martes, 12 de enero de 2021

Ciudadano

Ayer una amiga me pidió por whatsapp que votara por ella porque se estaba tirando para precandidata constituyente. Le pregunté que cómo lo hacía para poder votar. Ella me señaló que debía ingresar a la página de patrocinantes del Servel, entrar con clave única, buscar su nombre en el buscador y poner patrocinar. Realicé toda la operación, pero, al momento de ingresar al sistema, la página me informó que mantengo una afiliación vigente a un partido político, por lo cual no podía patrocinar ninguna candidatura independiente. Le hice saber esto a la amiga, y dijo que eso le había pasado a mucha gente, que podía desafiliarme, pero eso demoraría un poco. Inmediatamente, realicé el proceso de desafiliación, y me di cuenta que formaba parte de un partido político llamado Ciudadanos, desde el año 2018. La amiga me decía que esas afiliaciones eran tránsfugas, porque generalmente tomaban firmas de personas sin que estas se enteraran. Le decía a ella que por ese motivo ya no podía patrocinarla, dado que el correo para confirmar mi desafiliación se demoraría, y ya los plazos para la precandidatura se acababan. Ella me contestó que se trataba de una verdadera tragedia. En suma, formé parte de aquellos afiliados involuntarios en un partido fantasma, y no fue hasta ahora, en pleno proceso constituyente, que tuve la noción de haber pertenecido, sin realmente haberlo hecho. Por lo demás, paradójico que aquel partido se llamase precisamente “Ciudadanos”. Cuántos otros afiliados en la misma, cuántos otros ciudadanos fantasmas registrados en el sistema pero pululando libres de obligación.