jueves, 6 de diciembre de 2018

50 años de Beggars Banquet

"Sólo hay una manera de ser un intelectual revolucionario, y es renunciar a ser un intelectual", era la frase que postulaba Jean Luc Godard cuando filmó su registro audiovisual sobre el proceso de creación del album. Lo que Godard buscaba era retratar algunos pincelazos del contexto de la revolución del 68 en consonancia con la repercusión musical del rock and roll, y, en especial, con el tema que abre el Beggars Banquet: Sympathy for the devil, que podría leerse como un manifiesto contracultural o como un mantra ritual que invoca de forma un tanto sarcástica algunos males de la historia. Para escribir la canción, Jagger se habría inspirado en Baudelaire o tal vez en la poesía francesa del romanticismo, cuestión que resulta particularmente significativa en relación a la mirada del propio Godard sobre la banda y sobre el impacto de su época. Bajo este prisma, Sympathy for the devil no hablaría literalmente del "diablo", sino que de su personificación en la propia naturaleza del hombre. Sympathy for the devil representa así un himno descarnado sobre la condición humana: encantado de conocerte/espero que sepas mi nombre/pero lo que te desconcierta/es la naturaleza de mi juego.


Carta de Dios

Una nueva subasta millonaria se ha hecho en Christies. Se trata de la "Carta de Dios" de Einstein que fue enviada al filósofo judío alemán Eric Gutkind, un año antes de morir. La carta en cuestión había sido una respuesta a un libro escrito por Gutkind, "Escoger la vida: la llamada bíblica a la rebelión", el cual Einstein criticó de forma rotunda. En uno de los extractos de la carta se deja leer lo siguiente: "La palabra "Dios" para mí no es mas que la expresión y el resultado de la debilidad humana. La Biblia es una colección de leyendas venerables pero primitivas". La carta habría adquirido carácter de culto por su definición de la postura del científico frente a la religión formal. No se sabía nada respecto a la posesión de la carta hasta antes de la subasta, excepto que al parecer estaba en manos de los herederos de Gutkind. Desde la metafísica religiosa, pasando por el escepticismo científico, hasta llegar a la hegemonía financiera. Al ser vendida, la "Carta de Dios" pasó inmediatamente a formar parte del Mercado, el único ente que, hoy por hoy, sí juega a los dados con el universo.
Con un amigo hablábamos sobre este hilarante caso. Decía que el loco había hecho de su secta Tallis una verdadera majamama entre masonería, ufología, Castaneda y sexo, y hasta folklore. El Temucano, en la pura línea del Maharishi de los sesenta, el "Sexy sadie chileno", al cual le vendrían perfectamente las letras de los Beatles: You made a fool of everyone.
José Maza y sus dichos contra el horóscopo: “¡El horóscopo es otra estupidez como la tierra plana! Imagínate, yo soy Capricornio y bueno, ¡hay un millón y medio de Capricornios!”, expresó, añadiendo que “yo soy lo que soy porque mi madre y mi padre tenían toda una estructura y en mi casa me criaron de cierta manera, no porque yo haya nacido en enero”. Ante los dichos de Maza, Pedrito Engel salió a defenderse, únicamente diciendo en su twitter que "cada uno cree en lo que quiere", restándole importancia a la tesis del astrónomo. Efectivamente, y como se desprende de este pseudo debate, cada uno cree en lo que quiere creer. Y es que para Pedrito Engel, la creencia es más influyente que la evidencia científica. En cambio, para Maza, el hecho de que seamos "polvo de estrellas" no significa que por eso debamos estar buscando símbolos arcanos ni constelaciones enrevesadas en la noche para poder justificar nuestra existencia. La *polémica aquí instalada es la clásica entre la astronomía como ciencia que estudia las leyes que rigen los astros y la astrología como un conjunto de tradiciones que sostienen que es posible reconocer una influencia de los eventos celestes sobre los sucesos terrenales. Merced al show mediático, el conocimiento de ambas partes se vuelve profano. Maza peca de positivista y cientificista en su materialismo y Engel de charlatán en su uso light de una serie de saberes esotéricos. Sin embargo, ninguno de los puntos de vista aquí puestos en disputa debería descartase de plano, solo por una maniquea rencilla televisiva, porque al aprendiz de astrónomo, por ejemplo, no le bastará con leer minuciosamente su ascendente en el diario si eso no le alienta a querer comprender cómo diablos se comportan los astros en la galaxia; y a la señora dueña de casa, al trabajador de sol a sol, al vendedor de la calle, al enamorado de turno, no les bastará con un estudio impersonal de los hechos y fenómenos del espacio, si todo eso no tiene alguna mínima implicancia sobre su vida y sobre su destino, si eso no habla de alguna forma a su corazón, a su deseo arraigado, a su ética más íntima.

*Si dejamos de lado el tema mercantil, el gran desgaste siempre ha sido justificar lo que uno cree frente al patíbulo de la opinión pública, sobre todo hoy en día donde la tribuna de patio se trasladó a las redes sociales.
Aplicando Ockham y sus monos con navajas, efectivamente el astrólogo tiene cierta ventaja punitiva en una polémica que pesa menos que el gas de la risa.

* Y si miramos la polémica desde otro ángulo, no sería otra cosa que un bluff, un voladero de luces para acaparar la atención y desvirtuar el foco sobre dichos como estos: http://culto.latercera.com/2018/12/04/jose-maza-entrevista2/