda que ya se caminó. La autora invisible reaparece sarcástica en un gesto de arqueología. Ni hablar de realidad, ni hablar de originalidad: son todas ficciones de su figura mitificada, de mi impotencia laboriosa. ¿cuánto de la autora sale a flote? ¿cuánto de mí comienza a hundirse? A medida que traduzco su biografía, voy escribiendo un epitafio. Le regalo la posteridad como si me pesara, como si no la necesitase, en secreto.

martes, 17 de marzo de 2015

Insomnia, el otro Cine



Como insomne he empezado desde el año 2008, en aquellas sesiones cinéfilas de verano donde daban Puerto Bizarro, una maratón nocturna de películas de culto y cine b.... El sitio era en el Cine Condell conocido por ese entonces como antro de pornografía por la opinión local. Muchas veces incluso fui puesto en entredicho debido al desconocimiento sobre este nuevo proyecto de cine alternativo. Luego, tras dificultades con el local, Insomnia sigue la regla de los recintos históricos y se dirige al Mauri el año 2010. Durante ese período asistí de manera casi regular, obseso con la oportunidad de disfrutar de un panorama completamente distinto al ofrecido para la juventud bohemia del puerto. A partir del 2011 se establecen definitivamente en el Teatro Condell, también injustamente calificado por su mala fama. Se abría una nueva grieta en la sombra de lo que hasta ese momento era la vida cinéfila de la ciudad. Desde entonces, Insomnia ha catapultado el visionado porteño, dinamitando el concepto cotidiano de asistir al cine palomitero de las grandes empresas Hoyts-Cinemark a modo de panorama de esparcimiento o vulgar consumo comercial... Insomnia ha reinstaurado nuevamente el imaginario de asistir al cine a modo de rito clandestino, de encuentro catártico en el visionado colectivo de cine clásico y cintas extrañas, alternativas, cine de autor, estrenos reveladores y propuestas nacionales.

Desperdiciar la oportunidad de asistir a un cine con una proyección arriesgada y transgresora del stablishment cultural de nuestro gobierno de turno significa echar por la borda el esfuerzo del grupo creativo intelectual responsable de esta entidad cinéfila sui generis, y además barrer con el acto cívico de miles y miles de insomnes que con lealtad y también con obsesión siguen cada visionado de las funciones.... Porque ver cine es también un acto ciudadano, es un acto político, es un hecho colectivo a la manera del teatro griego.... es la revelación de un grupo de aficionados al séptimo arte que se desata a oscuras, en la luz tenue del celuloide que proyecta la posibilidad de la imagen y la política secreta de la imaginación, y también el compromiso de la mirada y de los proyectos audiovisuales que en su tentativa contracultural invocan nuevamente el arte de generar ficción y realidad en un espacio tan idóneo y simbólico como lo es el Teatro Condell, con el misticismo de un Valparaíso profundamente elegante, es decir, uno que apostaba por el estilo, en este caso, el estilo renovado desde una propuesta y un imaginario subversivo, algo subterráneo, pero en el fondo sintonizando con el espíritu artístico del Valparaíso clásico.

La empresa de Insomnia es una hazaña de románticos que saben situarse en la contingencia y desentierran una forma de hacer las cosas que se creía perdida: la manera del arte puro, que no se regodea simplemente en un ejercicio onanista de contemplación como ciertos clanes pseudo intelectuales, ni en la pura vocación de servicio solapada de ciertos grupúsculos interesados (de ser así continuaría con la vieja tónica del cine porno que parece refleja la mediocridad del imaginario de nuestros "representantes"). Es el arte puro de hacer las cosas simplemente por una obsesión auténtica, por una especie de llamado del destino o de la conciencia (que vienen a ser lo mismo a los ojos de los espectadores) que intenta sacar al cine de su estado de letargo y de mecanización y trivialización endémica y sintómatica de nuestra sociedad cada vez más espectacular y menos reflexiva.

Ser insomne, sacrificar el sueño, la rutina, la agobiante vida real, en pos del rito del cine, es un acto ciudadano moderno, auténtico, a su manera heroico, convoca gente, socializa al espectador con el grupo y sus realizadores, entabla una democracia del ojo, un profundo exorcismo de las miradas hasta entonces desconocidas, pero también una apuesta por aquello que hoy en día marca la diferencia: levantar un proyecto contemporáneo con el fin honesto del arte y de la cultura en sí mismas, emergentes, dignas, más allá del favoritismo y el arribismo social impulsado por los intereses mezquinos de siempre.

Como buen ciudadano iré a votar estos días, pero con el propósito de que el cine continúe invadiendo nuestro interior, capitalizando las miradas, trayendo lo que nadie quiere ver nuevamente a la retina, haciendo que el cine una vez más nos devuelva la mirada, a veces profética, realista, emotiva, violenta, muchas veces opaca, pero agradecida.


domingo, 15 de marzo de 2015

Esperanza





Esperanza, los antiguos abominaban de ella... tiempo demasiado a destiempo, para un deseo demasiado atingente... cada quien en sus noches abraza al dios que lo devora... llámese dios a esa porción de eternidad que nos dio a luz y nos deja a las sombras de un mundo... se aloja en el corazón como un bicho, halla su nicho en nuestra incertidumbre.

Kafka decía: "Hay infinita esperanza, solo que no para nosotros".

Llámalo futuro, mañana, deseo, revolución, cambio, etc, el vacío que te dejan esas palabras, eso se ha vuelto la esperanza...