domingo, 28 de mayo de 2017

Día del patrimonio

Día del patrimonio: cruzando Plaza Victoria una montonera de gente alrededor de unos sujetos tocando batucadas. Al otro costado, lo que parecía ser una feria familiar. Accesorios. Fotografías. Folletos para la visita de lugares históricos. Un par de perros aparece y ladra furiosamente rodeando a los percusionistas. No sé sabía si ladraban protestando por el ruido o si su improvisación era parte del show generalizado. La gente se iba a medida que lo hacía el sonido. Algunos a Ripley. Otros seguramente a completar las rutas indicadas en los folletos, mientras se servían al paso unos churros o unos helados york. He ahí en esa algarabía, en esa imprecación animal y en esa dispersión colectiva de día Domingo una nueva ruta no señalada, un patrimonio no declarado, un patrimonio de lo anodino, de lo que ladra con énfasis su total y completa irrelevancia.