lunes, 24 de noviembre de 2014



De la época del colegio francamente no recuerdo ninguna materia ¿quién en su sano juicio recordaría absolutamente todo? La escuela se trataba de salir de la prisión personal para acabar tus días imaginando un futuro hecho borrones en la pizarra, se trataba de salir juntos de alguna clase de prisión espiritual... la de que el mundo nos pertenece, cuando a lo sumo recordamos unas cuantas jugarretas en el patio, unos cuantos dolores de corazón y algunas canciones pegajosas... se trataba de forjar alguna clase de actitud, y eso lo daba el estilo que ingenuamente se hacía propio, esa ingenuidad era nuestra barricada, era esa cimarra un escape placentero pero trágico, como la música... nadie entendía para qué mierda se estudiaba y sin embargo se entendía el ritmo de una época, una victoria pírrica frente al sinsentido de la formación... frente al crudo paso a la adultez... aquella incertidumbre, aquel ruido nos pertenecía por defecto.