lunes, 18 de diciembre de 2023

El uróboro de Chile sobre el sitial del General Baquedano

A horas del triunfo del En contra, una figura de una serpiente uróboro con la forma de Chile fue instalada en el sitial que le pertenecía al General Baquedano, en Plaza Italia. Una similar había sido instalada en Valpo días antes del plebiscito de salida del anterior proceso constituyente. Esta vez, los responsables de la obra se dieron a conocer. Se trata del colectivo Instituto de Motricidad Fina (IMF) de Valparaíso, cuyo propósito detrás del uróboro sería “trazar un camino” mediante una intervención artística con intención política.

El simbolismo es evidente. El profesor de historia Aldo Meneses ya había indicado que el uróboro tiene su origen en la tumba de la pirámide de Unis en Egipto, pero, en realidad, el símbolo de la serpiente comiéndose la cola estaría presente en casi todas las mitologías del pasado, representando la naturaleza cíclica del tiempo y del espacio. En definitiva, un eterno retorno, un volver sobre sí, una recurrencia constante, un volver a estar presente, un “loop”.

Si leemos a la serpiente uróboro ahora bajo la contingencia política, podría decirse que es una metáfora de todo lo vivido en estos cuatro años. Una inevitable sensación de circularidad, una rueda del karma tras dos fallidos procesos constitucionales con un altísimo costo. La sensación de que todo cambia para que nada cambie. Se invoca un tiempo recurrente que debe volver a pasar por el cedazo de lo material, tal cual el fenómeno de la reencarnación. O bien se proyecta un mundo y una época que, en vísperas de un cambio de paradigma, tuvo que fagocitarse a sí misma y, con ella, a sus contemporáneos.

El uróboro es Chile, aquella criatura que se muerde la cola y que pretende, con eso, asaltar el cielo. Chile se autosabotea en ese proceso de querer cambiar para acabar muriendo en cada intentona. Chile es el probable renacer del mito pero también su autodestrucción. Nuestro reciente y novelesco proceso constitucional así lo grafica, hijo de su tiempo circular, su tiempo bífido, su tiempo roto.

La historia tiene forma de serpiente. Chile también. Desde un plano esotérico, la serpiente “despertó”, y ese despertar fue traicionado. El hecho de que el uróboro haya aparecido, primero, tras el Rechazo, y ahora, tras el En Contra, lo simboliza a la perfección. Bajo este mantra de derrota y de ansia de certidumbre en medio del caos, la serpiente se sitúa al final de la contienda política para conjurar el espíritu de los tiempos, como si sus actores hubiesen reprobado un curso para volver a repetirlo. El uróboro, en otras circunstancias, habría significado la esperanza de un renacer, una muda de piel vieja, un ocaso para un alba. De acuerdo a esta mirada, únicamente resuena la vibración del Kali Yuga, nuestra época de hierro en la que se libra una guerra espiritual plasmada en la crisis de Occidente a nivel planetario. Chile intentó conjugar, en suma, la disolución con la regeneración.

“Todo imperio es un uróboro”, comentaba alguien por ahí. Todo lo que se expande tiene que, en algún momento, contraerse. El heroico General Baquedano quedó relegado del centro de poder reservado a los chilenos, para luego ser vaciado de sentido y, finalmente, reemplazado por la figura del uróboro con la forma de Chile. Es la tendencia de los tiempos. Los viejos ídolos fueron descabezados para instalar, en su lugar, figuras profanas que devendría en la nada y en el tiempo devorador de los hombres. Así quedó patente: el proceso vivido en Chile fue una ola expansiva de violencia, de impostación, de chantaje, de rencillas y de conspiraciones, aunque también de ímpetu esperanzado. Ya es tiempo de la contracción.

Atento al génesis de un nuevo libro: "Nueva Constitución. Crónica absoluta de un fracaso". Constará de dos tomos y un tercero por venir. Cuando la realidad país supera cualquier intento por subvertirla, ahí está la literatura y su alquimia discursiva.
Hace casi un mes planteé la posibilidad de que la segunda propuesta de Nueva Constitución, en caso de ser rechazada, fuera a parar, al igual que la anterior, a la cuneta de libros viejos, rematados a menos de su precio original, en calidad de artefacto literario para coleccionistas de rarezas o antigüedades. Y finalmente ocurrió. El texto constitucional fue rechazado y su destino será el espacio de los ambulantes o los anaqueles de alguna librería popular. Como mencioné días atrás, luego del fracaso por partida doble de estos textos, nos quedará al menos, en calidad de ciudadanos, su lectura analítica, acuciosa o diletante, y quedará patente, en suma, la crónica absoluta de un fracaso político. Quien vuelva sobre dichos textos, en un futuro, tendrá que leerlos a modo de saga, para percatarse de la trama completa. Sin embargo, la saga está lejos de concluir. Habrá que esperar un buen tiempo para intuir su continuación o disfrutar el final de la temporada.
Acorde a los caóticos acontecimientos sociopolíticos de Chilito, se seguirá completando la fantástica y surrealista línea cronológica, con tal de aventurar una aproximación a nuestro tiempo histórico. La versión actualizada quedó así:

