Primer poema escrito a mano, por correspondencia amorosa, en clave romántica, dedicado a ella:
Algo mágico
Fue una sola mirada al son de la música
Y tu sola presencia encandiló mis sentidos
Algo mágico nos flechó, algo poético en el ambiente
De inmediato nos cruzamos y el espacio nos unió
Te invité a sentarte, entonces hablamos
Nuestras palabras compartían el goce del otro
La risa, la intriga y luego el tacto.
Tu mano con la mía, fuimos cómplices al instante.
La noche con su mística nos reveló un secreto
La sincronía de nuestros corazones
Latiendo al mismo ritmo, habitando el mismo espacio
Y hablando el mismo idioma.
Un primer beso selló el secreto
y así la pasión colmó la noche
nuestra fantasía se desató, salvaje
y ahora nos tiene juntos, abrazados,
exhaustos de gozo y de júbilo
soñando el mañana con el deseo impreso
en nuestra piel, y con el sentimiento
que ahora florece y nos reúne.
Tuyo,
Gabriel.