La derecha y la izquierda jamás han sido puras, ideológicamente hablando, ¿acaso la burguesía nació de la derecha? ¿Qué lateralidad tenía en esos tiempo la nobleza? Las creencias se asemejan al ping-pong, aunque ellos, los creyentes, lo nieguen, y creen atribuir algo esencial a una cuestión puramente inmanente. ¿Acaso Jesús era de izquierda y Barrabás de derecha? ¿O viceversa? ¿El sanedrín era de derecha y los esenios de izquierda? ¿Dante Alighieri era de izquierda y los traidores en el noveno círculo eran de derecha? A estas alturas, hablar de derecha o de izquierda solo sirve para dividir y reinar, y esta aseveración te puede costar un mundo, pero es el precio por constatar el verdadero escenario geopolítico que rebasa las viejas categorías. Como decía Benedetti: "De dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo: de la derecha cuando es diestra, de la izquierda cuando es siniestra".
lunes, 13 de junio de 2022
Hace muchos años que se experimenta un estado de enajenación permanente. La alienación parece lo normal a estas alturas de la vida. Aun así, todo tiene varios rostros, diversos enfoques, distintas miradas, y sin locuras poéticas aún seguiríamos atrapados en la caverna-útero, para sentir ese líquido, ese calor, esa protección castrante pero necesaria ante la adversidad.
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