18/10/19 al 18/03/20 Era precovidiana de estallido o insurrección (según cómo se mire) – Convulsión máxima de las pasiones ideológicas de lado y lado; Piñera llama a combatir a un “enemigo poderoso e implacable; preludio al advenimiento del Estado de excepción sanitario.

18/03/20 al 25/10/20 Era poscovidiana – Estado de excepción sanitario incierto; estallido social o insurrección “interrumpida” y preámbulo al proceso constitucional “cocinado” después del Acuerdo por la Paz celebrado durante la era precovid.

25/10/20 al 16/05/21 Era poscovidiana – Estado de excepción sanitario indefinido y rumbo sociopolítico hacia una Nueva constitución. Estallido social o insurrección continúa “interrumpido”, aunque latente. El covid se establece como coartada geopolítica. La carrera por la constituyente agudiza la confrontación y la división (tanto de izquierda como de derecha)

16/05/21 al 30/09/21 Era poscovidiana – Estado de excepción sanitario indefinido (con miras a volverse eterno) y triunfo de la facción independiente dentro de la Convención Constituyente. Muerte política de la derecha. Renacer de la izquierda “independiente”. El covid se mantiene como coartada geopolítica. Chile se pone a la expectativa de la hoja en blanco, cual ejercicio mallarmeano (promesa mesiánica de por medio) mientras se vuelve –de manera subrepticia- el reflejo fractal de una agenda global.

30/09/21 al 21/11/21 Era poscovidiana – Fin de Estado de excepción sanitario. Días después, el 12 de octubre, Día de Encuentro de dos mundos, el Gobierno declara estado de excepción en el territorio de la Araucanía, con miras a volverse indefinido, tal cual parecía el Estado de excepción sanitario. Carrera por la presidencial se vuelve el tema político país. Resucita la derecha, con triunfo de Kast en primera vuelta. El covid se mantiene como coartada geopolítica. Chile se pone, todavía, a la expectativa de la hoja en blanco. Los planes globales para nuestra nación, de la mano de la Constituyente, conservan su vigencia, conforme se avanza hacia la consolidación de cambios estructurales.

22/11/21 al 19/12/21 Era poscovidiana – Continúa Estado de excepción en la Araucanía. El covid se mantiene como coartada geopolítica. La carrera presidencial se debate entre dos opciones que polarizan todavía más a las masas. La pugna dilemática acentúa los conflictos de lado y lado, sin posibilidad de diálogo ni conciliación. Triunfa Boric y el sector progresista. Kast y el sector conservador son derrotados. La izquierda progresista se proclama nuevo gobierno. Embriaguez electoral, triunfalismo democrático.

20/12/21 al 11/03/22 Era poscovidiana – Continúa Estado de excepción en la Araucanía. El covid se mantiene como coartada geopolítica. Tras haber ganado Boric y la izquierda progresista, la derecha se ve obligada a replantear su estrategia política, de cara a una futura oposición y a un proceso constituyente en marcha. Por el momento, reina una tensa y sospechosa calma con un “estallido social” en latencia, (con miras a volver recargado), un conflicto mapuche en contra del Estado de Chile y a favor de una Nación autónoma y una verdadera plandemia que sigue sirviendo de telón de fondo para el control de los poderes globales.

11/03/22 al 04/09/22 Era poscovidiana – El Congreso aprueba una nueva prórroga para el Estado de excepción en la Araucanía hasta el 15 de septiembre. El covid se mantiene como coartada geopolítica. Continúan las medidas sanitarias del uso de mascarilla y el pase de movilidad pese a haberse declarado fin al Estado de excepción el 30 de septiembre del 2021. Se celebra el plebiscito de salida por una Nueva Constitución y se acaba, por ende, la expectativa frente la hoja en blanco y frente a la escritura de un Nuevo Chile. Tras el apabullante triunfo del Rechazo a la Nueva Constitución, las fuerzas políticas de lado y lado se disgregan. Se provoca una catarsis ciudadana de parte de la mayoría votante y crece el descontento de parte de la minoría.

