viernes, 22 de octubre de 2021

“Lo siento mucho, pero hoy ya no es un buen tiempo para los hombres”, me dijo una amiga poeta y feminista (aunque no lo crean). Sinceramente, yo me pregunto: ¿solo por serlo uno ya no puede defenderse ni cuestionar nada, y solo le toca aguantar toda clase de reproches con la cabeza gacha (aunque sean injustificados)? ¿Cualquier cosa vale dentro de este espíritu de revanchismo histórico? ¿Necesariamente se debe proceder de forma maquiavélica “para nivelar la balanza”, aunque paguen justos por pecadores, aunque eso implique pasar por encima ciertos derechos y libertades malentendidos como privilegios? ¿Dónde quedaron los ideales ilustrados acá, que se suponen universales? Al parecer, dado el contexto, solo resta aguantar lo que venga, con estoicismo, y comprender el pecado original de nuestros tiempos progresistas: ser hombre, ser cómplice de un enemigo incomprensible.