sábado, 6 de abril de 2024

Texto publicado hace más de diez años, inspirado en la figura de Layne Staley. 22 años de su partida:

Al revisitar el ácido de Layne Staley, casi uno puede aseverar nuevamente esa verdad en el aire, esa consigna que emanaba de ese sonido: "Perseguimos mentiras mal impresas". Eran las verdades que cantaban, como espinas que se hicieran paso entre sus gargantas hasta salir florecidas al exterior. La verdad como un síndrome que se padece o deja de ser, no como la doncella del castillo, no como la luz de la caverna. Deber ser esa verdad, atestiguar su combustión interna, y renacer en cada crucifixión. He ahí la filosofía, me dije, mientras me consuelo en la muerte inmortal de todos los cantantes del rock and roll.