04/09/22 al 12/12/22 Era poscovidiana - A una semana del resultado histórico, la casta política del oficialismo y parte de la oposición acuerdan un nuevo proceso constituyente “por secretaría”, pese al mandato del artículo 142 de la ley 21200. La noticia provoca un revuelo tanto de parte de los rechacistas como de parte de algunos sectores del apruebismo. Ambos convergen en su rechazo transversal al nuevo proceso al denominarlo una verdadera “cocina” hecha sin el consentimiento del único Poder Constituyente: el pueblo de Chile. Todo indica que, igual que el año pasado, los planes globales para nuestra nación conservan su vigencia, conforme se avanza hacia la consolidación de un nuevo órgano enteramente dominado por “expertos” y camarillas políticas vendidas al globalismo reinante.

12/12/22 al 07/05/23 - Se firma el “Acuerdo por Chile”, pacto que tiene por objetivo dilatar el proceso constituyente hasta sus últimas consecuencias con tal de aprobar una Nueva Constitución para Chile a todas costa. Por lo tanto, el proceso constituyente se vuelve un eterno retorno de lo mismo. Un loop eterno tocando su propia música, en una disco que está a punto de prender las luces y echar a sus bailarines por aburrimiento.

A tres meses del triunfo del Rechazo a la primera propuesta de Nueva Constitución redactada por la Convención Constitucional, la gran mayoría de los partidos políticos se agrupan para aliarse en contra del mandato soberano y “aprobar” un nuevo pacto sin consultar a la gente.

Las fuerzas políticas que se sitúan al margen de este pacto se disgregan pero confluyen en un mismo objetivo: rechazar. El globalismo no dará tregua. Se pretende redireccionar el desencanto y concentrar esa energía en combatir a la clase política vendida con el rechazo del Acuerdo traicionero. Ese escenario posible, ese futuro aproximado podría sentar un precedente, uno en que las distintas fuerzas, de izquierda y de derecha, se unan en consecuencia para votar contra la partidocracia redundante.

07/05/23 al 17/12/23 – Se celebran elecciones de consejeros constitucionales, elecciones que no contaron con la legitimidad política de un plebiscito de entrada. Tras los resultados, un importante número de votos nulos, blancos y abstenciones dio el batatazo contra algunas de las coaliciones en disputa, llegando a obtener casi una cuarta parte del total de votaciones.

Por otra parte, los Republicanos arrasan con más de la cuarta parte, superando ampliamente al resto de fuerzas políticas electas para consejeros. Se sucede un fenómeno muy similar al vivido para el establecimiento de la primera Convención, solo que desde la vereda opuesta. Una derecha contraria a la “centroderecha” celebra ampliamente su triunfo y corre el riesgo de emborracharse. Poseen poder de veto pero ahora juegan dentro de las mismas reglas del nuevo proceso constituyente, con las doce bases constitucionales como punto de partida o “cortapisa”.

Por lo pronto, los sectores políticos establecidos vuelven a fraccionarse. Surgen fuerzas de izquierda y de derecha que se oponen al nuevo proceso; unos, achacando a Republicanos y a la partidocracia la toma de una demanda impulsada por el “pueblo”; otros, viendo en Republicanos el signo de la traición y la deslealtad para con sus principios al pactar con los “enemigos” y al plegarse al globalismo galopante que se instala nuevamente en el seno del proceso cual Caballo de Troya.

17/12/23 al presente - El juego de tronos constituyente acabó. La opción En Contra arrasó, con votos de la derecha contraria al proceso y de la izquierda antisistémica y oficialista. Una conjunción improbable en un escenario político digno del tópico del Adynata, el mundo al revés. En menos de cuatro años, las dos intentonas de proyecto constitucional fueron rechazadas, lo que retrotrae la discusión constituyente a su punto de origen, al principio de esta cronología, aunque con la saturación y el hastío ciudadano acumulado durante estos cuatro años. Ni izquierdas ni derechas supieron levantar una alternativa válida a la Constitución vigente, por lo que esta última es ratificada una vez más. La izquierda obtuvo su victoria pírrica contra Republicanos, pero a costo de mantener lo que juraron derrocar. Aquella derecha contraria se manifestó en oposición a la tradicional. Por lo pronto, el gobierno y todos sus personeros dan por cerrado el proceso, pero no la discusión. Chile se libra, por unos instantes, del pandemonio constituyente, pese a que las fuerzas en pugna se hayan replegado a la sombra de la discusión pública, para recuperar bríos y continuar con sus agendas y sus maquinaciones.

Lo único seguro, por ahora, es la aparente sensación de tregua, de normalidad y de inconformismo latente.

Algo acabó. Chile sigue en pie, pero nada ha acabado del todo.