jueves, 26 de julio de 2018

Sobre el cyber ataque de los "Shadow Brokers" al Banco de Chile, dicen que no solo fue ahí sino que a otros bancos más. Lo que no publicitan es el mensaje dejado por el supuesto grupo en Twitter: " Tu gobierno paga por espiar, tu gobierno es el objetivo, y tú pagas. El ataque es nuestra firma. Nosotros no perdonamos. Libertad para: -dreex1 -B00du13 -Mr.H -TESTnull". Un caballero en el Mega, afectado por ser cliente del Banco Chile, le mencionó a la prensa que "ya no hay seguridad. No podemos confiar ni en el banco. El día de mañana nuestra plata no va a estar, y ahí vamos a quedar". Se deduce de esto que el ataque de los Shadow Brokers tenía un propósito: no sembrar el caos, sino que propiciar la desconfianza en el orden financiero, porque vuelve al viejo lema de Bertol Brecht: "¿Qué es robar un banco, comparado con fundarlo?". La plata con la que vives y por la que luchas, ¿es realmente tuya?
Científicos italianos descubrieron evidencia de un gran lago salado bajo Marte, que podría albergar un “depósito biológico” de microorganismos. Sostienen que esto podría ser el primer paso para albergar vida en el planeta y próximamente para colonizarlo. El paso de la ciencia ficción a la realidad comprobable, en lo que ataña al planeta rojo, sería un hecho. Aunque esto ha traído, por lo pronto, más consecuencias para el planeta azul. El globo se polariza entre los entusiastas de la ciencia que ven en esto una revelación, un nuevo comienzo para la raza humana, y los más escépticos, que ven en esto el signo de la hipocresía espacial, bajo la motivación altruista, alegando que primero habría que disponer de suficiente agua potable para los propios terrícolas más desposeídos. El dilema político queda planteado: ¿Más agua salada para los marcianos o más agua potable para los terrícolas sedientos? ("Hay más agua en Marte que en Petorca", rezaba un tweet local). Bradbury en sus Crónicas Marcianas ya hacía patente esa inquietud, la inquietud sobre el encuentro con la alteridad y su colisión. Vislumbraba un escenario en que la colonización marciana no fuese sino un reflejo de la colonización americana. Adonde sea que lleve el hombre su radio de influencias estaría presente, tanto ese incontenible deseo prometeico de conocimiento como esa inconsciente voluntad de dominio que sobrepasa los límites cósmicos. Marte era el dios romano de la guerra. Bradbury lo expresaba claramente cuando el Viking 1 aterrizó sobre el planeta rojo: «Hoy hemos llegado a Marte. Hay vida en Marte, y somos nosotros». La vida se identifica con la guerra. En Crónicas marcianas, la guerra la lleva el ser humano.