domingo, 15 de noviembre de 2020

Friedrich Nietzsche. El nihilismo: escritos póstumos (extracto)

"Se nota en mis primeros escritos una buena voluntad de horizontes no cerrados, una cierta prudente precaución frente a las convicciones, una desconfianza ante los embrujos y los astutos engaños a la conciencia que lleva consigo toda creencia fuerte; podrá verse en ello en parte la cautela del niño escaldado, del idealista engañado — más esencial me parece el instinto epicúreo de un amigo de las incógnitas que no quiere dejarse quitar fácilmente el carácter enigmático de las cosas, y finalmente, lo más esencial de todo, una aversión estética contra las grandes palabras virtuosas y absolutas, un gusto que se defiende de todas las oposiciones cuadradas, que desea una buena porción de inseguridad en las cosas y elimina las oposiciones, como amigo de los matices, de las sombras, de las luces de la tarde y de los mares infinitos".

Volumen IV (1885-1889)
Aquello de que los callados tienen las mentes más ruidosas suele parecer cliché, pero para aquel que, como su servidor, se sienta aludido, esa frase retumbará en su interior como en el loop eterno de una discoteca imaginaria a punto de vaciarse. Como bien decía Pavese en su Oficio de vivir (referente ineludible), "lo que más secretamente tememos siempre ocurre".