miércoles, 4 de agosto de 2021

"Profe ¿está pololeando?" preguntó una alumna, mientras hablaba de la supuesta polola de un compañero. ¿Cómo se supone que uno responda esta clase de preguntas, sin sentirse antes un payaso? Pensé en mentirle, diciéndole que estuve. Luego le dije que no, que hace tiempo que no (todo el tiempo, mejor dicho). "¿y aún le duele?" volvió a preguntar, curiosa, en un ánimo de empatía. Una pregunta aún más privada que la anterior. No alcancé a responderla, porque justo en ese instante tocaron el timbre. Mejor que fuese así. La chica se despidió sin más, se marchó con sus amigas y la pregunta sobre el dolor se desvaneció junto con la materia en la pizarra. O el curriculum no necesita educación sentimental, o esta educación no necesita de curriculum. En cualquier caso, la pregunta sigue doliendo.